Ejemplos con altivo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se decía de él que era un altivo patricio que cuando hizo su entrada triunfal en Roma recordaba a los tiempos de los reyes.
Wellan: comandante de los Caballeros de Esmeralda, de carácter orgulloso y altivo.
AL CIUDADANO JOSÉ DEL VALLEA par de los robustosÁrboles corpulentos,O del cedro que altivo se levanta,No es dado a los arbustosFormar altos intentos,Y al par de la dulcísima gargantaCon que el jilguero canta,La débil avecillaTeme soltar su voz, teme y se humilla.
Capitán Pedro Juan Caballero, en elegante porte y colorido uniforme militar, la del Capitán Fulgencio Yegros, altivo montando un caballo pura sangre, y el Supremo dictador, Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, presentado como místico personaje.
Conocido por sus compañeros como Duke por su carácter altivo y reservado, Woolridge es un tirador excepcionalmente eficaz incluso en situaciones de gran tensión.
La Papisa Juana , hablando un día con Jaime, había pretendido herirle, con su voz fría y su gesto altivo.
Toda la plaza es ya un concierto altivo de metal amarillo, de rebuznos, de risas, de coplas, de panderetas y de almireces.
Españolay española del sur, de la Andalucía melancólica y riente, que es una Castilla más suave y refinada, más amanerada y elegantees la poesía de Juan Ramón Jiménez: andaluza es su tristeza nativa, su alegría dolorosa, su dejadez y abandono, su reconcentramiento altivo, su sobriedad de gesto y abundancia de expresión, su suprema distinción y elegancia inexplicables e inconfundibles.
Amad ese tesoro y esa fuerza, haced que el altivo sentimiento de su posesión permanezca ardiente y eficaz en vosotros.
Estos insultos exteriores le hicieron erguirse, altivo, cruel, inexorable, contra aquel otro yo digno de su desprecio.
Pero Desnoyers ante toda afirmación hecha con tono altivo sentía un impulso hereditario de agresividad, y dijo fríamente:.
Se adivinaba su voluntad de no ocuparse de este altivo personaje.
Otras veces esparcían en torno un vacío altivo y glacial, semejante al círculo que traza una espada.
Esta era la señal para que el tío , alma religiosa, volviese con altivo silencio a su cocina.
Carmen movió la cabeza con desconfianza, y en este instante el alcalde y el cura entraron trayendo del brazoa un joven alto, moreno, de barba y cabellos negros que realzaba entonces una gran palidez, y en cuya mirada, llena de tristeza, podía adivinarse la firmeza de un carácter altivo.
habrá comprendido cuál debía ser el único eficaz, porque a mí no se me oculta que Pablo ha seguido amando a esta muchacha, con más fuerza cada día, sólo que, altivo por carácter, y resentido en lo profundo de su alma por lo que había pasado, no puede ya pensar en el objeto de su cariño sin que la sombra de sus recuerdos venga luego a renovar la herida y a engendrarle esa desesperación que se ha convertido en una peligrosa melancolía.
La dama elegante, de gesto altivo e irónico, tomaba en la intimidad un aspecto de paje.
Inflamándose de pronto, tiró con rabia las tijeras al suelo y dijo con el acento altivo y desdeñoso que tan bien sabía dar a sus palabras cuando quería:.
Y describía a la esposa de su amigo hermoseada por una nueva juventud, yendo por la casa con aire altivo, como si hasta entonces no se hubiera considerado con verdadera autoridad para dirigirla, vistiendo con tanta elegancia como su hija, olvidada ya de aquellos trajes obscuros que la daban el aspecto de una beata.
El Papa, conociendo sus rapiñas, quiso pedirle cuentas, y el altivo don Gil presentó un carro cargado de llaves y cerrojos.
El jardinero hablaba con orgullo de su estirpe: de su noble y desgraciado pariente el condestable don Álvaro enterrado como un rey en su capilla detrás del altar mayor, del papa Benedicto XIII, altivo y tozudo como todos los de la familia, de don Pedro de Luna, V de su nombre en la silla arzobispal de Toledo, y de otros parientes no menos ilustres.
Con altivo continente pidió al jefe de orden público el mandato del gobernador, legalizado por el juez, único que, según las leyes vigentes, podía autorizar aquel atropello: presentóse respetuosamente el funcionario, y rasgólo ella en dos pedazos después de leerlo.
Volvió a ser el hijo de la huerta, altivo, enérgico é intratable cuando cree que le asiste la razón.
Mi amigo la miraba desdeñoso y altivo.
Al contrario: altivo, con soberbia dignidad.
El altivo viejo siguió inmóvil, mirando aparentemente hácia otra parte, pero sin perder de vista al bravo mancebo, cuyos ojos comenzaban a despedir cierta rojiza lumbre.
La más viva emocion se leia en su semblante, ménos duro y altivo que cuando la melancolía de la ausencia y las lecciones del mundo no habian trabajado aún su brioso corazon.
Arregui estaba dos o tres pasos más atras, altivo, digno, dispuesto a todo, bien que no pudiendo ménos de admirar aquella noble, hermosa y dolorida figura, que veia por primera vez, y acaso, acaso compadeciendo tan inmerecido infortunio.
Hacíanle la grandeza de su estado, la alteza de su sangre, el mucho favor que su madre con la reina tenia, hacíanle, digo, estas cosas mas de lo justo arrogante, altivo y confiado.
—Contenta estarás, oh enemiga mortal de mi descanso, en tener con tanto sosiego delante de tus ojos la causa que hará que los mios vivan en perpetuo y doloroso llanto: llégate, llégate, cruel, un poco mas, y enrede tu yedra a ese inútil tronco que te busca: peina o ensortija aquesos cabellos de ese tu nuevo Ganimédes, que tibiamente te solicita: acaba ya de entregarte a los banderizos años dese mozo en quien contemplas, porque perdiendo yo la esperanza de alcanzarte, acabe con ella la vida que aborrezco: ¿piensas por ventura, soberbia y mal considerada doncella, que contigo sola se han de romper y faltar las leyes y fueros que en semejantes casos en el mundo se usan? ¿Piensas, quiero decir, que ese mozo altivo por su riqueza, arrogante por su gallardía, inesperto por su edad poca, confiado por su linaje, ha de querer, ni poder, ni saber guardar firmeza en sus amores, ni estimar lo inestimable, ni conocer lo que conocen los maduros y esperimentados años? No lo pienses, si lo piensas, porque no tiene otra cosa buena el mundo, sino hacer sus acciones siempre de una misma manera, porque no se engañe nadie sino por su propia ignorancia: en los pocos años está la inconstancia mucha, en los ricos la soberbia, la vanidad en los arrogantes, y en los hermosos el desden, y en los que todo esto tienen la necedad, que es madre de todo mal suceso: y tú, o mozo, que tan a salvo piensas llevar el premio mas debido a mis buenos deseos que a los ociosos tuyos, ¿por qué no te levantas dese estrado de flores donde yaces, y vienes a sacarme el alma que tanto la tuya aborrece? y no porque me ofendas en lo que haces, sino porque no sabes estimar el bien que la ventura te concede: y vese claro que le tienes en poco, en que no quieres moverte a defenderle por no ponerte a riesgo de descomponer la afeitada compostura de tu galan vestido: si esa tu reposada condicion tuviera Aquíles, bien seguro estuviera Ulíses de no salir con su empresa, aunque mas le mostrara resplandecientes armas y acerados alfanjes: véte, véte, y recréate entre las doncellas de tu madre, y allí ten cuidado de tus cabellos y de tus manos, mas dispuestas a devanar blando sirgo, que a empuñar la dura espada.

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