Ejemplos con coged

Gervasio, ahora las bandejas de dulces ¡Coged uno de cada lado, mastuerzos!¿Qué quiere usted, señor Anselmo? ¿Piden los muchachos que en vez de vals sea rigodón? Pues toque usted rigodón.

Coged todos los candiles que hay en el mundo, encendedlos, recorred con ellos el suelo de España buscando la Justicia, y no la encontraréis.

Coged también esas cáscaras de nuez, y la ceniza de aquel braserillo.

Dejad este para mí, que lo necesito, y coged a Saint-Cyr, a Duhesme, a Verdier y a Augereau.

Andrés y tú, hermano, coged un palo, y cuando salgan, de cada garrotazo caerá un regimiento.

¡venid por mí! ¡Coged al Empecinado!.

En el piso segundo un padre anciano, sosteniendo a sus dos hijas que medio desmayadas se abrazaban a sus rodillas, nos decía: Haced fuego, coged lo que os convenga.

-Coged lo que os hace falta para un viaje de quince días y seguidme.

Tras de lo cual Abul-Hassán hizo seña al jefe tesorero para que se acercara, y le dijo: Coged del tesoro al instante un saco de mil dinares de oro, y ve al mismo barrio adonde he enviado al jefe de policía y pregunta por la casa de Abul-Hassán el que llaman el Disoluto.

Y gritó a sus amazonas: ¡Coged a ese adamita y arrojadle de la ciudad! Y las guardias ejecutaron la orden, y se llevaron a Hassán y fueron a arrojarle de la ciudad a la playa.

Coged todos los candiles que hay en el mundo, encendedlos, recorred con ellos el suelo de España buscando la Justicia, y no la encontraréis.

Entonces les dijo: ¡Coged lo que sobró de la comida y repartidlo entre los pobres y los mendigos! Al día siguiente les sirvió comidas no menos espléndidas, y lo mismo ocurrió en el transcurso de diez días consecutivos.

Cuando acabaron de comer y se sintieron saciados Juder les dijo: ¡Oh hermanos míos! ¡coged lo que sobró de la comida y repartídselo a los pobres y a los mendigos de nuestro barrio! Ellos contestaron: ¡Oh hermano nuestro! ¡mejor será que nos lo guardemos para cenar! Juder les dijo: ¡A la hora de cenar tendréis bastante más! Entonces recogieron las sobras y salieron para repartirlas entre los pobres y los mendigos que pasaban, diciéndoles: ¡Tomad y comed! Tras de lo cual, devolvieron los platos vacíos a Juder, que se los entregó a su madre, diciéndole: ¡Mételos en el saco!.

¡Tomad! Coged esa bolsa de cien pistolas, y perdonadme.

¡Coged a ese, joven y llevadle al hammam! ¡Después le vestiréis suntuosamente, y me lo volveréis a presentar mañana por la mañana, a la primera hora del diwán! Y lo mandado se ejecutó al momento.

Después se volvió hacia Kamaralzamán, que estaba con los ojos bajos, y dijo a los chambelanes: ¡Coged a ese joven y llevadle al hammam.

Luego añadió: ¡Ahora, avanzad ambos y coged a esa joven, y transportadla pronto al palacio de su padre Ghayur, señor de El-Budur y El-Kussur! ¡Vistos los rápidos progresos que acababa de hacer delante de mis ojos, le otorgo mi amistad, y tengo ya completa confianza en su porvenir! ¡Ya veréis cómo realiza grandes cosas!.

¡Hola! ¡Guardias, coged a esta gente y llevadla enseguida a la cárcel!.

-Lo ignoro, estudiad, mirad, coged al paso las alusiones, y aprovechaos de ellas.

-Que no os incomode yo en nada, amigo mío -dijo el conde-, coged vuestras fresas, si aún os queda alguna por coger.

¡Coged dos rizos a las gavias! ¡Largad las bolinas! ¡Brazas al aire! ¡Recoged las gavias! ¡Pasad los palanquines por las vergas!.

Y el walí dispuso: ¡Coged a ese hombre, echadlo en el suelo, y apaleadle hasta que confiese! Entonces los guardias agarraron al ciego fingido, y uno le sujetaba los pies, y los demás principiaron a darle de palos en ellos.

-¡Hola, ministros! -dijo Apolo-, al instante coged a ese hombre, atadle y enviádsele a Plutón con un recado mío, para que se le entregue a los ingenios tartáreos y le atormenten con los suplicios más atroces.