Días y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde cantas. Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo. Te has perdido entre las lágrimas.
Noches y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde lloras Porque yo sé que estás llorando. Me basta con mirarme en un espejo Para saber que estás llorando y me has llorado.
Sólo tú salvas el llanto Y de mendigo oscuro Lo haces rey coronado por tu mano.
Que el verso sea como una llave que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios. El músculo cuelga, como recuerdo en los museos; mas no por eso tenemos menos fuerza: el vigor verdadero reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas! Hacedla florecer en el poema.
Sólo para vosotros viven todas las cosas bajo el Sol.