Ejemplos con azogue

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Historia del tratamiento metalúrgico del azogue en España, Madrid, Imprenta y Fundición de M.
Iglesia de Santa María del Azogue iglesia católica en la localidad de Valderas, León,.
Elena Hidalgo Muñoz:La iglesia de Santa María del Azogue de Benavente.
La Biblioteca Electrónica de la revista Azogue.
, la cabeza me pesaba como si en ella se me hubiera metido todo el azogue de las minas de Almadén.
¡Qué Lucrecia, ni qué ocho cuartos! ¡Más fácil le fuera a Lovelace o a Tenorio sujetar el azogue entre sus dedos que cautivar el albedrío o la cintura de una de estas vírgenes refajonas!.
En tanto que esto sucedió en la posada, andaba el asturiano comprando el asno donde los vendian: y aunque halló muchos, ninguno le satisfizo, puesto que un jitano anduvo muy solícito por encajalle uno que mas caminaba por el azogue que le habia echado en los oidos, que por lijereza suya, pero lo que contentaba con el paso, desagradaba con el cuerpo, que era muy pequeño, y no del grandor y talle que Lope queria, que le buscaba suficiente para llevarle a él por añadidura, ora fuesen vacíos o llenos los cántaros.
Pues, ¿qué cuando se humillan a componer un género de verso que en Candaya se usaba entonces, a quien ellos llamaban seguidillas? Allí era el brincar de las almas, el retozar de la risa, el desasosiego de los cuerpos y, finalmente, el azogue de todos los sentidos.
Los que tratan y andan con el azogue, todos andan temblando: así han de hacer los que tratan con los reyes, temblar delante ellos, de respeto y temor, porque si no, es fuerza que tiemblen después hasta que caigan.
»Una vez la hoja de su puñal, medio sacada de su vaina, había brillado a sus ojos con un resplandor siniestro, y he aquí por qué temblaba como el azogue cuando volvió a apoyar su brazo en el de su amante.
¿Ha acabado también Gómez con el azogue de Madrid? ¡Miraos, insensatos, a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis vuestro propio epitafio! ¿Vais a ver a vuestros padres y a vuestros abuelos, cuando vosotros sois los muertos? Ellos viven, porque ellos tienen paz, ellos tienen libertad, la única posible sobre la tierra, la que da la muerte, ellos no pagan contribuciones que no tienen, ellos no serán alistados, ni movilizados, ellos no son presos ni denunciados, ellos, en fin, no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel, ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta, porque ellos hablan al mundo.
El azogue no tiene quietud: así son los ánimos por la continua mareta de negocios.
Lo primero, el azogue, si le quieren apretar se va: así sucede a los que quieren tomarse con los reyes más a mano de lo que es razón.
que borra el misterioso azogue del cristal!.

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