Definición de préstase

Acepciones de Préstase como conjugación de prestar

Categoría gramatical: verbo transitivo, verbo intransitivo, verbo pronominal, imperativo singular de prestar
Categorías gramaticales y tiempos verbales de préstase explicados

  1. Dar una cosa a alguien con el fin de que lo use durante algún lapso de tiempo y después lo devuelva a quien le corresponde.
  2. Colocar a disposición de otros un objeto o recurso, requiriendo obtener más adelante lo mismo o su equivalente.
  3. Colocar a disposición de otros un objeto o recurso, requiriendo obtener más adelante lo mismo o su equivalente.
  4. Dar dinero u otra cosa a una persona para que los tenga y use por un tiempo y devuelva después igual cantidad o la misma cosa. aprovechar, ser útil para la consecución de un intento. entregar algo bajo condición de ser devuelto
  5. Transmitir una cosa una cualidad que ella tiene a otra. ofrecerse, allanarse, avenirse a una cosa.

Ejemplos con la palabra Préstase

Esta tendencia de la vida de acción: el apostolado religioso, préstase, más que otra alguna, para ejemplo de cómo una vocación que pertenece al orden de la voluntad, suscita y mantiene bajo su amparo y sugestión otras vocaciones, de la voluntad misma o del pensamiento. Cuando la vocación religiosa asume forma ascética y contemplativa, es, por su aciaga fuerza de inhibir y sofocar todo expansivo impulso del alma, ejemplo cabal de lo contrario: ejemplo cabal de vocación que se recoge a su centro y queda en monótona quietud, pero si tiende a la acción y al proselitismo, entonces, por la propia razón de que dispone de los más formidables apasionamientos y las más imperiosas disciplinas que puedan subyugar la naturaleza del hombre, da aliento e inspiración a diversísimas actividades y vocaciones secundarias, que se desenvuelven en el arte, o en la ciencia, o en las más varias direcciones de la vida activa. Una comunión de creyentes ha menester las formas de un culto, y así para la eficacia de este medio de obrar sobre la imaginación y la sensibilidad, como para realzar la dignidad del obsequio que tributa a su Dios, propende a acoger en su regazo los primores y magnificencias del arte: ya levantando las columnas y torres de sus templos, ya tallando en la piedra sus imágenes venerandas, ya fijándolas, por el color, en el lienzo, ya cincelando el oro y la plata para las alhajas del altar, oficios todos que se confundieron con la misma profesión religiosa, en los monjes arquitectos, escultores, imagineros y orífices, de los tiempos medios, ya expresando y comunicando la emoción por los sones de la música, que, hasta después de entrado el siglo XV, fue también oficio de eclesiásticos, ya, finalmente, recurriendo a la virtud de la palabra, en la oratoria y el himno. Pero, no satisfecha con los auxilios del arte, esta idea avasalladora requiere los de la ciencia, y los de distintos géneros de acción. Desde luego, aspira a prevalecer por la enseñanza, y esto determina una vocación pedagógica, que se complementa, para el gobierno perenne y sutil de las conciencias, con la práctica de la observación del psicólogo y el moralista, y además vincula a sus propósitos el ejercicio de la caridad, lo que la pone en fácil relación con la ciencia de curar los males del cuerpo, ciencia que, subordinada a la inspiración caritativa, imprime carácter a la figura del monje cirujano, del famoso Baseilhac. Por otra parte, una fe religiosa tiende, de suyo, a expandirse, a llegar a remotas gentes, a convertir a los que permanecen fuera de la verdad que ella cree poseer: y de aquí nacen dos vocaciones tributarias, que, como las demás de esta especie, trascienden más allá de su inmediata finalidad piadosa: la vocación científica del filólogo y la vocación activa del explorador. El impulso a estudiar las lenguas bárbaras o extrañas, para buscar camino por ellas en el corazón del infiel, impulso que llevó a Raimundo Lulio, en su reclusión del Monte Randa, a sumergirse en las fuentes de la ciencia árabe, y que contribuyó poderosamente a iniciar a la Europa cristiana en el conocimiento del árabe mismo y del hebreo, fue también el que inspiró a los misioneros españoles y portugueses que, yendo tras las huellas de los conquistadores, trajeron a la filología, el estudio de las lenguas americanas, y dilataron o perfeccionaron el de las asiáticas. La vocación del explorador de tierras incógnitas, identificada con la del misionero, aparece, aun modernamente, en espíritus como el de Livingstone, que llevaba consigo, a lo ignorado del África, junto con los instrumentos de la observación científica, la Biblia del evangelizador.
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Errores ortográficos comunes para préstase

Palabras más comunes que riman con préstase


Base, Base, Base, Clase, Fase, Frase, Pase, Pase, Pase, Tratase, Tratase, Llegase, Llegase, Envase, Envase, Envase, Trasvase, Trasvase, Trasvase, Dejase, Dejase, Quedase, Quedase, Desfase, Desfase, Desfase, Llevase, Llevase, Case, Case, Hablase, Hablase, Pasase, Pasase, Encontrase, Encontrase, Entrase, Entrase, Acabase, Acabase, Interfase, Esperase, Esperase, Resultase, Resultase, Tomase, Tomase, Presentase, Presentase, Aceptase, Aceptase, Llamase, Llamase, Terminase, Terminase, Contase, Contase, Sobrepase, Sobrepase, Acompañase, Acompañase, Mirase, Mirase, Intentase, Intentase, Buscase, Buscase, Abandonase, Abandonase, Continuase, Continuase, Considerase, Considerase, Alcanzase, Alcanzase, Lograse, Lograse, Mostrase, Mostrase, Acercase, Acercase, Realizase, Realizase, Declarase, Declarase, Ganase, Ganase, Celebrase, Celebrase, Faltase, Faltase, Cambiase, Cambiase, Explicase, Explicase, Fracase, Fracase, Ocupase, Ocupase, Retrase,

Palabras que riman con préstase


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