Ejemplos con franqueada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Marte tiene una atmósfera tan tenue que ha podido ser franqueada por un número de meteoritos proporcionalmente menor que el de los que han acribillado el suelo lunar, pero mayor que el de los que han caído sobre la Tierra en el mismo tiempo.
La muralla que rodea la ciudad es de los siglos XII y XIII, de mampostería franqueada de trecho en trecho por cubos semicilíndricos.
La fachada está franqueada por dos torres que delimitan la terraza oculta por el antepecho.
La parte izquierda del rodau esta franqueada por un tablón para que no salga la bola.
Hay una rocalla próxima a la entrada de Marygate, por las ruinas de la iglesia de la abadía, y en frente de la entrada del Yorkshire Museum hay una terraza franqueada con lechos de rosas blancas, el símbolo de Yorkshire.
La puerta enmarcada por molduras de orejas y franqueada por tres pares de pilastras, encima tiene un alto cuerpo con el escudo de los Jove, sostenido por dos leones entre dos pilares y sobre ellos un frontón curvo.
En el cuerpo inferior, puerta de dintel recto franqueada por doble columna contracolumna, y en su eje escudo y hornacina con imagen.
Franqueada la portada principal se penetra a un patio cuadrado de gran carácter, a través de un zaguan de planta también cuadrada, cuyo techo lo forma un artesonado de madera.
Una vez franqueada la entrada principal, nos tropezamos con tres gradas de piedra que delimitan en realidad un pequeño rellano, se trata de una circunstancia poco corriente que nos hace pensar en la ampliación que sufrió el templo en el siglo XVIII, cuando se procedió a avanzar el frontis hacia la Plaza del Adelantado.
Franqueada la estancia vi en el umbral una mujer de espigada estatura, vestida de luengos paños negros que caían hasta sus pies con pliegues estatuarios.
Apenas franqueada en el correo mi carta de ayer, llegó a mi noticia que D.
Subió el buen Santiago al segundo piso de la misteriosa casa, llamó tirando de un sucio cordón, le atisbaron por un ventanillo reforzado con cruz de hierro, y franqueada al fin la puerta, viose ante un hombre escueto que lo mismo podía parecer torero de invierno que sacristán de las cuatro estaciones, el cual, previo examen de la media tarjeta, le introdujo y encerró en una estancia con las paredes cubiertas de imágenes, estampas piadosas y objetos de devoción.
Franqueada la puerta por el sereno, entró y subió la camarista en traje de corte, arrastrando su cola por aquellas nada limpias escaleras.
Todo fue muy bien hasta que, franqueada la puerta y torciendo hacia el río, pasaban frente a la Universidad.
Cuando, franqueada la escalera, se llegaba al entresuelo, era preciso hacer un cálculo matemático para saber qué dirección debía tomarse, pues el viajero se encontraba en el centro de un pasillo tan oscuro, que ni en pleno día entraba por él una vergonzante luz.
Abriose la puerta, o franqueada por dentro o rota desde fuera, que esto no se sabe bien.
Jaraicejo, después de ser reconocido por el viejo Millán, fuele franqueada la puerta de la.
Junto al noble linaje de artistas, nunca muy grande en número, para quien la perfección es la dulce enemiga, aparecen aquellos otros fáciles, inexhaustos y torrentosos, los que, indistintamente y a manos llenas, derraman, con la derecha, belleza, con la izquierda, trivialidad, acumulando, entre ambos materiales, tan desigual y vasta obra como la del Tintoreto en pintura, en música la de Donizetti, o la de Lope de Vega en poesía, pero no siempre la mayor realización de fuerza está del lado de quienes más producen, y más considerable suma de energía consagrada al arte representa, sin duda, la vida de un Flaubert, recluido en su encierro y soledad de monje artífice, para dejar por fruto de su esfuerzo titánico unas pocas novelas, que la vida de un Lope, franqueada a todos los vientos de la acción y el placer, y arrojando al mundo, por los resquicios que acertaba a abrir entre unos amores y unas cuchilladas, tal cantidad de invención que, entre veinte autores que se la repartiese, aun pasarían por pródigos.
Franqueada la puerta de la leyenda, fatal a la esperanza, contemplamos con alegría o tristeza el horror de otro mundo.
Apenas franqueada una puerta de cobre con incrustaciones de granates, que cerraba por aquel lado el jardín, hallose ante un mar de peridotas en cuyo centro se alzaban las murallas de azulados diamantes de la Ciudad de Dios.
Franqueada la puerta, y ya en el pasillo, se detuvieron nuevamente perplejas, desorientadas.
El torreón, edificado en un peñasco saliente, forma una especie de rombo de pocos pies cuadrados, y comunica con el resto de la fortaleza por una estrecha garganta franqueada por dos terribles despeñaderos.

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