Definición de laurón

Acepciones de Laurón como aumentativo de lauro

Categoría gramatical: sustantivo masculino, aumentativo de lauro
Categorías gramaticales de laurón explicadas

  1. ( laurus nobilis) árbol lauráceo de hojas olorosas y madera resistente, considerado símbolo de victoria entre los antiguos griegos y romanos y usado en la cocina como especia
  2. Laurel, planta arbórea. gloria, alabanza, triunfo.

Ejemplos con la palabra Laurón

En esta guerra, que tomaba mil diferentes formas, ninguna cosa mortificó más a Pompeyo que la toma de Laurón por Sertorio, porque cuando creía que le tenía envuelto, y aun se jactaba de ello, se encontró repentinamente con que él era quien estaba cercado, y como, por tanto, temía el moverse, tuvo que dejar arder la ciudad a su presencia y ante sus mismos ojos.
Mientras que hizo la guerra a Metelo, parecía que su buena suerte era en gran parte debida a la vejez y torpeza de éste, que no podía contrarrestar a un hombre osado, y caudillo más bien de una tropa de bandoleros que de un ejército ordenado, pero cuando, después de haber pasado Pompeyo los Pirineos, contrapuso al de éste su campo, y dieron uno y otro diferentes pruebas de toda la habilidad y pericia militar, y se vio que sobresalía Sertorio así en acometer como en saber guardarse, entonces enteramente fue declarado, aun en Roma mismo, como el más diestro para dirigir la guerra entre los generales de su edad. y eso que no era vulgar la fama de Pompeyo, sino que estaba entonces en lo más florido de su gloria, de resulta de sus hazañas en el partido de Sila por las que éste le apellidó Magno, que quiere decir grande, y mereció los honores del triunfo antes de salirle la barba. Por esta causa muchas de las ciudades sujetas a Sertorio, abandonaron después este propósito por el suceso de Laurón que salió muy al revés de lo que se esperaba. Teníalos sitiados Sertorio, y fue Pompeyo en su socorro con todas sus fuerzas. Había un collado en la mejor situación, frente a la ciudad, y el uno por tomarle, y por impedirlo el otro, movieron ambos de sus campos. Adelantóse Sertorio, y Pompeyo entonces, acudiendo con su ejército, lo tuvo a gran ventura, porque creyó que iba a coger a Sertorio en medio de la ciudad y de sus tropas, y avisando a los Lauronitas, les dijo que tuvieran buen ánimo y salieran a las murallas a ver sitiado a Sertorio. Mas éste, cuando lo supo, se echó a reír, y “Ya volviendo a aquel la vista, pensaban en mudanzas, pero le enseñaré yo- dijo al discípulo de Sila, porque así llamaba por burla a Pompeyo- que el general debe mirar mucho en derredor, y no precisamente delante de sí”, y en seguida hizo advertir a los sitiados que había dejado seis mil infantes en el primer campamento de donde había salido para tomar el collado, a fin de que, cuando Pompeyo le acometiese, lo tomasen éstos por la espalda. Echólo tarde de ver Pompeyo, así, no se atrevió a combatir, temiendo ser cortado, ni tampoco se resolvió de vergüenza a retirarse y abandonar a los Lauronitas en aquel peligro, mas fuele preciso estar presente y ser testigo de su perdición, pues aquellos bárbaros desmayaron y se entregaron a Sertorio. No tocó éste a las personas: antes, los dejó ir libres, a la ciudad, en cambio, la abrasó, no por cólera o por crueldad, porque entre todos los generales parece que fue éste el que menos se dejó llevar de la ira, sino para afrenta y mengua de los que tanto admiraban a Pompeyo: pues correría la voz entre los bárbaros de que, con estar presente y casi calentarse al fuego de una ciudad aliada, no le dio socorro.
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Errores ortográficos comunes para laurón


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