Ejemplos con buscó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Para personificar una plaga social, buscó un tipo insignificante, un , egoísta, vulgar, sin ninguna cualidad dominante buena ni mala, que no es sabio ni tonto, ni hermoso ni feo, ni rico ni pobre, ni muy viejo ni muy joven, sin aficiones políticas ni literarias, un ser por excelencia prosaico, envuelto en las más ruines y mezquinas contradicciones de la vida.
Después buscó en su moño dos o tres horquillas, recogiéndose con ellas la rebelde trenza.
Y buscó la salida: pero de pronto se detuvo paralizada, como autómata a quien se acaba la cuerda.
Nubláronse sus ojos, y por instinto buscó el apoyo de la chimenea, en cuya tableta de mármol se recostó.
Buscó el vasco el abrigo de unas tapias donde parar sin riesgo el sudoroso tronco, y Artegui y Lucía se internaron a pie siguiendo el senderito, ella delante, recobrada su alegría infantil, su gozar inocente en el cansancio del cuerpo.
En vano buscó la jardinera, no era fácil encontrar pechos generosos que diesen su leche por poco precio.
Miró con cariño sus ojazos azules, su cara sonrosada cubierta por un vello rubio, y buscó en su memoria quién podía ser este mozo.
Total: que el carnicero despidió al muchacho, y su abuelo le buscó colocación en Valencia en casa de otro cortante, rogando que no le concediesen libertad ni aun en días de fiesta, para que no volviera a esperar en el camino a la hija de Batiste.
Entraba en tierra extranjera, y como soldado que se prepara a combatir apenas cruza la frontera enemiga, Batiste buscó en su faja las municiones de guerra, dos cartuchos con bala y postas fabricados por él mismo, y cargó su escopeta.
Apenas recobró la vista, buscó a su enemigo.
Pero en vano buscó al contrario, con el deseo de contemplar su cadáver.
Buscó en su faja la tira de fósforos de cartón que le servían para encender sus cigarros.
Buscó, pues, el manuscrito, le halló, y considerando que las dos únicas personas capaces de entender en el lugar aquello que él llamaba una eran D.
El Conde, a fin de que nadie se enterase y procurase inquirir el motivo, buscó al galán y le obligó a reñir con él a la espada, sin ninguno de los trámites y formalidades del duelo.
Doña Manuela buscó lo más raro y costoso del Mercado: tres pares de perdices, que bailoteaban con descoco dentro de una jaula, mostrando sus polonesas encarnadas.
Angelina y tía Pepilla nos dejaron para atender a la anciana que ya suspiraba por su lecho, don Román buscó el suyo, y Andrés se quedó conmigo en espera de Angelina y de mi tía que irían con nosotros a la misa del gallo.
La enferma buscó un pañuelo que tenía en el regazo, y levantándolo difícilmente, con la única mano que tenía expedita, se enjugó los ojos.
¿Pero cómo fue ello?, que él me buscó sí señora, me buscó y me encontró.
Juan Evaristo Segismundo, después que le trajeron de San Ginés, estaba tan guapote y satisfecho, cual si tuviera conciencia de su dichoso ingreso en la familia cristiana, y para celebrarlo, en cuantito llegó al lado de su madre, buscó la despensa y se puso el cuerpo que no le cabía una gota más de leche.
Ya verán, ya verán murmuraba en su agitación epiléptica, y a tientas buscó también las botas y se las puso.
A eso de las nueve, la dolorida se levantó con resolución del sofá en que se había echado, y a tientas, porque el gabinete estaba oscurísimo, buscó su mantón.
Levantando la cortinilla, buscó un momento en el misterioso, santo y venerado hueco ¡Oh!, no había nada.
Buscó en el bolsillo interior de su levitón, y fue sacando un pañuelo muy planchado y doblado, un chico, y por último una cartera de tafilete negro, cerrada con elástico, de la cual extrajo una carta que entregó al marqués.
Éste buscó para el sitio de fray Venancio a un sacerdote brusco, gran cazador, incapaz de morirse de miedo ante los ladrones.
Con motivo de los susodichos censos, el señorito buscó asiduamente las onzas del nuevo escondrijo de su madre, tiempo perdido: o la señora no había atesorado más desde el robo, o lo había ocultado tan bien, que no diera con ello el mismo diablo.
Hija mía, tu señora hermanita me buscó, y el que me busca, que no se queje si me encuentra.
La buscó algún tiempo en el manojo.
Salió Preciosa rica de villancicos, de coplas, seguidillas y zarabandas y de otros versos, especialmente de romances, que los cantaba con especial donaire, porque su taimada abuela echó de ver que tales juguetes y gracias en los pocos años y en la mucha hermosura de su nieta habian de ser felicísimos atractivos é incentivos para acrecentar su caudal, y ansí se los procuró y buscó por todas las vias que pudo, y no faltó poeta que se los diese, que tambien hay poetas que se acomodan con jitanos, y les venden sus obras, como los hay para ciegos, que les fingen milagros, y van a la parte de la ganancia: de todo hay en el mundo, y esto de la hambre tal vez hace arrojar los ingenios a cosas que no están en el mapa.
Y dice que, no habiéndosele olvidado al bachiller Sansón Carrasco cuando el Caballero de los Espejos fue vencido y derribado por don Quijote, cuyo vencimiento y caída borró y deshizo todos sus designios, quiso volver a probar la mano, esperando mejor suceso que el pasado, y así, informándose del paje que llevó la carta y presente a Teresa Panza, mujer de Sancho, adónde don Quijote quedaba, buscó nuevas armas y caballo, y puso en el escudo la blanca luna, llevándolo todo sobre un macho, a quien guiaba un labrador, y no Tomé Cecial, su antiguo escudero, porque no fuese conocido de Sancho ni de don Quijote.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba