Ejemplos con apeles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esto se decía del pintor Apeles, que cada jornada añadía al menos un trazo a sus obras.
Hubo también muchos y buenos pintores entre los que se destacó Apeles, el pintor de Alejandro Magno.
En España Apeles Mestres introduce como ilustrador y precedente del cómic, algunas aventuras largas de tema medieval:.
Las biografías están llenas de anécdotas, algunas de las cuales tienen un halo de autenticidad, otras parecen invenciones, y otras son ficciones genéricas, como en la que el joven Giotto pintaba una mosca sobre un cuadro de Cimabue y este maestro la intentaba repetidamente asustar, un cuento que recuerda una anécdota que se contaba del pintor griego Apeles.
Allí expuso junto con Apeles Fenosa, presentados ambos por Picasso.
Gasóliba Bohm, José-María Terricabres Nogueras, padre Apeles, Sergio Pamies Bertran, Xavier Llarden Palau.
y fue amante de Apeles y Demóstenes.
La pintura original de Apeles fue llevada a Roma pero ya se encontraba muy deteriorada en los tiempos en los que Plinio la describe.
La representación original de Apeles desapareció pero se encuentra descrita en la Naturalis Historiæ de Plinio donde se menciona como anécdota que el pintor uso a Kampaspe, concubina de Alejandro Magno, como su modelo.
Venus Anadiómena o Venus saliendo del mar es una representación iconográfica de la diosa Afrodita saliendo del mar hecha famosa por el pintor Apeles.
Aparece así Rembrandt igualándose a un gran maestro antiguo, como un Ticiano, o un nuevo Apeles.
El trato continuo con Bonnat había despertado en París las aficiones artísticas de Currita, y no contenta con el papel de Mecenas, quiso cultivar ella misma el arte del divino Apeles.
Mira, Doña Blanca dijo el fraile, que jamás abandonaba el tuteo, aunque se incomodara, no creas que se necesite ser un Apeles o un Fidias para conocer que es feo D.
Yo así lo creo dijo don Juan, y si fuera posible, se había de mandar que ninguno fuera osado a tratar de las cosas del gran don Quijote, si no fuese Cide Hamete, su primer autor, bien así como mandó Alejandro que ninguno fuese osado a retratarle sino Apeles.
Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerle ante los ojos de vuestra grandeza, aquí, sobre esta mesa y en un plato, quitara el trabajo a mi lengua de decir lo que apenas se puede pensar, porque Vuestra Excelencia la viera en él toda retratada, pero, ¿para qué es ponerme yo ahora a delinear y describir punto por punto y parte por parte la hermosura de la sin par Dulcinea, siendo carga digna de otros hombros que de los míos, empresa en quien se debían ocupar los pinceles de Parrasio, de Timantes y de Apeles, y los buriles de Lisipo, para pintarla y grabarla en tablas, en mármoles y en bronces, y la retórica ciceroniana y demostina para alabarla?.
aquella una maravilla en el arte de Apeles.
curiosos contemplando a un profesor del arte de Apeles, que pintaba en mosaico la barca de San.
En esta apasionada reconstrucción de un cuadro de Apeles, descrito por Luciano, parece adquirir dramáticas firmezas el suave pincel que desborda dulzuras en la Virgen del granado y el San Sebastián, invita al remordimiento con La abandonada, santifica la vida y el amor en la Alegría de la primavera y el Nacimiento de Venus.
Toda maledicencia le parece escasa para traducir su despecho, en ella debió pensar Apeles cuando representó a la Envidia guiando con mano felina a la Calumnia.
En cuanto a la riqueza, doy por cierto que no ganarás jamás un óbolo con toda tu filosofía, a no ser que apeles al milagro.
que igualan los del Sancio y los de Apeles.
Entonces por primera vez Apeles y Megaleo, con otros palaciegos, empezaron a cizañear contra Arato, y seducido el rey, se puso en la junta electoral de parte de la facción contraria, procurando que los Aqueos nombraran general a Eperato, pero como luego le despreciasen completamente, y separado de los negocies Arato nada saliese bien, conoció Filipo su yerro, decidió otra vez por Arato haciéndose todo suyo y, yendo prósperamente los negocios para su poder y su gloria, se entregó enteramente a él, como que le debía su esplendor y sus aumentos.
Por tanto, habiendo quitado Arato, luego que libertó a esta ciudad, todos los retratos de los tiranos, en cuanto al de Arístrato, que vivió en la era de Filipo, estuvo indeciso mucho tiempo, porque fue pintado Arístrato por todos los de la escuela de Melanto al lado de un carro que conducía una victoria, habiendo puesto también la mano Apeles en aquella pintura, según refiere el geógrafo Polemón.
Porque florecía aún la gloria del primor y de la buena pintura sicionia, como que era la única en que no se había alterado lo bello, tanto, que en aquel tan admirado Apeles se trasladó a Sicione y compró en un talento el poder vivir con aquellos ciudadanos, reconociéndose más bien necesitado de participar de su gloria que de su arte.
Dícese así mismo que al ver Apeles aquella obra se quedó tan pasmado que le faltó la voz, y al cabo de rato expresó: “¡Gran trabajo!¡Admirable obra! Pero no tiene aquellas gracias por las que mis pinturas tocan al cielo”.
Apeles, al pintarle con el rayo, no imitó bien el color, porque lo hizo más moreno y encendido, siendo blanco, según dicen, con una blancura sonrosada, principalmente en el pecho y en el rostro.
copiándole más felizmente de siete héroes que el retrato de Apeles de las siete mayores.
Y si por el primor de su línea se dio a conocer Apeles, por las deste libro.
que si vos sois de ser de Apeles dino,.
¡Pobre Apeles, y cómo le pusieron las visitas de doña Severa, y hasta gentes que nada tenían que ver con ella! ¡En mal hora para su fama emprendiera aquella obra! Nadie quiere reconocer en los cuarteles del escudo el pensamiento de la de Guzmán.

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