Ejemplos con aliento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hay un aliento de tierra húmeda.
Todo el libro parece concebido en un solo aliento, los personajes han recibido al nacer tales bríos, que, semejantes a los dioses homéricos, alcanzan de un solo salto cuanto espacio puede divisar el espectador colocado a orillas del mar sobre altísima roca.
El aliento húmedo de la tierra se le mete al señor Colignon hasta los huesos, y experimenta un escalofrío hondo.
Belarmino se sentaba al pie de las tapias y contemplaba las praderas, de velludo amarillento, que vahaban un aliento tenue y opalino.
¡Esposo! ¿Por qué permites que nos insulte así este mónstruo deforme y feo? Échale del Olimpo, pues su aliento infesta.
Se detuvo un momento, jadeante por su discurso, echando el aliento a la cara de Luna.
Lo dijo aproximándose a ella hasta lanzarle su aliento a la cara, brillándole los ojos como si por ellos se le saliera toda la verdad, y después de esto, arrepentido otra vez, miedoso, aterrado por sus palabras, echó a correr como un niño.
¡Bien emprendía el pobre el camino del cielo de los inocentes! La vega, desperezándose voluptuosa bajo el beso del sol primaveral, envolvía al muertecito con su aliento oloroso, lo acompañaba hasta la tumba, cubriéndolo con impalpable mortaja de perfumes.
Apenas le pasó la mano por las ancas, sintió junto a sus orejas un aliento ardoroso y un murmullo:.
Los gitanos, secos, bronceados, de zancas largas y arqueadas, zamarra con remiendos y gorra de pelo, bajo la cual brillaban sus ojos con resplandor de fiebre, hablaban sin cesar, echando su aliento a la cara del comprador como si quisieran hipnotizarle.
A mí no me incomoda, pero mamá se pone furiosa al verle, cree que yo aliento esa constancia, que nos entendemos sin que ella lo sepa, y la otra tarde, al volver de paseo, me dio un par de bofetones.
¡Quién estuviera allí! ¡Quién bogara como ellos hacia esos valles perdidos en los repliegues de la cordillera! ¡Quién pudiera seguirlos en sus giros misteriosos! A esa hora dormían las aves, callaban los vientos, y sólo se oirían en las vertientes, en los barrancos, en los desfiladeros, el aliento de las selvas, el pavoroso respirar de los bosques.
Aquí recobró el aliento, y pudo decir: ¡Mejor que tú, mejor que tú!.
Ya les faltaba el aliento a los oyentes cuando el ciego se determinó a posarse en el final de la frase:.
¡Qué gusto ser !murmuró el Delfín, ¡sentirse en los brazos de la mamá, recibir el calor de su aliento y!.
Ido la bajó, casi como la bajan los chiquillos, de un aliento, y una vez en la explanada que llaman el , su espíritu se espació, como pájaro lanzado a los aires.
Era el tal aliento poco grato a la nariz de Feijoo, por lo cual este se retiró discretamente.
Verdad que aún andaba al paso de costumbre, pero el cansancio era mayor que antes, y cuando subía escaleras, el aliento le faltaba.
Basilio su aliento, como los saludadores, antes de echar sus palabras.

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