Ejemplos con chica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La niña chica ,- en cuanto ,- ver venir ,- vestido blanco ,- saltar y rebuznar.
La niña chica era la gloria de Platero.
El anónimo era creación literaria de Felicita, pintaba, con recargada sensiblería, los amores desgraciados de don Pedrito y Angustias, hasta el instante en que la pasión avasalladora les arrebataba en un torbellino y les impelía al rapto, refería que unos perseguidores desalmados iban a los alcances de los amantes evadidos, con propósito de destruir su felicidad, esbozaba, con trazos al carbón, el cuadro venidero de una doncella sin honor, de todos despreciada, y de un sacerdote indigno, caso que no se les permitiese casarse, y, por epílogo, suplicaba de los Padre dominicos y de los marqueses de San Madrigal que intercediesen con el obispo, con el cual tenían notorio metimiento, para que obligase al descarriado seminarista a cumplir como hombre cabal con la chica.
Esta consideración tan cuerda, que asaltó de pronto la mente de la pobre chica, hízola retroceder, y menudeando los pasos cuanto pudo, y tornando a recordar su herida y a llorar, por ende, llegó a la villa y no paró de correr hasta el estanco que conocemos, en el cual entró momentos después que nosotros, y al mismo tiempo que llegaba también, aunque por distinto sendero, Simón Cerojo, demudado el semblante y apretando los puños de ira.
¡Que me matan!gritó la pobre chica llevándose las manos a la cabeza.
La amenazada chica comenzó a mirar, asustada, en todas direcciones, y aunque no se veía el perro, como los ladridos se oían cada vez más cerca, dió a correr desesperadamente, buscando la entrada de la villa por un atajo.
¿No podríamos meter a la chica en un convento? ¡Qué solución tan santa daríamos al conflicto! En tu mano está, Facundo, un gran beneficio o un gran daño.
Reconozco que la chica va a quedar en situación molesta por algún tiempo, ante los ojos de la gente.
¿Quién ha empleado primero esa palabra? ¿Has sido tú o he sido yo? Tú has dicho que a esa chica le había sido arrebatada la virginidad.
Quiero concederte que esa chica ha sufrido cierta modificación, y que después del viaje no es la misma que antes del viaje.
Busquemos a la chica, y una vez la tengamos, me encargaré yo de Esteban.
No había que hablarle de buscar a la chica: se enfurecía.
Y después de la fuga, ¿qué ha sabido usted de la chica?.
Hasta buscaron a la policía para que, amenazando a la chica, no molestase más al oficialete con sus terquedades de abandonada.
Nada dirá, si es que conseguimos traer a la chica.
¡Ay, Gabriel, hijo mío! ¡Qué cosas he visto! ¡En qué lugar estaba esa pobre chica! ¡Qué infiernos hay para las pobres mujeres! ¡Y aún dicen que somos cristianos! ¡Un demonio es lo que somos! Gracias que yo tengo mis conocimientos en la corte: gentes de campanillas que han estado en la catedral y se acuerdan de la jardinera.
Eso lo dije el otro día al sinvergüenza de mi yerno, que se indignó viendo que marchaba a Madrid en busca de la chica.
Quedaba la chica, una mocetona que, terminado el arreglo de la barraca, no servía para gran cosa, y gracias a la protección de los hijos de don Salvador, que se mostraban contentísimos con el nuevo arrendatario, acababa de conseguir que la admitiesen en una fábrica de sedas.
¡Vaya una gracia la de aquella chica! Cogía las servilletas adamascadas, rígidas por el planchado, y las doblaba caprichosamente con una rapidez de prestidigitador.
¡Mire usted que pensar un hombre de su carácter y sus años que estaría mejor servido con una chica así que con su vieja Vicenta! Vaya, el , con su calor de falsa juventud, hace pensar locuras.
¡Vaya si te pasará! Vendiendo el huerto para hacerte dueño de y casarte con esa chica, que, según tengo entendido, es buena persona, hubieras dado gusto a tu tío.
Estaba limpiándose los dedos con el pañuelo, y Juanito discurriendo por dónde pegaría la hebra, cuando sonó abajo una voz terrible que dijo: Entonces la chica se inclinó en el pasamanos y soltó un con chillido tan penetrante que Juanito creyó se le desgarraba el tímpano.
Por entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes.
Juanito no pecaba de corto, y al ver a la chica y observar lo linda que era y lo bien calzada que estaba, diéronle ganas de tomarse confianzas con ella.
Cumplidos los quince años, era Barbarita una chica bonitísima, torneadita, fresca y sonrosada, de carácter jovial, inquieto y un tanto burlón.
La primera chica que se casó fue la segunda, llamada Candelaria, y en honor de la verdad, no fue muy lucido aquel matrimonio.

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