Ejemplos con aflige

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tiene unos sentimientos muy bellos, aunque él se empeña en decir que los vampiros han perdido el alma, es imposible pensar tal cosa con él, ya que es sumamente tierno y es capaz de amar sobre todas las cosas a Bella, se aflige mucho y quizá sufre más aún cualquier dolor o molestia que ella pueda estar pasando, intenta siempre parecer culpable de lo que le pasa a su amada considerándose a sí mismo como un irresponsable, pero solo es el hecho de que la ama demasiado, y no quiere que ella sufra.
Su última comida fué en la tarde del día anterior, pero esto no les aflige: los viejos comen poco.
Y si usted quisiera ser franco, si usted se decidiese a confiarme lo que así le aflige, vería cómo en un santiamén le disipaba yo esa sombra que tiene en la cara.
Lo que mayormente me aflige -añadió, rompiendo conmigo la multitud para seguir juntos por la calle del Arenal- es la flaqueza femenil de los partidos monárquicos y la inconsistencia de los que vociferan en las filas avanzadas, indicio seguro de la poca virilidad del pueblo hispano.
Quiere partir pronto a donde le llaman apremiantes intereses, y le aflige marcharse sin el chico.
Al influjo del arte, llora uno y se aflige, mas todo ello es como si nos pusiéramos máscara de espanto.
Por esoprosiguió lentamente el jesuitaquería esa pobre niña ofrecer el sacrificio de sí misma, para asegurar la salvación de los demás, para expiar culpas ajenas por las cuales se aflige, como se afligen los ángeles del cielo: llorándolas, pero sin ponérselas a nadie en cuenta Y note usted lo que digo, señora condesa:.
¿Te aflige que yo me case? ¿Sientes el modo informal? ¿No lo comprendes bien, inocentona? ¿No caes en que ese bárbaro, egoistón, de Pepe Güeto, presume, y no sin razón, de ser un real mozo, y todo el furor que ha tenido y tiene aún contra mí, estriba en que anhelaba que yo me hubiese enamorado de él por lo triste y por lo serio, y me hubiese puesto a suspirar y a llorar, sin pensar más que en él y no en divertirme? ¿No ves que él se ha enamorado y que su rabia es que no me cree tan enamorada ni tan capaz de enamorarme, porque no hago pucheros y no aburro con lágrimas y sublimidades? ¿Y no calculas, por último, que yo le quiero también? Si no, ¿me casaría? Ya casada, vencido el natural encogimiento que debo guardar, le demostraré mi ternura, y le haré ver que hay un tesoro de ella en mi alma, aunque escondido entre burlas y alegrías, y cuando vea el tesoro, y le goce, y conozca que es suyo, y mejor que cuanto podía él soñar, ha de conocer que no es mi corazón de corcho sino de almíbar y jalea, y se ha de poner como jalea y como almíbar, y ha de bailar y reír de gusto, declarando y confesando que se compaginan bien los regocijos con el verdadero amor, y las risas con la ventura más seria y más grave en el fondo.
Y esto me aflige, me acongoja, me llena de amargura.
El tiempo es un médico que se pinta solo para curar estas cosas, y todavía he de ver yo a mi amiga más contenta que unas Pascuas, sin acordarse para nada de lo que tanto la aflige hoy.
Perfecta no quiere que se hable de este asunto, y se aflige mucho siempre que lo tomo en boca.
Sé que siente por mí un cariño entrañable, sé que se desvive por mí, sé que su mayor delicia es serme útil, sé que tiene orgullo en adivinar mis pensamientos, sé que si le pido un favor se aflige y se culpa a sí mismo porque no se adelantó a mi deseo, sé que no consentirá me ofendan ni las moscas, sé que es capaz de cometer cualquier locura por agradarme, sé que me cree el de las mujeres, sé que tiene celos de Vd.
Pero el niño no come, no duerme, sufre, padece, se aflige, llora.
¿De cuántos y cuántos objetos distantes, no nos informa el oido, con respecto a los cuales nada puede decirnos el tacto? El galope del caballo que amenaza atropellarnos, el ruido del torrente que nos puede arrebatar, el trueno que retumba y nos anuncia la tormenta, el estruendo del cañón que nos da noticia de que ha principiado una batalla, el ruido de las carreras, de la gritería, de los tambores y campanas, que nos indican el estallido de la cólera popular, la música estrepitosa que nos informa de la alegría causada por una fausta nueva, el concierto dedicado a los placeres del salon, el canto que nos hechiza con melancólicos recuerdos, con sentimientos de esperanza y de amor, el ay! que nos avisa del sufrimiento, el llanto que nos aflige con la idea del infortunio, todo esto nos dice el oido, sobre todo esto nada puede decirnos el tacto.
He aquí el porqué de que no me aflige tanto la perspectiva de la muerte, confiando en que después de esta vida existe todavía algo para los hombres, y que, según la antigua máxima, los buenos serán allí mejor tratados que los malvados.
Lo que más me aflige es que, desde hace muchísimos años, desde antes que hubiese pensado yo en escribir novelas de costumbres del día, se me había ocurrido escribir una novela histórica sobre Creta, y hasta había forjado el plan, aunque confusa y vagamente.
si le aflige el temor, fácil se altera,.
consideraciones este tal en su entendimiento, y consigo mismo o se aflige mucho.
-Ahora bien -continuó el anciano-, me ha declarado usted la calidad de la dolencia que le aflige, es necesario que yo conozca también su cantidad, es decir, que me manifieste usted toda la extensión de sus dudas en materias de fe.
¡Caray si es duro eso de pensar! Aflige, Leto, aflige.
aunque aquesto del coche es quien me aflige.
No es esto, sin embargo, lo que más me aflige.
-Señores: en medio de la tribulación que nos aflige, y prescindiendo de consideraciones políticas acerca de los tristísimos acontecimientos de ayer, paréceme que en modo alguno podemos quejarnos.

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