Ejemplos con empero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

en esta tierra habitan unos indios marinos que traen unas canoas de tres tablas, en la manera que son las de los Coronados, empero hablan otra lengua que los de los Coronados no entienden.
Por sus altas calificaciones el gobierno de turno le concedió la oportunidad de trabajar con el magisterio nacional, nombrándolo como maestro de la Escuela Nacional Urbana de San Juan la Laguna, que apenas atendía los tres primeros grados, empero, este profesor rural logró llevarla a que atendiera la primaria completa.
Tiene las hojas muy gruesas y blanquecinas, como las de las verdolagas, empero más gruesas y algún tanto más luengas, las cuales son saladas al gusto.
Las obras, empero, de nuestro Salvador estuvieron siempre presentes, puesto que eran verdaderas, los que curó, los que resucitó de entre los muertos no fueron vistos solamente en el momento de ser curados y resucitados, sino que estuvieron siempre presentes y eso no solamente mientras el Salvador vivía aquí abajo, sino aún después de su muerte han sobrevivido mucho tiempo, de suerte que algunos de ellos han llegado hasta nuestros días.
En esta entrega, empero, no han sido cabalmente agregadas.
El codicioso judío respondió que cuatro mil doblas, que vienen a ser dos mil escudos, mas apénas hubo declarado el precio, cuando Alí bajá dijo que él los daba por ella, y que fuese luego a contar el dinero a su tienda: empero Hazan bajá, que estaba de parecer de no dejarla, aunque aventurase en ello la vida, dijo:.
Eso, hermano Sancho dijo el canónigo, entiéndese en cuanto al gozar la renta, empero, al administrar justicia, ha de atender el señor del estado, y aquí entra la habilidad y buen juicio, y principalmente la buena intención de acertar, que si ésta falta en los principios, siempre irán errados los medios y los fines, y así suele Dios ayudar al buen deseo del simple como desfavorecer al malo del discreto.
Halló don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea, las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle, la bodega, en el patio, la cueva, en el portal, y muchas tinajas a la redonda, que, por ser del Toboso, le renovaron las memorias de su encantada y transformada Dulcinea, y sospirando, y sin mirar lo que decía, ni delante de quién estaba, dijo:.
Finalmente, don Quijote, encomendándose de todo su corazón a Dios Nuestro Señor y a la señora Dulcinea del Toboso, estaba aguardando que se le diese señal precisa de la arremetida, empero, nuestro lacayo tenía diferentes pensamientos: no pensaba él sino en lo que agora diré:.

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