Ejemplos con encogidito

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En esto llegó a la enfermería el castrense don José Moirón, hombre excelente, modoso y encogidito.
Queriendo poner un comentario a la primera de estas interesantes nuevas, el buen castrense, modoso y encogidito como un Capellán de monjas, echó de su boca esta exclamación pagana: Séanos propicio el Dios de las batallas.
En esto llegó a la enfermería el castrense don José Moirón, hombre excelente, modoso y encogidito. Por su mezquina presencia y delgada voz, más parecía capellán de monjas que de marineros y oficiales de guerra. El hombre desempeñaba la cura de almas en la sociedad militar con celo y modestia, hablando poco y no traspasando jamás el límite de sus funciones espirituales. A los moribundos asistía con amor, a los enfermos acompañaba, amenizándoles con su conversación dulce las tristes horas de encierro en la enfermería de paz. «¿Qué tal, Binondo? Parece que te animas charlando con tu amigo Ansúrez... ¿Y tú, Diego, no encuentras a José más alentado? Los hombres de mar tenéis siete vidas... Todavía, José, has de ver cómo se te remienda el arca del pecho... Volverás a tu oficio de pasear por las vergas como yo me paseo en el Perejil de Cádiz... Ánimo, hijo... No llevo a mal que lloriquees un poco, porque así se te despeja el corazón de malos quereres». Binondo contestó con mugidos blandos a estas cariñosas palabras. De la cuestión de conciencia nada dijo el Capellán delante de Ansúrez: hablaron de Geografía y de la feísima pinta del paisaje que tenían por una y otra banda. «Dichoso tú, Binondo, que no ves el horror de estas tierras endemoniadas. Vegetación, Dios la dé... Y de animales, ¡qué pobreza! No he visto más que unos pájaros, que no sé si son nadantes o volantes, que están parados y erguidos mirándonos desde tierra... Su forma es la de botijos con plumas».
Queriendo poner un comentario a la primera de estas interesantes nuevas, el buen castrense, modoso y encogidito como un Capellán de monjas, echó de su boca esta exclamación pagana: «Séanos propicio el Dios de las batallas».

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba