Ejemplos con cansaría

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Oh! Se cansaría prontorespondió Cecilia sonriendo.
El Destino se cansaría, el hombre no.
Entonces explanó Butrón su plan con todos sus pormenores No se trataba de una asociación de señoras exclusivamente alfonsinas, mil veces lo había dicho y no se cansaría jamás de repetirlo.
Pero ¿cuándo se cansaría Dios de enviar desgracias sobre ella? Primero la ruina del protector que sostenía el prestigio de la casa y la de su hijo, con cuya fortuna contaba para casos extraordinarios, e inmediatamente aquella enfermedad extraña, rápida como el rayo, que mataba por anticipado al pobre joven, pues le tenía inmóvil e insensible como un cadáver, sin otra vida que aquella respiración angustiosa que parecía asfixiar a los demás.
¡Las siete de la tarde! Se cansaría de aguardarme.
¡Bah!, ya se cansaría, y entonces podrían hablar de las soluciones.
Cuidar asiduamente, de día y de noche, intereses ajenos, más que si fueran propios, cuidarlos hasta en pequeños detalles que el mismo patrón, muchas veces, ignora, tener la responsabilidad de faltas propias y ajenas, con bien poca esperanza de ver premiados sus esfuerzos, saber hacerse obedecer por sus pares, sin haber sido elegido por ellos, y sin tener que acudir al patrón que, pronto, se cansaría de ser molestado, afrentar odios, desvirtuar vivezas de todo género, rechazar provocaciones, sin permitir que lo puedan tachar de cobarde, ser inaccesible a las tentaciones que lo rodean, como a cualquier cristiano, en esta Pampa de Dios: carreras emocionantes y taba fascinadora, vino seco que parece oro cuando reluce en el vaso, o caña que parece fuego, cuando corre en las venas: es mucho pedir a un hombre.
, un hombre así se cansaría pronto de una pasión monótona como la nuestra.
¿Tendría que esperar, inerte y pasivo, a que su compañero, que quizá se cansaría, lo hiciese todo por su.
¡Qué mar! ¡qué montes! ¡qué vega! ¡qué puerto! No me cansaba de contemplarlo, ni me canso hoy, ni me cansaría jamás, aunque me pasara la vida contemplándolo.

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