¿Cómo se escribe gobelnalles?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra gobelnalles se escribe con R

La manera correcta de escribirla es GOBERNALLES. Puedes ver la definición de gobernalles aquí

Las posibles dudas a la hora de escribir una R o una L, vienen dadas porque tanto la letra erre como la letra ele son líquidas, esto es, no hay oclusión del aire, sino que se articulan con el tracto abierto y los posibles obstáculos no impiden la salida del aire.

En algunas regiones hispanohablantes, ambos fonemas se pronuncian de la misma manera, a este echo se le conoce como lambdacismo y normalmente se da en las erres al final de palabra, de esta manera palabras como amor se pronuncian como amol, o dolor como dolol.

Ejemplos con la palabra Gobernalles

Refieren algunos que Temístocles trató estas cosas arriba sobre la cubierta de la nave, y que entretanto se dejó ver una lechuza, la que voló a la derecha de las naves, y se paró en lo alto de los mástiles, con lo que se afirmaron más en su dictamen, y se prepararon al combate naval. Mas a poco sucedió que la armada de los enemigos, recorriendo el Ática hasta el puerto de Falero, cubrió toda aquella costa y que el rey mismo, bajando también al mar con las tropas de tierra, se dejó ver con grandísimo aparato, reunidas unas y otras fuerzas, con lo que a los Griegos se les borraron los discursos de Temístocles, y los del Peloponeso volvieron poner sus miras en el Istmo, indisponiéndose con el que lo contradecía. Determinóse partir aquella noche, y así se dio la orden a los gobernalles. Entonces Temístocles, sintiendo en su corazón el que los Griegos, malogrando la ventaja del lugar y de aquellas estrecheces, se esparciesen por sus respectivas ciudades, concibió aquel estratagema que puso en obra por medio de Sicino. Era este Sicino un esclavo, persa de origen, pero muy afecto a Temístocles, y ayo de sus hijos. Enviólo, pues, al Persa con gran recato, con orden de que le dijese que Temístocles, el general de los Atenienses, abrazando su partido, le anunciaba antes que otro alguno que los Griegos iban a retirarse precipitadamente, por lo tanto, que dispusiera cómo no huyesen, sino que mientras estaban así turbados con la ausencia del ejército de tierra, acometiese y destruyese sus fuerzas navales. Tomando Jerjes este aviso como nacido de inclinación, tuvo en ello placer, y dio al punto orden a los capitanes de las naves para que las demás las preparasen con reposo, pero con doscientas marchasen a tomar en torno las salidas, y a rodear las islas, para que no escapase ninguno de los enemigos. Ejecutado así, el primero que lo rastreó fue Arístides, hijo de Lisímaco, el cual se dirige a la cámara de Temístocles, sin embargo de que no estaba bien con él, y antes por su causa se hallaba desterrado, como se deja dicho, y al salir Temístocles a recibirle le participa como estaban cercados. Éste, que conocía bien la probidad de Arístides, contento además con el paso que acababa de dar, le descubre lo practicado por Sicino, y le exhorta a que visite a los Griegos, que tanta confianza tienen en él, y los aliente, para que en aquellas angosturas se dé el combate. Alabando Arístides las disposiciones de Temístocles, fue recorriendo los demás caudillos y capitanes, incitándolos a la batalla. Todavía estaban desconfiados, cuando se presentó una nave tenedia que se había pasado, y cuyo capitán era Panecio, trayendo también la misma nueva de estar cercados, con lo que la necesidad dio ya estímulos a los Griegos para arrostrar el peligro.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra gobernalles

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