Ejemplos con descocadas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Inmediatamente después de esto, Merino se fijó en las caras de chiquillos, de descocadas mujeres y pálidos hombres que aparecían en las rejas, y en el siniestro rumor del pueblo ansioso.
»Y en cuanto a Zola, no he dicho aún todo lo que tengo que decir. ¡Agárrese bien, amigo, que algún día hemos de hablar de lo que publicó usted con motivo del naturalismo!... ¿Pues qué se había usté figurao? ¿Que se pasaría la vida cobrando el barato y ejerciendo de matón literario? ¡Ca, hombre, ca! Pasen por esas horcas caudinas las vítimas que hiciera usted, gentecilla bobalicona que, con más miedo que vergüenza, pregona por ahí que es usted el satírico del siglo -porque en España vivimos de creer que tenemos el mejor orador del mundo, el mejor dramaturgo del mundo y todo lo mejor del mundo e insultamos diariamente a los franceses, sin los cuales no tendríamos más que toros, sol y cocido- gentecilla bobalicona, iba diciendo, y además ignorantona, que habla de las atroces sátiras de usted, sátiras que serían vistas por Larra con ojos de Micromegas, y que harían bostezar a Voltaire, sátiras con las cuales jugaría Rochefort como un tigre con un nido de hormigas... Pero Nos, Nos no pasamos por las horcas caudinas de usted, y no vale amenazar con sátiras atroces, porque no falta aquí su mijita de bilis y su manojito de nervios, créame usted, ni con peleas descocadas, porque cuando no hemos vivido en el puente de Segovia o en el barrio de la Alegría, pues vivimos en Chamberí, con que 'ni que decir tiene' si estamos acostumbrados a broncas, ni vale tampoco amenazar con hacer retratitos, porque aquí también gastamos fotografía, y, en fin, caballero, para no cansar más, que si usted salió de la cueva de Covadonga, de allí donde salió el oso que se comió a Favila, yo dato del golfo mejicano... y que nos conocemos, compadre, como si nos hubiéramos parido mutuamente.
descocadas cuan escotadas, cuando allí si se les veía una muñeca era ya perderse todo y ser.
Inmediatamente después de esto, Merino se fijó en las caras de chiquillos, de descocadas mujeres y pálidos hombres que aparecían en las rejas, y en el siniestro rumor del pueblo ansioso.
El ambiente era hermoso, como pocosAún los corpazos de las palmeras sostenían sus descocadas pelucas y apenas un ligero vien-tecillo les daba apariencias de enormes abanicos.

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