Ejemplos con conmigo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tú irás delante conmigo, que seré Gaspar y llevaré unas barbas blancas de estopa, y llevarás, como un delantal, la bandera de Colombia, que he traído de casa de mi tío, el cónsul.
No quiso el duque que mi padre recibiese a su tiempo, hereditariamente, el cargo familiar de mi abuelo, porquedecíaesto se acaba conmigo, el nombre se pierde, gracias a Dios, y la casa se transmite al hijo de Beatriz, que es un Somavia, conque allá entonces que él haga lo que le pete.
Ese será uno de los motivos que más me animen a llevaros conmigo.
Pero es el caso que tenemos que hallarle, y como podría llevar muy a mal que lo intentáramos indagando aquí y allá por los pelos y señales de su vida pasada, lo cual, por otra parte, no nos conduciría al fin que nos proponemos, ya que, por especial privilegio que gozo, me es posible dar con él a la primera tentativa, véngase el lector conmigo para acabar más pronto y evitar un mal rato a nuestro personaje.
Vamos, Simón, que esto es un laberiento que acaba conmigo.
Por eso espero yo, y conmigo todos los hijos de Santander, que la obra maestra de Pereda, y el monumento que mejor vinculará su nombre a las generaciones futuras, ha de ser su proyectada novela de pescadores:.
El mismo Pedro le sacará de ahí y le traerá conmigo en seguida.
Ven conmigo, mujerinsistí, cogiéndole la mano.
Quise que viviese conmigo, y le llevé a mi casa, en Castrofuerte, por una temporada.
Ofició conmigo el señor obispo, por exigencia de la duquesa, pero Su Ilustrísima, que no me había perdonado la antigua calaverada, me envió, apenas ordenado de mayores, a una parroquia rural inhospitalaria: San Madrigal de Breñosa.
Y he llevado siempre conmigo la imagen de la mujer, la imagen anterior a su desdicha y a la mía, y no pudiendo hacerla mi amada, hice de ella mi hermana.
Yo, por la violencia de mi amor, me sentí violento en la lengua: Nos escapamos, porque es el único camino que se nos abre, y si tú no lo sigues conmigo, es que no me quieres.
Ahora, le invito a entrar conmigo.
¡Entrad conmigo todos! ¡Mis verdaderos hijos sois vosotros! ¡Ayudadme para que pueda saciar vuestra hambre de pan y vuestra sed de justicia! ¡Ayudadme como hijos! ¡Ayudadme como animales hambrientos, como arcángeles o como demonios! ¡Rabiad, ovejas!.
Venid conmigo, y en el umbral de mi Casa me veréis pedir una limosna para vosotros.
Ahora te sentarás conmigo para que yo pueda sentarme algún día al lado de mi muerta.
Don Galán bajó conmigo a franquealle la puerta.
Cuando remate sus obligaciones, tiene de venirse conmigo.
No tengo más que uno ¡Uno solo que llena toda mi vida! Haré Confesión pública Llamad a los criados Que acudan todos ¡Criados de mi casa! ¡Hermanos que llegasteis aquí conmigo! ¿Dónde estáis? ¡Quiere hacer confesión ante vosotros Don Juan Manuel Montenegro! ¿Dónde estáis? ¡Llegad todos!.
¡Asús! ¡Qué picardías habla! Ciego había de estar para condenarse con la Rebola! ¡Y lo que es conmigo! ¡Asús! Llevo muchos años a cuestas, cuatro onzas y un doblón, para que me tienten los Díaños.
¡Calla, condenada! Cúbrete la cabeza con el manteo, y llora conmigo.
¡Ya amanece! Job, si puedes andar, ven conmigo.
Siempre agria e intolerante conmigo hasta que dejé la casa paterna, hoy, acaso fuera por los sufrimientos de la enfermedad, se mostraba dulce, afable, tierna.
Conmigo no tiene la pobrecilla sueño tranquilo.
El señor mi maestro me quiere mucho, y es conmigo demasiado benévolo.
Angelina se mostró conmigo muy reservada y desdeñosa.
Angelina, tan desdeñosa conmigo cuando estábamos solos, en presencia de mis tías se mostraba amable y obsequiosa.
Los primeros días me le encontraba yo en la esquina, y pasaba sin saludarme, después solía decirme, entre afable y sereno: ¡Adiós, joven! Más tarde, cuando conversé con él en el despacho, se mostró conmigo cariñoso y sincero.
Angelina se mostraba amable y cariñosa conmigo, pero pronto pude observar que no gustaba de quedarse sola a mi lado, antes, por el contrario, huía de mí como temerosa de un peligro.
Linillaasí la llamé en lo de adelanteno volvió a tocar el punto, y siempre se mostró conmigo afable y satisfecha.

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