Ejemplos con guindas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

,pimientos, tomates, lechugas, escarolas, con las que se hacían deliciosas ensaladas, o inolvidables meriendas, pues al salir de la escuela o los mayores al ir a algún lugar o trabajo poníamos sobre un trozo de pan un tomate con sal y pimentón o unas hojas de lechuga o unas arrabazas y las comíamos por la calle cual delicioso manjar, manzanas, peras, ciruelas, guindas.
Una dama, cuyo nombre ignoro, dijo que una vez que cató las guindas se le abrasó la boca y estuvo enferma de estomatitis.
El mismo desaire que sus amigos hicieron a las abrasadoras guindas de Turín hizo él al tabaco generoso y suave de la.
Al fin de la comida me regocijó la escena en que el Rey, con galantería maleante, quería obsequiar a señoras y caballeros con las famosas guindas de Turín.
Carrillo, con lo cual la señora me dio las guindas y el pan y eché a correr fuera del convento.
Gasparó echaba sangre del dedo de un pie y la monjita le lió un trapo, pero las guindas.
En el aguaducho, cargado de vasos, descollaban el fanal de los azucarillos y la botija con espita, tras cuya gruesa panza se ocultaban el tarro de las guindas y la bandeja de los bollos, en tanto que la aguadora, dando conversación a un guarda, fregaba en el lebrillo las cucharillas de latón.
Lucila, eres digna de que esa ladrona, después de robarte las guindas y de comérselas, te arroje los huesos al rostro.
colgabas las guindas de las orejas.
El rey les envió un pax-christi de esos de chuparse los dedos de gusto, y como quien dice: «ahítate, glotón, con esas guindas», los privaba perpetuamente de ejercer cargos de justicia y los multaba en mil duros, amén de otras pequeñas gurruminas envueltas en frasecitas de acíbar y rejalgar.
mientras caen rodando escalinatas guindas.
Junto con las yuntas llegáronle semillas o plantas de melón, nísperos, granadas, cidras, limones, manzanas, albaricoques, membrillos, guindas, cerezas, almendras, nueces y otras frutas de Castilla no conocidas por los naturales del país, que tal hartazgo se darían con ellas, cuando a no pocos les ocasionaron la muerte.
Por ellas descolgaban los albaricoques pecosos, las ciruelas amoratadas, los agridulces nísperos, las guindas carmesí, los higos goteantes de miel.
flores, cantaran todo el año los ruiseñores, y fuera continuo el regalo de las guindas.
El día de despedida gustaron de unas guindas en aguardiente que regaló el cura, y Milmarcos, a fuer de señor hospitalario, brindó con una guinda al noble huésped, diciéndole con solemnidad: «¡Qué no diera yo, señor, por poder acompañarle a esa expedición, que pienso ha de ser sonada, moño! ¿Pero a dónde voy yo con mi pata de palo? Los cojos, moño, no servimos más que para estarnos en casa haciendo empleita, acordándonos de que así como tejemos hoy el esparto, tejimos un día la historia de España.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba