Ejemplos con afabilidad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es un pez recomendable por su resistencia y afabilidad para el mantenimiento en acuarios comunitarios.
u merecido renombre como técnico, así como la afabilidad de su carácter y sus grandes dotes para la enseñanza, le proporcionaron gran número de discípulos, entre los que destacaron el padre Otaño, eminente músico, fundador de la Schola Cantorum, de Comillas, y Rafael Benedito, director de la Masa coral de Madrid.
Su hijo mayor, Borja, doctor, queridísimo y brillante discípulo mío, un reflejo de su padre por talento, modestia, afabilidad de trato, se le muere.
Pero sin embargo, Urkel poseía un gran corazón y una gran afabilidad con todo el mundo, a pesar de que en más de una ocasión, llegó a ser bastante irritable.
Bart Bok fue una personalidad muy popular en el campo de la astronomía conocido por su afabilidad y humor así como por su capacidad por la bebida.
Estas buenas gentes, al verle en el campo podían abrirle la puerta de su casa, pero su afabilidad no iba más allá, siendo incapaces de aproximarse a él por impulso propio.
Su afabilidad y benevolencia descendían siempre de lo alto, a modo de protección.
Dentro de la sala procedió con modestia y afabilidad.
Le vió acercarse como si de repente se acordase de él, tendiéndole su diestra con una afabilidad de camarada.
Fué esa noche y la madre lo recibió con una discreción que asombró a Nébel, sin afabilidad excesiva, ni aire tampoco de pecadora que pide disculpa.
Tocó con los nudillos en la puerta tímidamente, y una voz interrogante, la de Maud, contestó con afabilidad: ¿Quién?.
Tratábala con afabilidad, hasta con mimo, lo mismo que a un niño enfermo, queriendo persuadirla a que no había perdido nada de su afecto.
Este apartamiento fue muy de mi gusto, y no porque nos molestaran los pupilos, al contrario, en ellos encontramos afabilidad y cortesía.
Pero, en fin, ello es que, aparte del cómico efecto de mi traje, adquirido en el Rastro tangerino, Beramendi me recibió con grande agasajo y afabilidad, y en las dos horas que permanecí en su casa, no se hartaba de oír las explicaciones que a sus preguntas sobre la vida africana le daba yo, tan incansable en el discurso como él en su curiosidad.
Emilia le recibió con su habitual afabilidad, pero no le dijo palabra de su silencio durante el viaje, ni se quejó porque no hubiese luego ido a verla, ni le llamó olvidadizo ni descastado.
A los diez y seis años, esa criatura sin igual no tiene nada que aprender en punto a señorío regio, ni en el arte dificilísimo de ser digna y familiar, de ostentar toda la gracia y afabilidad del mundo, sentadita, como quien no dice nada, en el Trono de San Fernando.
Tenía Tomás el don de simpatía por su afabilidad y dulzura, y aunque entre sus muchos amigos habíalos de distintos colores, descollaban en su afecto los de matices tristones y sombríos, frecuentaba la redacción de , y el fundador y director de esta, D.
Y con protectora afabilidad diole dos cariñosas palmaditas en el hombro izquierdo.
Tenían mansedumbre en la voz, daban a sus palabras el acento de una afabilidad melosa y persuasiva, pero a veces sus pupilas parecían incendiarse en el rápido e involuntario fulgurar de una energía indomable.
Husmeaba la ganancia a cien leguas, colocaba los capitales ajenos con la mayor seguridad, tenía esclavizada la fortuna, y a pesar de esto, ¡qué sencillo! ¡Con qué modesta afabilidad trataba a los pequeños! Era un señor pequeñín, enfermizo por el exceso de trabajo, con gafas de oro y esa sonrisa atractiva y cándida cuyo secreto sólo poseen los grandes hombres de negocio o los Padres de la Compañía.
Cristeta sonrió con mayor afabilidad y repuso:.
Su voz era bronca, más de hombre que de mujer, y su lenguaje vulgarísimo, revelando una naturaleza desordenada, con alternativas misteriosas de depravación y de afabilidad.
Pero lo que la hacía más joven era su afabilidad constante, aquel sonreír gracioso y benévolo con que iluminaba su rostro.
Su afabilidad tenía tonos como este: ¿La cúbica? Sí que la hay.
Cuando Félix Aldea fue presentado en casa de los Algalias, el duque le recibió con la afabilidad que un caballero de su clase se creía obligado a tener con el hombre puesto en moda por la opinión y la prensa.
Lo agradable de su persona, lo más grato aún de su afabilidad y cortesía, atrajeron el corazón de Josefina hacia el espíritu de Lázaro como el bien atrae al alma.
Si su memoria, protestando de aquel falso sistema del mundo, le recordaba que no todo era malo en la tierra, que él había visto a su padre dar trigo a los labriegos pobres o socorrer a los necesitados, que en la tierra existían cariño, afabilidad y amor, que él mismo había llevado hasta los apartados caseríos consejos de paz y de justicia, todo se desvanecía ante la influencia maléfica del que le habían inculcado en el alma.
Acogió a Lázaro con benignidad, queriendo dar a sus facciones esa afabilidad de semblante con que pretende hacerse simpático quien sabe que no lo es, y echándole el brazo derecho sobre los hombros, le llevó hasta su cuarto, diciendo a los que le rodeaban:Llamaré cuando os necesite.
El paje se despidió y se fué contentísimo, creyendo que ya Preciosa quedaba rendida, pues con tanta afabilidad le habia hablado.
Y con esta manera de condición hace más daño en esta tierra que si por ella entrara la pestilencia, porque su afabilidad y hermosura atrae los corazones de los que la tratan a servirla y a amarla, pero su desdén y desengaño los conduce a términos de desesperarse, y así, no saben qué decirle, sino llamarla a voces cruel y desagradecida, con otros títulos a éste semejantes, que bien la calidad de su condición manifiestan.

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