Ejemplos con fausta

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mientras Violeta se debate entre dos amores, la precaria situación obliga a la familia Madrigal a mudarse a la ciudad para vivir en casa de los Lazcano, lugar donde tendrán que soportar la franca hostilidad de Fausta, la tía de Leonora, quien inventará juegos macabros e intrigas sólo con la enfermiza intención de divertirse al verlos sufrir.
En este marco, el director de la Compañía Teatral Italia Fausta, Omar Varela, le ofrece el papel protagónico interpretando a la artista francesa Edith Piaf en una obra músico/teatral basada en el libo de la autora inglesa Pam Gems.
Durante su estancia allí, Dalmática y Sila tuvieron dos hijos, Fausto Cornelio Sila y Fausta Sila, casada con el pretor Tito Anio Papiano Milón.
Fue padre de Lucio Cecilio Metelo y de Cecilia Metela Dalmática, que se casó con Marco Emilio Escauro y cuando el Príncipe del Senado murió durante la Guerra Social, contrajo matrimonio con Lucio Cornelio Sila muriendo en un parto pero habiendo dado al dictador dos hijos, los gemelos, Fausta Sila y Fausto Sila.
Apenas se bajó el telón García corrió como un cohete a participar a su amigo la fausta nueva.
Pronto se alegró de haber sabido esperar, pues no tardó en advertir una cosa que le pareció fausta, simbólica y de mucho alcance, en medio de su vulgarísima sencillez, por cuanto le trajo a la imaginacion la humilde ceremonia con que se enciende en la Iglesia la mañana del Sábado de Gloria.
Al llegar al pueblo, uno de nosotros propuso anticiparse para anunciar a doña María la fausta nueva, pero no permitió D.
¿De cuántos y cuántos objetos distantes, no nos informa el oido, con respecto a los cuales nada puede decirnos el tacto? El galope del caballo que amenaza atropellarnos, el ruido del torrente que nos puede arrebatar, el trueno que retumba y nos anuncia la tormenta, el estruendo del cañón que nos da noticia de que ha principiado una batalla, el ruido de las carreras, de la gritería, de los tambores y campanas, que nos indican el estallido de la cólera popular, la música estrepitosa que nos informa de la alegría causada por una fausta nueva, el concierto dedicado a los placeres del salon, el canto que nos hechiza con melancólicos recuerdos, con sentimientos de esperanza y de amor, el ay! que nos avisa del sufrimiento, el llanto que nos aflige con la idea del infortunio, todo esto nos dice el oido, sobre todo esto nada puede decirnos el tacto.
Hace cuatro horas que se halla en las caballerizas de Fausta.
El general Godinot recibe la fausta nueva de boca del jefe expedicionario.
Los agustinos brincaron de gozo, y en breves minutos circuló tan fausta noticia por la ciudad, y aun alcanzó a llegar a las poblaciones inmediatas, de donde muchos emprendieron viaje al Cuzco para tener la dicha de escuchar al egregio predicador.
Alonso al saber la fausta nueva, que se echó en brazos del soldado diciéndole:.
Saltó éste de la cama, se impuso de la fausta nueva, se metió un macfarland y un par de zapatillas y salió a la calle brincando como un loco.
Fausta, tráele vino a Milmarcos».
Por otra parte, si se le daba aviso de que alguno de sus generales había alcanzado una victoria, ocultaba al que lo había traído, y presentaba a la cierva coronada como anunciadora de buenas nuevas, excítándolos a mostrarse alegres y a sacrificar a los dioses, porque en breve había de llegar una fausta noticia.
Aun más: habiendo dado a luz Metela dos gemelos, varón y hembra, a aquel le puso el nombre de Fausto y a ésta el de Fausta, por los Romanos llaman fausto a lo dichoso y plausible: y era tanto mayor la confianza que ponía en su feliz suerte y en sus propias acciones, que con haber hecho morir a tantos y haber causado en la ciudad tanto trastorno y mudanza, abdicó la dictadura y dejó al pueblo árbitro y dueño de los comicios consulares, y no se puso al frente, sino que anduvo por la plaza como un particular, exponiendo su per- sona a los atropellamientos e insultos, sin embargo de que apenas podía dudarse iba a ser elegido contra su opinión Marco Lépido, hombre resuelto y belicoso, no por afición a él, sino por miramientos del pueblo hacia Pompeyo, que lo solicitaba e intercedía en su favor.
Algunos dicen que intentó extender en verso sus leyes, y hacen mención del exordio, que era en esta forma: En el principio a Zeus, hijo de Cronos, pedimos que, a estas leyes favorable, fausta fortuna y gloria darles quiera.
Mi ama quiso que yo fuera una espía cerca de Fausta Belmon, y me hizo su criada favorita para acercarme a ella, para ser manera de contar los suspiros de su pecho, los latidos de su corazón, y cerré mi alma a sus caricias para aborrecerla con el odio de mi ama.
Le constaba a Nicasio, el platero, que se lo había confiado a doña Fausta, la tintorera, y a sus niñas: habría champaña y langostinos, y hasta se esperaba una sorpresa, un plato de marqueses, que se llama ¡bestión de fuagrá!.
El rojo de la cólera invadió visiblemente el rostro del general, que fijó en Fausta una mirada feroz.
-Fausta sonrió tiernamente al general y añadió entre un mohín y un suspiro.
-Fausta miró aquella firma con un aire de desdén.
¡Si fuera Fausta!, ¡oh! ¡ya sería otra cosa!.
Lo cierto es que los griegos de Micale, antes de que volando les viniese la fama como para ganar las albricias, estaban muy temerosos y solícitos, no tanto por su propia causa como por la común de los demás griegos, siempre con el temor de que cayese al cabo la Grecia toda en las manos de Mardonio, pero llegada la fausta nueva, iban al combate con nuevos ánimos y mayor brío.
Una vez formados los griegos en sus filas, parten sin dilación hacia el enemigo, al tiempo mismo de ir al choque, y vuela por todo el campo ligera la fama con una fausta nueva, y deja verse de repente en la orilla del mar una vara levantada a manera de caduceo.
Decía este insigne varón, que los intérpretes no daban de lleno en el blanco del oráculo, y alegaba que si aquel verso recayera de algún modo contra los atenienses, no se explicara el oráculo con tanta blandura, antes bien dijera, ¡oh fatal Salamina! en vez de decir ¡oh Salamina la fausta! puesto que los moradores debiesen perecer cerca de ella, y que tomando el vaticinio por el verso que les convenía, la verdad era que aquel oráculo lo había dado Dios contra los enemigos y no contra los de Atenas.
Otros decían, por otra parte, que aludía el dios a las naves, y eran de sentir que dejando lo demás se alistase la armada, si bien estos que entendían las naves por aquel muro de madera no veían claro el sentido de los dos últimos versos que decía la Pitia: «¡Oh Salamina la fausta! ¡oh cuánto hijo de madre perderás tú, o bien Céres se una o se separe!» Estos versos, repito, ponían en confusión a los que tomaban las naves por aquel muro de leño, por cuarto los intérpretes de esta opinión los entendían de modo como si fuera necesario que los atenienses dispuestos a una batalla naval quedasen vencidos cerca de Salamina.
¡Oh Salamina la fausta! ¡oh cuánto hijo de madre perderás tú, o bien Céres se una o se separe!».
Y en seguida comuniqué mis temores a tu difunto padre, y tu padre se sometió dócilmente a mis palabras, y tuvo paciencia hasta que llegó la hora fausta y propicia para la operación.
Godfrin encargaríase de llevar la fausta nueva sin pérdida de tiempo.

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