Ejemplos con especería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Preguntándoles Ricaredo en español que ¿qué navío era aquel? respondieron que era una nave que venia de la India de Portugal, cargada de especería, y con tantas perlas y diamantes, que valia mas de un millon de oro, y que con tormenta habia arribado a aquella parte, toda destruida y sin artillería, por haberla echado a la mar la gente enferma y casi muerta de sed y de hambre, y que aquellas dos galeras, que eran del cosario Arnaute Mamí, el dia ántes la habian rendido, sin haberse puesto en defensa, y que a lo que habian oido decir, por no poder pasar tanta riqueza a sus dos bajeles, la llevaban a jorro para meterla en el rio de Larache, que estaba allí cerca.
—Alta Majestad, en fuerza de vuestra ventura y en consecucion de mi deseo, despues de haber muerto de una apoplejía el general de Lansac, quedando yo en su lugar, merced a la liberalidad vuestra, me deparó la suerte dos galeras turquescas que llevaban remolcando aquella gran nave que allí se parece: acometíla, pelearon vuestros soldados como siempre: echáronse a fondo los bajeles de los cosarios: en el uno de los nuestros en vuestro real nombre di libertad a los cristianos que del poder de los turcos escaparon: solo truje conmigo a un hombre y a una mujer, españoles, que por su gusto quisieron venir a ver la grandeza vuestra: aquella nave es de las que vienen de la India de Portugal, la cual por tormenta vino a dar en poder de los turcos, que con poco trabajo, por mejor decir sin ninguno, la rindieron, y segun dijeron algunos portugueses de los que en ella venian, pasa de un millon de oro el valor de la especería y otras mercancías de perlas y diamantes que en ella vienen: a ninguna cosa se ha tocado, ni los turcos habian llegado a ella, porque todo lo dedicó el cielo, y yo lo mandé guardar para vuestra Majestad, que con una joya sola que se me dé, quedaré en deuda de otras diez naves, la cual joya ya vuestra Majestad me la tiene prometida, que es a mi buena Isabela: con ella quedaré rico y premiado, no solo deste servicio, cual él sea, que a vuestra Majestad he hecho, sino de otros muchos que pienso hacer por pagar alguna parte del todo casi infinito que en esta joya vuestra Majestad me ofrece.

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