Ejemplos con excelentísima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En atención a su contribución a la cultura valenciana, procede conceder la Distinción de la Generalitat Valenciana al Mérito Cultural a la Excelentísima señora dona María Consuelo Reyna Doménech.
los Excelentísimos Ayuntamientos de Mataró y de Barcelona, y de la Excelentísima Diputación Provincial de Barcelona.
Excelentísima Diputación Provincial de Huelva.
Se ha congregado hoy mismo todo el pueblo en Cabildo abierto, y, sin razón de dudar, ha declarado sus anticipados vivos deseos de la unión con esa ínclita capital, y en la tarde del propio día se ha jurado la obediencia a su Excelentísima Junta por todas las autoridades y corporaciones, desde la Real Audiencia hasta la ínfima clase, en la más dulce efusión de sus patrióticos sentimientos, tan dolorosamente reprimidos, según instruye el adjunto testimonio del acta capitular.
La actual portadora del título es la Excelentísima Marquesa de La Felguera Doña María del Carmen Velázquez Duro y Cardenal y, por extensión su marido, Don Emilio Colomina de la Torre.
Nobles fieles y leales paraguayos: vengo de representante de la Excelentísima Junta Provisional Gubernativa de las Provincias Unidas del Río de la Plata que gobierna a nombre de su majestad el señor don Fernando VII.
Sobre el piso del escaparate, forrado de peluche verde, se alineaban varios pares de zapatos y botas, realmente exquisitos, apoyados oblicuamente en sendos sustentáculos de níquel, y con inscripciones debajo que decían: Zapatos de piel de Suecia, encargo de la excelentísima señora duquesa de Somavia.
Excelentísima señora condesa de Nacharnudo.
En la primera de las banquetas de detrás, María Valdivieso, Paco Vélez y Gorito Sardona reían a carcajadas, disputándose el honor de soplar con alientos de buzo en la sonora corneta, avisando a los pacíficos aldeanos y a los mensurados bueyes, a las modestas de camino y a las chillonas carretas cargadas de helechos, que se quitasen de en medio, que se echasen a un lado y se tirasen todos de cabeza por cualquier barranco, porque el , con seis caballos, de la excelentísima señora condesa de Albornoz, necesitaba libre toda la carretera de Guipúzcoa.
La marquesa de Villasis habíase negado rotundamente a aceptar la presidencia, Currita rechazó la humillante oferta de un cargo secundario, con muestras de gran resentimiento, las carlistas, muy indignadas, tiraron por un lado, y las radicales, muy ofendidas, se fueron por el otro, dejando vacante el canto épico a la caridad que perpetraba en silencio la excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla, y vacío el gran bolsón Pompadour de terciopelo rojo que la señora de López Moreno pensaba encargar a la modista para recoger las colectas.
Tesorera: excelentísima señora doña Ramona Gómez de López Moreno.
Secretaria: excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla.
Excelentísima señora duquesa de Bara.
Excelentísima señora doña Servanda Molinillos de Martínez.
Excelentísima señora condesa de Minahonda.
Vocales: excelentísima señora duquesa de Astorga, excelentísima señora condesa de Villarcayo.
Vicepresidenta: excelentísima señora condesa de Albornoz.
Presidenta: excelentísima señora marquesa, viuda de Villasis.
En vano iba de un lado a otro la marquesa de Butrón, intentando, con su fino tacto y sus delicadas maneras, ahogar en germen aquellos puntillos mujeriles, aquellas vanidades alborotadas que amenazaban dar al traste con la suspirada fusión a duras penas obtenida en el baile de Currita, tan sólo pudo conseguir su ímprobo trabajo colocar a la duquesa de Astorga, mujer bondadosísima, al lado de la excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla, cuya colosal figura se destacaba sobre un asiento muy alto, aislada entre tirios y troyanos, silenciosa y pensativa, cual Safo meditando su suicidio en lo alto de la peña de Léucades.
Triunfante Butrón y rejuvenecido, felicitaba a unos, animaba a otros, multiplicábase por todas partes, tendiendo siempre la caña, y entre el calorcillo de la cena y el humo de las satisfacciones, estuvo a pique de desquiciarse aquella cabeza tan firme, hasta el punto de pasar por ella la idea de invitar para el cotillón a la excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla.
Era la excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla, eminente literata, poetisa afamada, a quien Butrón había echado el ojo para secretaria de la junta de señoras.
Entusiasmóle por completo este pensamiento, que acallaba sus escrúpulos y satisfacía su vanidad, imaginándose ver ya en todos los periódicos de Europa pomposos elogios tributados a la piadosa munificencia de la excelentísima señora condesa de Albornoz.
¡Era la misma! Probado quedaba que la excelentísima señora condesa de Albornoz era una trapisondista de tomo y lomo, y el excelentísimo señor gobernador de Madrid un majadero de siete suelas.
Esta ilustre salvaje civilizada era la excelentísima señora doña Francisca de Borja Solís y Gorbea, condesa de Albornoz, marquesa de Catañalzor, dos veces grande de España por derecho propio, y marquesa de Villamelón y de Paracuéllar, con otra Grandeza, por el héroe de la batalla de Cabo Negro, su ilustre marido.
Le desacreditaban el establecimiento con sus feas palabras, los guardias le tomarían ojeriza por consentir en su casa tales blasfemias contra la excelentísima corporación, y ademásesto era lo principal, conocía de antiguo a aquellos parroquianos, que, cuando se alumbraban de veras, costaba un disgusto sacarles el dinero.
El señor cura, que es persona excelentísima, me invitó, pero ¡mamola! ¡no fuí, no fuí! ¡Qué había de ir este pobre viejo! Ocaña vino después a darme satisfacciones, y con mil hipocresías me negó lo dicho.
Su desconsolada viuda, la excelentísima señora doña Clotilde Pedregales.
excelentísima, neo por todos los cuatro remos, sostuviendo su derecho de que se dejara intanta la sepoltura, por respeto a los huesos, que asina juesen de varón humano como de animal cuadrúpedo, no eran los llamados a residir en el Pantaleón de ésa, hecho para gente de muchas campanillas, como V.
excelentísima en el día de mañana que fenezca.

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