Ejemplos con escarlatas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tampoco se requería mucha preocupación por la impedimenta, ya que cada uno se presentaba con sus armas, trajes de campaña - que ni siquiera tenían el aspecto de uniformes, salvo las túnicas escarlatas de los espartanos- y efectos personales cargados en una mula o llevados por un esclavo.
Las grandes nubes escarlatas, los stratus obscuros en forma de peces, acabaron por ocultar el sol.
Anchos vellones policromos, como las telas de Liberty, flotaban en islas de fuego, en golfos de cinabrio, en selvas escarlatas, en lagos azules, enredándose a las cumbres de montañas de oro que se derrumbaban en fantástico derrumbe con los cambiantes cegadores de una danza serpentina.
Con las piernas cruzadas sobre su esterilla, grave el talante y pensativa la mirada, Abdalá el Susi ve llegar los camellos agobiados bajo tremendas cargas con grandes manchones de alquitrán en su piel, para defenderlos de la sarna, pasan los cadíes de las tribus, en visita de ceremonial al Alto Comisionado, revestidos por magníficos albornoces escarlatas.
Pasan las yuntas de bueyes y los rebaños de moruecos, y las cabras saltarinas, y las cargoneras del valle, y los campesinos de la vega, y los cadíes envueltos en sus magníficos albornoces escarlatas, con los bordes revestidos de una trencilla de oro, cantan los muecines a la hora eterna el pregón de la oración, y hace bailar el buñuelero sus buñuelos en la sartén, y Abdalá el Ladrón está allí, sentado sobre su polvorienta esterilla amarilla, repitiéndose por milésima vez.
Grandes nubes rojas circulaban frente a sus ojos, el hombre de Ceilán le parecía un gigante inclinado sobre él entre bloques de montañas escarlatas.
Los rojizos tejados caían oblicuamente, protegiendo con el alero los tragaluces y ventanitas de las buhardillas, y entre la pimpante hojarasca de los castaños, por encima de la copa de los granados manchados de asteriscos escarlatas, se veía un gallo de cinc moviendo su cola torcida a todos los vientos.
Miraba deleitado los senderos de grano rojo en los parques, que avanzaban sus láminas escarlatas hasta los prados, manteles verdes esmaltados de flores violáceas, amarillas y rojas.
Moscardones de alas de cristal revoloteaban en torno de las manchas escarlatas de los granados.
Erdosain miraba por los cuadriláteros formados por los hierros de la ventana, las manchas escarlatas en las copas verdes de los granados.

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