Ejemplos con excelentísimos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

los Excelentísimos Ayuntamientos de Mataró y de Barcelona, y de la Excelentísima Diputación Provincial de Barcelona.
Tampoco son infantes los maridos de las infantas Elena y Cristina, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, que reciben el tratamiento de Excelentísimos Señores , además de los correspondientes títulos de duque consorte de Lugo y duque consorte de Palma de Mallorca a título vitalicio no transmisible a sus hijos mientras sigan siendo consortes de las infantas o permanezcan viudos.
En España la posesión de un título de nobleza no supone,hoy en día, ningún privilegio,es una distinción de carácter honorífico acompañada del tratamiento de Excelentísimos Señores para aquellos títulos que poseen la dignidad de Grandes de España y de Ilustrísimos Señores para los demás.
El mismo manuscrito copia el epitafio colocado en la iglesia de Burgos, al lado del evangelio, en el que se consignan las donaciones hechas a la primitiva fundación en esta casa de San Felices, orden de Calatrava, yacen los cuerpos de los excelentísimos y por los excelentísimos D.
Créanme los señores excelentísimos: mejor que ser la liebre guisada, es ser el cocinero que la guisa, ya que no sea uno el rico que se la come.
El hombre, una vez conseguida su incumbencia, tomó el portante, mas la Reina y todo el señorío de Palacio salieron dando chillidos tras él, y en la escalera le apresaron los excelentísimos alabarderos.
Pedro López creyó sucumbir de plétora de inspiración al dar cuenta en del gran baile de celebrado el lunes de Carnaval en casa de los excelentísimos señores marqueses de Villamelón Hay situaciones, hay espectáculos que el hombre comprende y admira con su instinto, pero no puede describir ni comentar con su talento, en tales casos, el poeta más grande, el escritor más maestro, es el que exhala el grito más natural, la exclamación más vehemente Por eso juzgó Pedro López la mejor manera de describir el mágico baile estampar al frente de una cuartilla un ¡¡¡Oh!!! profundo, un verdadero de pecho literario, y dejar todo lo demás en blanco.
Primero pensó regalarle al duque dos excelentísimos podencos que tenía, congraciarse así con él y cortarle su influencia a Mataburros.
Apeóse en seguida, y luego que tomó en la mano las armas del caído, alzando los ojos al cielo, exclamó: “¡Oh Júpiter Feretrio, tú que registras los designios y las grandes hazañas de los generales en las guerras y en las batallas, tú eres testigo de que con mi propia mano he traspasado y dado muerte a este enemigo, siendo general, a otro general, y siendo cónsul, a un rey, conságrote, pues, estos primeros y excelentísimos despojos, tú concédeme para lo que resta una ventura igual a estos principios!” En esto acometió la caballería, peleando, no con la caballería separada, sino también con la infantería que allí se agolpó, y alcanzó un especial, glorioso e incomparable triunfo, pues no hay memoria de que tan pocos de a caballo hubiesen vencido jamás a tanta caballería e infantería juntas.
Créanme los señores excelentísimos: mejor que ser la liebre guisada, es ser el cocinero que la guisa, ya que no sea uno el rico que se la come.
En lo de acuñar nobles al por mayor y en la prodigalidad de los Excelentísimos, Ilustrísimos y Reverendísimos, no hay país en el mundo que nos iguale.
A esos elegantes Baldomeros les han dado títulos de Condes y Marqueses, y andan por ahí con el rango y tratamiento de Excelentísimos señores.

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