Ejemplos con hallándolo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Alonso de Alvarado nació en Valverde de Mérida, de donde partió como tantos, en busca de éxito y fortuna, hallándolo y muriendo por ello.
Entrada la noche, decidió cometer el suicidio ritual seppuku, hallándolo el personal de la base en la madrugada.
Los vecinos, armados, lo rastrearon en el monte como a una fiera, hallándolo por fin trepado en un árbol, con su escopeta aún, y aullando de un modo horrible.
No hallándolo en la capital de Álava, planteme en Madrid, desde donde anudé relaciones con mi padre, ofreciéndole villas y castillos, y pronosticándole mi próxima, indubitable celebridad.
Buscaba el dinero escondido, y no hallándolo, apaleaba a los hijos de Israel, sin respetar mujeres ni ancianos.
Comenzó la misa ante la imagen de san Ignacio, del lado de allá de la reja, la de Albornoz, flaca y macilenta, paseó a poco la vista por todas partes, buscando algún sitio en que sentarse, y no hallándolo, hízolo humildemente en el suelo, sobre las frías losas, un anciano, pobre mendigo de Azpeitia, levantóse al punto del extremo de un banco y quiso cederle su puesto, mas ella, agradeciéndoselo con cariñosa sonrisa, no aceptó.
Buscó en la mesa un papel que le habían traído poco antes para que lo examinara, por si deseaba corregir algo en él, y no hallándolo tan fácilmente como creía, se impacientó.
Mas hallándolo todo inútil a su empeño, vino a dar junto a una casuca estrecha, miserable, contigua a la iglesia, unida a ella por las tapias de un huerto, y que parecía ser morada del cura que cuidase el sagrado edificio.
Llevó muy a mal aquella falta, y enojado dio orden a sus alabarderos que le buscasen al capitán de la nave, que se llamaba Scilaces, y hallándolo, mandóle poner atado en la portañola del remo ínfimo, en tal postura, que estando adentro el cuerpo sacase hacia fuera la cabeza.
aun esta vez llegó tarde, y hallándolo todo embarazado, hubo de pasar a la América a morar.
Puso, pues, los niños en una cuna, y bajó al río para arrojarlos en él, pero hallándolo crecido y arrebatado, tuvo miedo de acercarse, y dejándolos junto a la orilla se dio por cumplido.
Cuando puesto el Sol se creían en el término de su esperanza, decayeron repentinamente de ella: arribaron al río que pasa por junto a la ciudad, hallándolo amenazador y soberbio, y que de ninguna manera daba paso a los que lo intentaban, por cuanto llevaba gran caudal de aguas, y éstas muy turbias, con motivo de haber llovido mucho, las tinieblas, además, lo hacían más temible.
Habiéndose salvado y evitado la persecución de esta manera, se dirigieron a Iliria a casa del rey Glaucias, y hallándolo en ella sentado con su mujer, pusieron el niño en el suelo en medio de ellos.
Fray Jerónimo de Urrutia que, cuando pasó por el istmo en su viaje a Europa, había sido muy agasajado por éste, fue a visitarlo en la prisión, y hallándolo escaso de recursos, lo obsequió cuatro mil pesos.

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