Ejemplos con distraídas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los grandes escotes, las blusas blancas y sus actitudes melancólicas y distraídas, parecen más propios de las damas de buena posición de la época que de verdaderas empleadas de un taller.
En una de esas cartas aclaraba que las armas de la Patria, distraídas del todo de su objeto principal, ya no se empleaban sino en derramar sangre de sus conciudadanos, de los mismos cuyo sudor y trabajo les aseguraba la subsistencia.
La Iglesia -e incluso el estado- fueron distraídas por facciones religiosas cuyos conflictos eran muchas veces sangrientos, y siempre implacables, la atención de los emperadores fue desviada de los campos de batalla a los sínodos.
Además, otros autores, añaden el Sitio de Khe Sanh como parte de la operación, para mantener distraídas a las fuerzas estadounidenses del objetivo principal.
Le acompañan la Naturaleza y la Razón mientras que la Carne y la Culpa están distraídas.
Con las fuerzas Imperiales distraídas por los ataques de los Orcos Sindri y Lord Bale tienen pocos problemas para llegar hasta el artefacto.
Cuando se hallaban más distraídas vino a interrumpirlas Gustavo Núñez.
Las burguesas de exuberantes carnes y respiración angustiosa dejábanse caer en los mullidos sillones, fatigadas por tan largo plantón, mientras las niñas correteaban o volvían como distraídas a los balcones, para ver si en la obscura plaza, perfumada de incienso, permanecía aún el grupito de adoradores.
Consistía este plan en dejar a las tres ruinas, en medio de la calle, cuando ellas estuvieran más distraídas con la procesión, y volver atrás.
El sol se ponía majestuosamente, el horizonte estaba limpio y despejado, terso el cielo azul, sólo una que otra nube esmaltada con los colores del arco iris y suspendida a inmensas alturas, se descubría en la gigantesca bóveda, soplaba una brisa ricamente oxigenada, blanda y fresca, las espadañas se columpiaban graciosamente sobre su tallo flexible reflejándose en las claras aguas de la laguna hasta humedecer en ellas sus albos penachos, como voluptuosas náyades de bella y blanca faz que al borde de la fuente empaparan las puntas de sus sueltos cabellos, mirándose distraídas y enamoradas de sí mismas en el espejo líquido y sereno.
Distraídas las fuerzas vivas de su naturaleza por las hondas agitaciones del último período de su vida, como sofocado un instante en él por la violencia misma de los acontecimientos que transformaron la faz de su existencia, sus instintos de nuevo ahora se revelaban, las innatas tendencias de su ser, vuelta a su espíritu la calma, más netamente cada día, a cada instante llegaban a acusarse.
Siempre se quedaba solo, si quería decir algo a la Regenta, a Visitación o a Edelmira, le dejaban las damas con la palabra en la boca, sin poder remediarlo, distraídas.
Una tarde que estaba entregada a semejantes pensamientos en el mirador de la quinta paseando por el cristal de las aguas distraídas miradas, llegóse su padre a ella a tiempo que sus ojos se fijaban en el castillo de Cornatel, plantado a manera de atalaya en la cresta de sus derrumbaderos.
Favorita, Dalia, Zefina y Fantina eran cuatro encantadoras jóvenes perfumadas y radiantes, con algo de obreras aún porque no habían abandonado enteramente la aguja, distraídas con sus amorcillos, y que conservaban en su fisonomía un resto de la severidad del trabajo, y en su alma esa flor de la honestidad que sobrevive en la mujer a su primera caída.
Recostada unas veces contra el banco de piedra puesto cerca del árbol, inclinada otras sobre su labor, miraba al espacio con distraídas pupilas o seguía el correr de la aguja por el tirante cañamazo.
Consistía este plan en dejar a las tres ruinas, en medio de la calle, cuando ellas estuvieran más distraídas con la procesión, y volver atrás.

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