Ejemplos con abrazase
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Un sábado, bien lo recuerdo, cuando comíamos la excelente con que nos obsequió , tuvo mi el mal acuerdo de reiterar tardíamente sus primeras instancias para que yo abrazase su ley.
y mi pobre hermano, que sabía desentrañar lo presente y lo futuro, me aconsejó que abrazase el nuevo estado, pues si grave es el quebrantamiento del voto, debíamos mirar también a la conservación de los bienes de nuestro padre, así raíces como en especie, recogiendo los que aún están esparcidos, y librándolos de la perdición.
En resolucion le armaron su bajel, y le proveyeron de todas las cosas necesarias para su viaje, y aun le dieron algunos cequíes de los que habian sido suyos, y despidiéndose de todos con determinacion de volverse a Nicosia, pidió ántes que se hiciese a la vela, que Leonisa le abrazase, que aquella merced y favor seria bastante para poner en olvido toda su desventura.
En resolución, le armaron su mismo bajel y le proveyeron de todas las cosas necesarias para su viaje, y aun le dieron algunos cequíes de los que habían sido suyos, y, despidiéndose de todos con determinación de volverse a Nicosia, pidió antes que se hiciese a la vela que Leonisa le abrazase, que aquella merced y favor sería bastante para poner en olvido toda su desventura.
Allí, en breves razones, se dieron cuenta de sus sucesos, allí mostraron puesta en su punto la buena amistad de dos hermanos, allí abrazó el oidor a Zoraida, allí la ofreció su hacienda, allí hizo que la abrazase su hija, allí la cristiana hermosa y la mora hermosísima renovaron las lágrimas de todos.
Y Ana, sin querer, como siempre, mientras iba a tientas por el salón, pero sin tropezar, pensaba: Y si ahora, por milagro, por milagro de amor, Álvaro se presentase aquí, en esta obscuridad, y me cogiese, y me abrazase por la cintura.
Un sábado, bien lo recuerdo, cuando comíamos la excelente adafina con que nos obsequió Mazaltob, tuvo mi Yohar el mal acuerdo de reiterar tardíamente sus primeras instancias para que yo abrazase su ley.
Pidió al duque que la abrazase, vertió un diluvio de lágrimas sobre vos que aún estabais en la infancia, recompensó a los criados, señaló limosnas a los pobres, y exhaló el último suspiro en medio del llanto universal y de las bendiciones de todos sus vasallos.
