Ejemplos con barracón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Peñaloza Barracón, Brazo Seco, Campo Difícil, Chidíma Neca, Nequita, Neca Arriba,Pescadito, *Reinaldo y Pescadito.
Jona pasa aquí toda la guerra, en un barracón separado de sus padres.
Las sucesivas campañas arqueológicas han mostrado estructuras de tipo barracón en el área central, posibles plataformas para armamento, puertas en clavícula, estructuras tumuliformes, etc.
Cada barracón boggart visita a los otros para su Festín Bajopié, una oportunidad de compartir experiencias acumuladas por otros barracones.
Cuando nos prometieron mejoras, abandonamos la huelga y una hora después nos llevaron esposados a Burdeos a otro barracón peor.
En la primera de ellas fue edificado un pequeño barracón para el alojamiento de tropa.
En ese mismo instante, suena el teléfono del barracón en la que se encuentran Sawyer, Locke, Hurley y Aaron y, al cogerlo, un mensaje automático repite continuamente un código.
Era una espera algo larga, y el marino las invitó a entrar en el restorán, barracón de madera impregnado de un doble olor de resina y de vino.
Tenía asimismo por allí, donde ahora se ha fabricado la casa del colegio de Buena Vista, un barracón.
Figúrate, mamá, dijo Leonardo con mucha risa, aunque bajando la voz, un plagiario de hombres convertido en Conde del Barracón, por ejemplo.
Desde lo alto de la escalinata del pórtico se registraba de un extremo a otro la casa de calderas al frente, la de purga algo más a la derecha, aunque sólo por el lado de las gavetas para secar el azúcar, el barracón de los negros o la estacada que encerraba sus habitaciones rústicas, en suma, la mayor parte de las que componían la vasta población del ingenio, los campos de caña hacia el oeste, los techos pajizos de las casas del potrero, y más allá un palmar inmenso, un codo del río y luego la selva alterosa y primitiva, que formaba como el fondo oscuro de este variado cuadro campestre.
Pues, señor, la semana antes , Pedro briche no se presentó en la , ni por la noche en el barracón.
Contestó con muchos rodeos y perífrasis ininteligibles las más, que ya le pesaba el cuerpo demasiado, que le faltaban las fuerzas y deseaba descansar en el cementerio, que estaba muy viejo, que el padre de doña Rosa le había sacado del barracón de La Habana cuando esta señora no había nacido, que fue uno de los esclavos fundadores del ingenio , uno de los primeros en derribar los montes con el hacha.
Con el último solemne tañido de la campana, después de tomar sendas tazas de café, de encender un tabaco y de armarse, descolgó la llave, llamó a sus perros y se encaminó a pie al barracón para abrir la reja de hierro.
Pero ¿por ustedes en el barracón?.
El entrar sin sombrero en el barracón era señal.
en aquel callejón de fuego, pues no parece otra cosa, tan angosto y tan espeso de luminarias por arriba y por los lados, con los gritos de los tenderos, y el cencerrear de los teatrillos, y la marca de gentes que la llevan a una en vilo, materialmente en vilo, algunas veces, y métase usted en este barracón, apestando a moco de candil, para ver el monstruo de las tres cabezas, o los hombres chiquitines, o los espectros ensangrentados, o en el circo de los caballitos, o en el caserón de las fieras, y en esta rifa y en aquel barato.
Don Clemente: Sentimos no esperarlo en el barracón de Manuel Cardoso,.
Esto lo escribo aquí en el barracón de Manuel Cardoso, donde vendrá a.
barracón de Manuel Cardoso, y si le dicen que nos internamos en la montaña,.
Casto en otro barracón un letrero que decía: «La verdadera mujer gorda, no confundirla con la de enfrente.
Albuquerques, y, casi a la rastra, lo condujeron al barracón.
Frente al barracón, mientras pugnaban por encerrar su rebaño.
El barracón estaba situado sobre un arrecife que no se inunda, único.
Este hombre, que se llamaba Manuel Cardoso, era capataz en un barracón del.
pretexto de que visitara el barracón, donde me daría víveres y curiara.
y me envió preso al barracón.
Mientras tanto mis compañeros, que sitiaban el barracón para garantizar mi.
Aún quedaba como señal del poderío de los Hidalgo, cuando los Hidalgo se llamaban Marañones, Peonías, Taupolicanes y Atahualpas, algunos troncos de árboles gigantescos, vestigios y baluarte de una gran terraza que precedía al reedificado barracón.
Allí, en las épocas de la conquista, debió de ser algún monstruoso barracón de paja y barro que sirviera de guarida inexpugnable a toda aquella raza de levantiscos guaicaipuros, que preferían su salvaje independencia a los estrépitos de una civilización arrolladora.

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