Rosalía de Castro
Poetisa y Novelista Española cuyo nombre completo es María Rosalía Rita de Castro
Santiago de Compostela, 24 de febrero de 1837-Padrón, 15 de julio de 1885
82 Poesías de Rosalía de Castro
- Mi tierra
- Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros
- Hora tras hora, día tras día
- Orillas del Sar
- Hojas marchitas
- En los ecos del órgano o en el rumor del viento
- Las campanas (Castro)
- Los robles (Rosalía de Castro)
- Cuido que una planta bella
- Tiempos que fueron
- Los tristes
- Dos palomas
- Los unos altísimos
- Sed de amores tenía, y dejaste
- En el alma llevaba un pensamiento
- un recuerdo
- Tú para mí, yo para ti, bien mío
- Sedientas las arenas, en la playa
- Era la última noche
- Un desengaño (Castro)
- No va solo el que llora
- Ya no mana la fuente, se agotó el manantial
- a la luna
- Santa Escolástica
- Desde los cuatro puntos cardinales
- Quisiera, hermosa mía
- En mi pequeño huerto
- Camino blanco, viejo camino
- Desolación (Castro)
- A la luna (Castro)
- Tan sólo dudas y terrores siento
- En su cárcel de espinos y rosas
- Margarita (Castro)
- Ansia que ardiente crece
- Su ciega y loca fantasía corrió arrastrada por el vértigo
- Con ese orgullo de la honrada y triste
- La palabra y la idea... Hay un abismo
- Aún otra amarga gota en el mar sin orillas
- Las canciones que oyó la niña
- En un álbum (Castro)
- Viéndome perseguido por la alondra
- Ay!, cuando los hijos mueren
- Yo no he nacido para odiar, sin duda
- ¡Jamás lo olvidaré!... De asombro llena
- A *** (Rosalía de Castro)
- Los muertos van de prisa
- Brillaban en la altura
- Predestinados
- Ángel y mujer
- Unos con la calumnia le mancharon
- La canción que oyó en sueños el viejo
- en un álbum
- Tiemblan las hojas, y mi alma tiembla
- los robles
- Cuán tristes pasan los días
- a
- De gemidos quejumbrosos, -romance-
- El otoño de la vida
- las campanas
- Los que a través de sus lágrimas
- Fragmentos (Castro)
- En la altura los cuervos graznaban
- A la memoria del poeta gallego Aurelio Aguirre
- Aunque no alcancen gloria
- Regina
- Yo en mi lecho de abrojos
- De repente los ecos divinos
- Todas las campanas con eco pausado
- Mientras el hielo las cubre
- Viendo que, semejantes a las flores
- Más rápidos que el rayo
- Cayendo van los bravos combatientes
- La rosa del campo santo
- Ya pasó la estación de los calores
- ¡La copa es de oro fino!
- desolación
- Un recuerdo (Castro)
- Al caer despeñado en la hondura
- ¡Ea!, aprisa subamos de la vida
- margarita
- fragmentos
- un desengaño
Poemas más populares de Rosalía de Castro
Mi tierra
A un tiempo, cual sueño
que halaga y asombra,
de los robles las hojas caían,
del saúco brotaban las hojas.
Primavera y otoño sin tregua
turnan siempre templando la atmósfera,
sin dejar que no hiele el invierno,
ni agote el estío
las ramas frondosas.
¡Y así siempre! en la tierra risueña,
fecunda y hermosa,
surcada de arroyos,
henchida de aromas;
que es del mundo en el vasto horizonte
la hermosa, la buena, la dulce y la sola;
donde cuantos he amado nacieron,
donde han muerto mi dicha y mis glorias.
Poema "Mi tierra" de Rosalía de Castro
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros;
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso
De mí murmuran y exclaman:
— Ahí va la loca, soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
— Hay canas en mi cabeza; hay en los prados escarcha;
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Poema "Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros" de Rosalía de Castro
Hora tras hora, día tras día
Hora tras hora, día tras día,
Entre el cielo y la tierra que quedan
Eternos vigías,
Como torrente que se despeña
Pasa la vida.
Devolvedle a la flor su perfume
Después de marchita;
De las ondas que besan la playa
Y que unas tras otras besándola expiran,
Recoged los rumores, las quejas,
Y en planchas de bronce grabar su armonía.
Tiempos que fueron, llantos y risas,
Negros tormentos, dulces mentiras,
¡Ay! ¿En dónde su rastro dejaron,
En dónde, alma mía?
Poema "Hora tras hora, día tras día" de Rosalía de Castro