Ejemplos con ahogándose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Entonces Altea se mató, según las versiones, ahogándose o clavándose una daga.
El padre de Alba acaba ahogándose y su familia llora su muerte durante días.
Fue inspirado a hacer una escultura de una mano ahogándose como un a aviso a nadadores, dado que las aguas en La Barra más arriba en la playa tenían olas más duras que eran sólamente apropiadas para hacer surfing, mientras que, por el otro lado, las aguas en Solanas eran mucha más adecuades para practicar el nado y actividades de windsurfing.
Cuando vio a su amo perder la vida, el caballo desconsolado se lanzó al río, ahogándose.
Al parecer, pasó allí largas horas hasta que, de noche, se suicidó sumergiéndose y ahogándose en el lago.
Debido a esto, el general Sin decidió suicidarse en el río y los soldados restantes murieron, ya sea ahogándose en su intento de cruzarlo o decapitados por las tropas japonesas.
Las playas que estaban delante de los barcos estaban ya perdidas, y muchos hombres intentaron llegar a sus barcos nadando mar adentro, ahogándose en el intento.
Cuando supo que se había convertido en vampiro, intentó suicidarse tirándose desde altos riscos o ahogándose en el océano pero no funcionó.
La fiebre de la harina llegó hasta tal punto, que los encargados de cargar las barcazas en la dársena del Barrio de La Victoria, lo hacían hasta los topes, provocando que muchas veces, la barca tuviera que ser remolcada por mulos que caminaban por el cauce del canal, muchas veces, ahogándose.
Sí, lo soygritó el enfermo, ahogándose.
Porque la tengoreplicó ella ahogándose.
El día era bonancible, el mar liso y tranquilo, pero el galeón estaba tan desencuadernado y podrido, que apenas navegó una hora se fue a pique instantáneamente a la vista de la ciudad, ahogándose todos sus tripulantes.
Pepita no oyó más: su madre pegó la cabeza a la rejilla, ahogándose las palabras de la penitenta y el confesor en un confuso murmullo.
¿Qué iba a hacer, tosiendo y ahogándose a cada instante, en aquella tarea pesadísima de transportar maderos y acoplarlos? El enfermo le tranquilizó.
Yo reconozcogritaba el capellán ahogándose, que soy un mal sacerdote, pero delante de mí no hay un judío sin vergüenza que se atreva a hablar mal de la Virgen.
Ahogándose como ballena encallada en una playa y a quien el mar deja en seco, entró el arcipreste, morado de despecho y furor.
No hacía malbalbució, ahogándose.
Algunas de las naves naufragaron a la vista del Pontífice, ahogándose muchos personajes de su séquito.
maldecidas! -grita Gedeón ahogándose.
-Pues ¿cuántos son los enemigos? -preguntó Gedeón ahogándose.
Entre una explosión de llanto, ahogándose, hipando, la morena exclamó:.
Ana contempló a don Frutos, el mísero tendido sobre la arena, ahogándose en un charco de sangre, como la que ella había visto en la plaza de toros, una sangre casi negra, muy espesa y con espuma.
Entonces, ahogándose, muriéndose, muerta.
¡Ironía, insulto! Y, en la lengua enemiga, articuló, ahogándose de placer:.
Vuelto a su punto de partida, desde donde le observaba yo lleno de extrañeza, cerró también con llave la puerta, y me dijo placentero y sonriente, pero ahogándose de cansancio:.
-¡Señor -replicó ahogándose de repente con un sollozo-, lo único que sé es que soy una mujer muy desdichá!.
Aquello parecía el fin del mundo: legiones enteras de romanos despeñándose por las laderas de los montes, masas de huestes africanas hinchiendo los desfiladeros de Covadonga y ahogándose en la propia sangre que corría por el fondo tenebroso de todas las barrancas, después, huyendo despavorida de la persecución de los fieros montañeses, otra masa, la de los sobrevivientes mahometanos, trepando Picos arriba entre los aullidos de la tempestad, para ir a despeñarse a la vertiente opuesta y bajar convertida en rimeros de cadáveres con las enrojecidas aguas del Deva, hasta desaparecer entre el fiero oleaje del embravecido mar Cantábrico, que también ayudaba a los cristianos contra los moros.
Bonifacio, en tales trances, parecía un náufrago ahogándose y que en vano busca una tabla de salvación, la tirantez de los músculos del rostro, el rojo que encendía las mejillas y aquel afán de la mirada, creía Reyes que expresarían la intensidad de sus impresiones, su grandísimo amor a la melodía, pero más parecían signos de una irremediable asfixia, hacían pensar en la apoplejía, en cualquier terrible crisis fisiológica, pero no en el hermoso corazón del melómano, sencillo como una paloma.
Mi ronca voz, ahogándose en la garganta, llamaba a un asistente.
Resonaba, ahogándose los últimos ecos en la garganta de aquellos sapos gritones.

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