Ejemplos con gachó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-¿Con ninguno? Mira que a mí Antoñico no es capaz de decirme una cosa por otra, y Antoñico, a pesar de la mucha güena voluntá que a ti te tiene, me ha dicho que te vieron platicando con un gachó que no ha querío decirme quién es, y ese gachó dice Antoñico que es un hombre que jura que se jaría to él catite na más que por sentirse en tu boca.
-¡Qué quiere usté que le cuente! Que ese Periquito, que es un gachó que cree que mujer a la que él le enseña la dentaura, mujer que se cae reonda ar suelo si él no la sujeta.
-Que no me quiere a mí ya ese gachó, te digo, que no me quiere ya como no sea que me pongan nueva la piel y que me torneen de nuevo.
» «Es mu posible», le contesté yo, y entonces ella, tan fresca y tan reposa como si le estuviera dando la ropa a la lavandera, me dijo: «Mi hombre, agüelito, está más loco que una cabra y me tiée ya jartica der to de sufrirlo, y yo no sé qué es lo que se ha pensao ese gachó, que se cree que con tres pesetas que me da Se puée comer como en el Hotel de Roma y vestir como los litris y jacer de cuando en cuando un viaje a la luna.
-Entonces hoy estará el gachó tan contento con el parné en el bolsillo.
, y si fuese tan «to pa mí», como dicen, no vestiría el hombre como viste, no tendría tan bien alimentá ni tan bien jateá a su hermana María Pepa, ni se gastaría un chusco cuando es preciso gastárselo, como el gachó se lo gasta.
-El día que ese gachó tenga que pagarle la apuesta al otro, ese día, como si lo viera, tiée que llamar al barbero pa que le dé una sangría.
-Cómo se conoce que nunca te ha sío a ti ese gachó ni medio simpático tan siquiera.
-Como que no se puée confundir con nadie ese gachó, como que es el mozo mejor plantao del barrio de Capuchinos.
Verdá es que naide podía suponer que el gachó tenía en el corazón una cosa que le podía causar la muerte con menos de na, con que se intentara quitarle el hipo, na más que con un repullo.
Pos güeno hubiera sío que un gachó de tus riñones se hubiera dejao llevar el pulso de mala jechura por un gachó como Joselito, que cuando se mata elante de él un pavipollo se tapa los oídos por no oír el cacareo.
¿Pos no vas a poner el perfil de medio luto porque se haiga dejao embragar por otro gachó la jembra que tú currelas?.
-Cállate tú, hombre, que lo que me pasa a mí con ese gachó es pa que lo egollara, no porque yo le deba los cuatro ochavos que le debo, sino porque yo no pueo olviar que por mo de él a mi compadre jacinto se lo comieron los gusanos.
-Ni me lo mientes tan siquiera a ese gachó -exclamó con voz vibrante de ira y apretando los puños Ortigosa -ni me lo mientes, que demasiao castigo tengo yo con tener que platicar con él de cuando en cuando, que cá vez que tengo que platicar con él es mismamente que si tomara el paliano.
Antonio no oyó las elocuentes palabras del respetabilísimo viejo. Lo que le pasaba era para entumecerle el tímpano a cualquiera, le ardía la sangre y algo hubiera dado en aquellos instantes por zambullirse en un baño de cuajaíta, no era para menos: ya estaba como todos los días Rosario en la puerta de la calle, sólo por el gusto de ver pasar al de Mairena, ¡aquello era para poner tarumba, al de más luces!, ser despreciado por causa de Paco, de aquel gachó para sacar en luz al cual se necesitaba todo un cargamento, no ya de sal sosa, sino de espíritu de vino, ¡y ser él la víctima!, él, que según rezaba la partida de bautismo, acababa de cumplir los veinticuatro abriles, él, que según los espejos y el decir de las gentes era de lo más bizarro del distrito, él, que se lavaba todos los días y se gas taba casi un tarro de aceite de almendras dulces con esencia de bergamota, en dejarse la cabeza como si fuera de cristal, él, que tenía un establecimiento acreditadísimo y un traje de reserva para las grandes solemnidades.
Yo siento tener que darte este mal rato, pero tan y mientras, yo te pueo asegurar que yo me enteré de que tos los días, tos sin faltar uno, platicaba ella dos palabras, dos palabras na más, pero al fin dos palabras, con un gachó que a mí me ha dicho muchas veces que con gusto se jaría to er catite na más que por endulzarle el velo del paladar a tu Pepa.
-Pus por ella también lo debes jacer, porque a ella lo que le sobrarán serán hombres en cuanto tu agüeques el ala, porque como es más bonita que el sol y tiée más rocío que las flores y no hay gachó que no se hirnotice oyéndole cantar aquello de.
-¡Vaya un mozo con condinga! ¡Vaya un gachó con toa la sigüela! Pa dicir to lo bruto que es se necesita una bula pontificia.
Como ese gachó tiée más dura que un yunque la voluntá y no sabe jugarle a naide una mala chanaíta, empezó el hombre a darse contravapor y a jecharse la galga por no darle que sentir a su amigo, a pesar de que éste no le había dicho naíta de lo que tanto le dolía, y por mo de esto no fue antes al cuartel a darnos parte de lo que había jechito usté con su presona.
-¿Y se pudiera saber, ya que tanto le interesa a usté ese hombre -preguntóle sonriendo graciosamente Pepilla, al par que se sentaba en el poyo de la reja-, desde cuándo ha advirtío ese gachó que le han quitao tantas cosas como dice usté que le han quitao?.
-Pos no uno, sino la mar de delitos son los que ha cometío usté con un gachó que jace mu poco tiempo que ha venío de Ecija pa embarcarse pa La Habana, y el cual ha estao jace un ratillo en el cuartel y me ha dicho que le han robao cuasi to lo que traía consigo, y que es usté la que ha jecho con él esa fechoría.
-Pero vamos a ver, ¿por qué le has tomao tú tantísima tirria a ese gachó, que yo me entere?.
No será fijamente ese gachó el que a mí me quite los núos de las enaguas blancas ni el que me arruge la chapona.
-¡Toma! ¿Y te he dicho yo acaso que sea el de Zumalacárregui? Yo lo que te he dicho es que sacó y besó el retrato de un gachó.
Pos conforme te iba diciendo, Rosario jizo seis el retrato de tu nueva surtana, se metió la mano en aquer proigio que Dios le puso por pecho, y na, que se sacó de él otro retrato y le soltó un beso al otro retrato, que es el de un gachó que yo conozco y que vale tanto como tú, y coste que en esto ni te ofendo ni te alabo.
-¡Vaya si puée ser! Como que el hombre se explayó conmigo, y resulta que er gachó debe jasta er jarabe que toma pa la tos, y que si no se le sueltan los parneses, dentro de na no le quea de la carnicería ni el rótulo.
cuando ese gachó hace tó eso, hipo le da a la jembra de más aguante.
-Y tú sabes lo que es ése cuando se escamonda y suelta los trapos de la briega y se pone un terno que tiée de elasticotín y se tira er pavero atrás y abre er pico que se canta el gachó unas soleares que me río yo del Litré y del Picotúo.

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