Ejemplos con discurría

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por esta calle discurría el ramal norte del río Esgueva, por lo que padeció frecuentes inundaciones, también incendios que propiciaron diferentes reformas entre los siglos XVII al XX.
El agua discurría por los lados del cono.
No osbtante, la autopista discurría paralela a ambos lados del río pasando bajo los arcos del puente y dejó marcado tanto su entorno como el de todo el río Manzanares.
Y glosando allá en su imaginación el parrafejo, discurría de este modo Si la señora condesa de Albornoz va a Loyola, es decir, al padre Cifuentes, y confiesa sus pecados y pide a Dios perdón de sus extravíos, o lo que es lo mismo, embauca a aquel varón respetable, diciéndole lo que le parezca y callándose lo que juzgue conveniente para ponerle de su parte a la sombra de su respetabilidad, agarrada a su manteo, entrará en el gremio de las beatas aristocráticas y se abrirá paso, rosario en mano, por el atajo de la piedad, hasta el alto puesto de que la calumnia y la ingratitud la han arrojado.
Estaba al tanto de los progresos científicos, y sin pedantería ni vanidades, así, como quien no quiere la cosa, discurría como un sabio, de Filosofía y de ciencias físicas y naturales, dando innumerables muestras de su claro talento y de su copiosa erudición.
No se sabe lo que aquel galopín discurría para encontrar a cada paso cosas nuevas, ya fuesen flores, ya pajaritos vivos, ya ballestas de caña, ya todo género de porquerías, que era lo que más entusiasmaba a la pequeña.
Pero el provecho que las muchas virtudes de Camila hicieron, poniendo silencio en la lengua de Lotario, redundó más en daño de los dos, porque si la lengua callaba, el pensamiento discurría y tenía lugar de contemplar, parte por parte, todos los estremos de bondad y de hermosura que Camila tenía, bastantes a enamorar una estatua de mármol, no que un corazón de carne.
Apeáronse en un mesón, que por tal le reconoció don Quijote, y no por castillo de cava honda, torres, rastrillos y puente levadiza, que, después que le vencieron, con más juicio en todas las cosas discurría, como agora se dirá.

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