Ejemplos con disfrutándolas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una cosa particular ocurre en esta comparación que no se ha ofrecido en ninguna otra de las que hemos escrito, y es que entre los comparados uno haya sido imitador del otro, y éste venga de aquel a ser testigo, porque cualquiera en la descripción que Solón trazó a Creso de la felicidad verá fácilmente que cuadra más a Publícola que a Tello, por cuanto Tello, de quien pronunció que había sido muy feliz por su honrosa muerte, por su virtud y por sus hijos, ni por sí mismo mereció lugar en los poemas de Solón como hombre de singular bondad, ni por sus hijos o magistraturas que hubiese obtenido alcanzó nombre y gloria, cuando Publícola en vida sobresalió en poder y gloria por su virtud entre los Romanos, y después de muerto, todavía en nuestro tiempo, al cabo de más de seiscientos años, los linajes y familias más ilustres, los Publícolas, los Mesalas y los demás Valerios refieren a él mismo la gloria de su origen. Tello es verdad que falleció como bueno a manos de los enemigos, manteniéndose en su puesto y peleando, pero Publícola, dando muerte a los enemigos, lo que a lo menos anuncia mejor suerte, y haciendo por su dirección y mando vencedora a la ciudad, triunfante, y colmado en honores, tuvo también aquel fin que era envidiado por el mismo Solón y preconizado como el más dichoso. Mas aquella exclamación que él mismo hizo contradiciendo a Mimnermo, sobre la duración de la vida, No deje yo al morir de ser llorado, antes, al expirar, de mis amigos muestras reciba de dolor y llanto, prueba también la dicha singular de Publícola, pues que al morir, no a sus amigos y familiares solamente, sino a la ciudad toda, a muchos millares dio ocasión de sentimiento, de lágrimas y de desconsuelo, porque las Romanas todas le lloraron, como si en él hubieran perdido cada una un hijo, un hermano o un padre. Dijo también Solón: Yo bien deseo poseer riquezas, mas no las quiero por injustos medios. Y es que, efectivamente, la pena llega un día. Y Publícola no sólo tuvo la felicidad de enriquecer sin reprensión, sino también la de gastar con esplendor, haciendo bien a los menesterosos. De manera que si a Solón le cupo ser el más sabio de todos, Publícola fue, sin duda, el más bienhadado, pues que las cosas que aquel deseó mayores y más apreciables, Publícola las poseyó, y hasta morir continuó disfrutándolas.

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