Ejemplos con apocada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El ingenio es juicioso, tímido muchas veces: su vuelo no traslimita el espacio de una apocada sensatez: el genio se agita en una como demencia celestial, bate las alas impetuosamente y, encendidos los ojos, se dispara.
Matías de Córdova era entonces buscado y descrito en estos términos: cuerpo de tamaño y carnes regulares, pelo castaño cargado de hombros, ojos medio azules, párpados encarnados, poca barba, la cara y manos algo pecosas, color algo pálido, voz naturalmente apocada.
Tras apariciones esporádicas en La serie LaLola , pasa a ser personaje fijo encarnando a Marijose, una apocada mujer, esteticista, gordita y comilona, que, por suerte para ella, pasó a tomar el aspecto del atractivo Lalo.
Frustrar en exceso significa educar una persona apocada, conformista, incapaz de satisfacer sus propias voluntades, por otro lado satisfacer de más significa crear una persona inadaptada, incapaz de convivir socialmente.
El momento aquél lo fue de gran pánico y de consternación, pero la verdad es que entre mucha gente apocada, la hubo también resuelta y decidida.
Por capricho estraño de la suerte la morena era sosa y la rubia picante: Soledad como noche serena y fresca que adormece: Sacramento como tarde calurosa y pesada que hostiga con visiones abrasadoras los sentidos: una hermana dócil, humilde, apocada, propensa a cuanto fuese delicadeza y ternura, otra dominadora, altiva, exigente, pronta a todo arranque voluntarioso y enérgico: Soledad de aquellas para quienes amar es conceder, prendarse y ser vencidas: Sacramento de las que, regateando sensibilidad, prefieren ser conquistadoras a elegidas.
¡Gente apocada y egoísta! ¿Qué saben ellos lo que es valor? Querían que trabajáramos por ellos, por cimentar su poder, por aumentar su influjo.
languidez apocada y beata.
¡Alerta, príncipe! ¡Que viene, que llega rabiando la apocada bestia! ¡Guarda, guarda!».
Pues no se ha de dar crédito a Sófocles, que hace apocada y débil a la virtud en estos versos: Que de su asiento, oh rey, es conmovida la razón del que en males es probado aunque antes con bríos se mostrase, y sólo se ha de dar a la fortuna tanto poder sobre los hombres justos y buenos cuanto baste a esparcir contra ellos calumnias y rumores siniestros, en lugar del honor y agradecimiento que se les debía, con detrimento del crédito y aprecio de la virtud.
MADAMA COLLET'' suspira apocada, y la hija, toda nervios, comienza a quitarse las horquillas del pelo.
Era una majestad triste, modesta, apocada, que oía en pública audiencia una porción de arias, romanzas, dúos y tercetos, se pasaba media hora sentada en su trono, sin que nadie le hiciera caso, y cuando se permitía cantar, tres o cuatro veces en toda la ópera, lo hacía en melodías de dolorosa resignación, sin grandes gritos: y dejándose, al fin, dominar por voces más poderosas que, en un concertante, acababan de ahogar sus lamentos de elocuente, dulce monotonía.
También Celestina tiene sus devociones, y de ellas se vale para sus añagazas, pero escarbando en el fondo de su alma se encuentra, no una ruin y apocada mojigatería o tartufismo, sino una cínica y monstruosa confusión de lo religioso y lo diabólico.
Pero es una inocente y tan apocada como yo.
¡Gente apocada y egoísta! ¿Qué saben ellos lo que es valor? Querían que trabajáramos por ellos, por cimentar su poder, por aumentar su influjo.

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