Ejemplos con hablándola

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y aunque Gonzalo advertía con cierto disgusto que debía de haber en aquella adoración más deseo de la dote que verdadero amor, procuraba lisonjearla hablándola de sus pretendientes.
La acompañaba tardes enteras hablándola de París, la famosa ciudad del pecado, contra la cual se exaltaban los predicadores y que ella solo había entrevisto en un rápido viaje de bodas.
Quería saber cómo era Deusto por dentro, aquel templo de la sabiduría envuelto en el misterio: y el sobrino, en sus visitas al hotel, cada vez más frecuentes, la deleitaba hablándola largas horas de los lugares que ella no podía ver por oponerse las reglas de la Compañía a las visitas femeniles.
La Villasis la recibió en los suyos, estrechándola contra su corazón, besándola en la frente, hablándola al oído, con la voz suave y cariñosa con que se habla a un niño enfermo o desolado.
Oyéndole, se olvidaba ella de que era sólo algo más que un criado: hablándola perdía él la noción de la distancia que les separaba.
La niña, en el tibio bienestar del baño, sonreía, y Perucho, sosteniéndola por los sobacos, hablándola con tierna algarabía de diminutivos cariñosos, la columpiaba en el líquido transparente, le abría los muslos para que recibiese en todas partes la frescura del agua, imitando con religioso esmero lo que había visto practicar a Nucha.
Matilde lanzó un horroroso grito, y arrastrada de no sé qué secreto impulso, corrió de nuevo al muro de la barbacana: viola don Pelayo al último reflejo del día deslizándose hacia el ángulo del torreón, y tembló de pies a cabeza con la idea de lo que podía suceder si continuaba hablándola en el mismo tono.
-Sella ese labio y no insultes al que puede reducirte a polvo, dijo don Pelayo dejándose arrebatar de su carácter colérico y arrojándola una mirada penetrante como el dardo de la muerte, mas reprimiéndose luego arrepentido de su indiscreta vehemencia, prosiguió hablándola en tono blando y afectuoso.
Con este pensamiento la galanteaba más atrevido, siguiéndola si salía fuera, hablándola si hallaba ocasión.
-Aquí nuestra historia se junta, y verá usted cómo hablándola del por qué de mi último cuadro, el que me alaban propios y extraños, sin que él merezca tantos elogios, queda explicado el por qué yo presumo, siento, que el capitán de usted se portó como el mío.
La Academia solo pretende en esta Gramática instruir á nuestra Juventud en los principios de su lengua, para que hablándola con propiedad y correccion, se prepare á usarla con dignidad y eloqüencia, y se promete del amor de V.
Lo de las prodigalidades del joven, a medida que la beata iba encareciéndole los sentimientos caritativos de ella, es decir, hablándola de Irene, la cautivaron de tal modo, que dejándose llevar de sus primeras impresiones y sin darse clara cuenta de lo que hacía, apenas hubo pronunciado la relatora la última palabra, se incorporó de repente y salió de la estancia, con los ojos radiantes y el ademán resuelto.
«Entró hablándola en el tono regocijado y cariñoso que de ordinario usaba con ella, y bastó a la pobre niña conocer su luz, para lanzar un grito y estremecerse como si la hubiera sacudido una corriente eléctrica.
Sentada en el tronco, haciendo garabaros en el suelo con el regatón de la sombrilla, y fija en ellos la mirada, hallábase Magdalena, a su lado, hablándola muy cerca del oído y contemplándola al mismo tiempo con ojos de enamorado.
Él siguió acosándola y hablándola, pero ante el reiterado silencio y sombrío pesar de la joven, desistió al cabo de acompañarla y se quedó como clavado en el camino, mirándola alejarse, alejarse.
Sor Rosa, a paso ligero, voló a la celda de la loca, descorrió el cerrojo vivamente, y se acercó a ella, hablándola con ternura y mimo, como se habla a las criaturas.
Respondía una vez a sus miradas hablándola en ese sentido para tranquilizarla mejor, mas no pude averiguar si logré lo que me proponía, porque desde el compromiso que había adquirido conmigo sobre la manera de conducirse en aquel asunto, no me dejaba traslucir la verdad de sus sentimientos.
Ra-Ra, arrodillado junto a ella, le tomaba las manos, hablándola ansiosamente para que abriese los ojos una vez más, y creyendo que cuando los cerraba era para siempre.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba