Ejemplos con halláis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Sí! Otra como tú ilustres mequetrefes, que os halláis allá donde no debéis estar.
Conozco adonde se llega siguiendo ese camino en que os halláis.
ciertos días del año, al tiempo de vestiros, reparáis en que el chaleco no pesa lo suficiente, y os preguntáis con asombro: , acuden a vuestra imaginación tan pocas cosas dignas de aprecio, que apenas halláis haber disfrutado placeres o adquirido mercancías equivalentes a tres reales de vellón.
Pero siempre halláis la misma mujer exquisita, de fibra superior, de inmaterial belleza que directamente os habla al alma, más insinuante que fascinadora, más a lo Murillo que a lo Ticiano, más de Calderón que de Lope, más de Cleómenes que de Fidias.
Recorred vuestra memoria, y si halláis alguna cosa deste jaez que encomendarme, no hay sino decilla, que yo os prometo, por la orden de caballero que recebí, de faceros satisfecho y pagado a toda vuestra voluntad.
Perdonadme, buena señora, y recogeos en vuestro aposento, y no queráis, con significarme más vuestros deseos, que yo me muestre más desagradecido, y si del amor que me tenéis halláis en mí otra cosa con que satisfaceros, que el mismo amor no sea, pedídmela, que yo os juro, por aquella ausente enemiga dulce mía, de dárosla en continente, si bien me pidiésedes una guedeja de los cabellos de Medusa, que eran todos culebras, o ya los mesmos rayos del sol encerrados en una redoma.
Valeroso caballero, no os despechéis ni tengáis a siniestra fortuna ésta en que os halláis, que podía ser que en estos tropiezos vuestra torcida suerte se enderezase, que el cielo, por estraños y nunca vistos rodeos, de los hombres no imaginados, suele levantar los caídos y enriquecer los pobres.
-Mi mayor falta en este mundo -continúa don Juan, cada vez con menos aliento- ha sido el haber renunciado a la familia, en que vosotros halláis la felicidad.
Y ahora, supuesto que os halláis con tan buenas.
Dicho esto, el joven salió haciendo grandes lamentaciones, y con él los demás, no quedando otros que Demetrio y Apolónides, a los cuales habló ya más templadamente, diciéndoles: “¿Acaso vosotros también os habéis propuesto detener en la vida a un hombre de mi edad, observándole en silencio sentados? ¿O venís con algún discurso para persuadir que no es terrible ni vergonzoso el que, destituido Catón de otro medio de salvación, la espere de su enemigo? ¿Por qué no halláis, demostrándome esta proposición y haciéndome desaprender lo aprendido, para que desechadas las primeras opiniones y doctrinas en que me he criado y hecho más sabio a causa de César, le tenga que estar más agradecido? Hasta ahora nada tengo determinado hacer de mí, pero cuando lo determine, es razón que quede dueño de ejecutar lo que resolviere.
¿Quién duda, señores caballeros, que hay mujeres muy virtuosas, muy encerradas, muy honestas? Diréisme: ¿Adónde están? Y diréis bien, porque como no las buscáis, no las halláis, ni ellas se dejan buscar, ni hallar, y hablan de las que tratan y dicen cómo les va con ellas.
Interrumpí su serie de proyectos, diciéndole: «Caballero, si es verdad que os halláis con seiscientos mil pesos duros en oro o plata, tenéis ya cincuenta años cumplidos y una salud algo dañada por los viajes y trabajos, ¿no sería más prudente consejo el escoger la provincia más saludable del mundo, estableceros en ella, buscar todas las comodidades de la vida, pasar con descanso lo que os queda de ella, amparar a los parientes pobres, hacer bien a vuestros vecinos y esperar con tranquilidad el fin de vuestros días sin acarreárosla con tantos proyectos, todos de ambición y codicia?».
lo solo, oh Fabio, donde halláis sustancia.
-Dejadme concluir, puesto que conociendo a fondo ciertos pormenores, y comprendiendo la situación en que os halláis, no se me oculta el medio compensador que pudierais proponerme en este caso, aun llevado a su último límite.
Falta saber ahora si os halláis dispuesto a complacernos accediendo al empeño del señor conde, que es también en cierto modo el mío, sobre el cual se os pide una contestación franca, libremente deliberada y categórica.
Yo me complazco en reconocer en vuestra decisión el mérito de una franqueza que, si bien revela un grito doloroso del orgullo herido, responde al propio tiempo a la indeclinable necesidad en que os halláis colocado de salir una vez al fin de esa posición crítica y difícil que os han creado vuestras fragilidades y flaquezas.
-Teneos, no seáis imprudente, replicó ella, impidiéndole la salida, es ya tarde, y os halláis preso y vigilado como yo misma.
Pero permitidme que os pregunte cómo a hora en que nadie anda por las calles os halláis vos en ella.
Hace, pues, seis siglos que los dos os halláis en mi poder.
Y si vosotros os halláis acaso en tal estado que no os sea posible concurrir todos a nuestra defensa, haréisnos siquiera la gracia de enviarnos vuestros ballesteros.
Es la hora señalada, acudís con puntualidad, y os halláis en presencia del héroe de la mañana.
-Para vos, Beauchamp, que detestáis a los príncipes, y que estáis encantado cuando les halláis maneras poco finas, pero para mí, que a la legua descubro el noble, y deduzco el origen de una familia aristocrática, en seguida le conocí.
-No, señor -dijo fríamente Alberto-, hay circunstancias, y os halláis en una de ellas, en que, salvo ser un cobarde, os ofrezco ese refugio, es preciso estar visible, al menos para ciertas personas.
¿Cómo halláis Francia después de haber visto aquel Oriente tan poético, aquellos paisajes tan maravillosos?.
-Sí -respondió el conde-, pero ¿halláis algo de particular en su mirada?.
Es como un prestidigitador de teatro que os ofrece la libertad, la tomáis, creéis tenerla en vuestra faltriquera, metéis las manos para usarla, y halláis cadenas en lugar de libertad.
-¿Y qué es lo que haríais, mi querido pacificador de reinos -repuso Morcef con ligera ironía-, si no hicieseis nada? ¡Cómo! Secretario particular de un ministro, lanzado a la vez en el mundo europeo y en las intrigas de París, teniendo reyes, y mucho mejor aún, reinas que proteger, partidos que reunir, elecciones que dirigir, haciendo con vuestra pluma y vuestro telégrafo, desde vuestro gabinete, más que Napoleón en sus campos de batalla con su espada y sus victorias, poseyendo veinticinco mil libras de renta, un caballo por el que Chateau Renaud os ha ofrecido cuatrocientos luises, un sastre que no os falta en un pantalón, teniendo asiento en la Opera, Jockey Club y el teatro de Variedades, ¿no halláis con todo eso con qué distraeros? Pues bien, yo os distraeré.
Bien que, si no le halláis en todo este mes, le oleréis sin duda al subir los escalones de la galería.
Buscáis refugio y no le halláis, palabra.
en mi pecho os halláis tan esculpidas,.

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