
Pedro Antonio de Alarcón
Poeta y Narrador Español cuyo nombre completo es Pedro Antonio de Alarcón y Ariza
Guadix, 10 de marzo de 1833-Madrid, 19 de julio de 1891
42 Poesías de Pedro Antonio de Alarcón
- Fuego y nieve, -soneto-
- Las palmeras, -soneto-
- Al Amanecer
- Te miro, y lloro porque no me miras
- ¡El amanecer!, -soneto-
- A San Ramón Non Nato, -soneto-
- Humo y ceniza, -soneto-
- Si no has de amarme, dime que retire
- El fruto de bendición, -soneto-
- El cigarro, -soneto-
- A Carmen, al piano, -soneto-
- A mis hijas en sus días, -soneto-
- Los siete dolores de María, -soneto-
- A Pompeya, -soneto-
- La moña, -soneto-
- El viernes santo, -soneto-
- Epitafio
- El amanecer
- El llanto del soltero, -soneto-
- Al vino «Abolengo» de las bodegas de Misa (Jerez), -soneto-
- Adiós al vino, -soneto-
- Una flor menos
- Desaliento, -soneto-
- Chispas y témpanos, -soneto-
- La hija del poeta, -soneto-
- Promesa de una esposa, -soneto-
- En la tumba de un asesinado, -soneto-
- A la bandera del batallón de Ciudad Rodrigo, -soneto-
- Roma, -soneto-
- La campana de agonía, -soneto-
- A Fray Luis de León
- A..., -soneto-
- General Caballero de Rodas, en el álbum de su mujer, -soneto-
- En el muladar, -soneto-
- La palma, -soneto-
- A Granada
- A Ronconi, -soneto-
- Charada
- Amor eterno
- Presentimientos, -romance-
- La guerra de Oriente
- A la gloriosa muerte del coronel Don Patricio Bray
Poemas más populares de Pedro Antonio de Alarcón
Fuego y nieve
Duro es tu corazón como el granito;
mi corazón como la cera tierno:
verano ardiente soy; tú helado invierno;
tú nieve eterna; fuego yo infinito.
Yo me acerco a tu nieve, y no tirito;
antes crece la furia de este infierno;
y hiélate a ti más mi fuego eterno,
y ni me apagas ¡ay! ni te derrito.
¿Cómo encuentro calor donde no hay llama?
¿Cómo no da calor la llama mía?
¿Cómo mi incendio tu esquivez no inflama?
¿Cómo tu hielo mi pasión no enfría?
¡Oh! ¿por qué no nos hizo el hado aleve,
o de fuego a los dos, o a ambos de nieve?
Poema "Fuego y nieve" de Pedro Antonio de Alarcón
Las palmeras
«¡Quiero sol!» Moribunda dijo un día
una palmera que en umbroso huerto,
amortajada en su ramaje yerto,
cual alma sin amor languidecía.
Y elevando sus ramas con porfía,
descubrió al fin su copa el campo abierto,
y vio marchita, en medio del desierto,
otra palmera que de sed moría.
«¡Quiero sombra!» Decía esta palmera,
gimiendo por un soplo de frescura.
«¡Quiero sol!» Repetía la primera...
Y de ambas condolida el aura pura,
compaginó las cosas de manera
que gozaron de igual temperatura.
Poema "Las palmeras" de Pedro Antonio de Alarcón
Al Amanecer
LANDO céfiro mueve sus alas
Empapadas de fresco rocío...
De la noche el alcázar sombrío
Dulce alondra se atreve a turbar...
Las estrellas, cual sueños, se borran...
Sólo brilla magnífica una...
¡Es el astro del alba! La luna
Ya desciende, durmiéndose, al mar.
Amanece: en la raya del cielo
Luce trémula cinta de plata
Que, trocada en fulgente escarlata.
Esclarece la bóveda azul;
Y montañas, y selvas, y ríos,
Y del campo la mágica alfombra,
Roto el negro capuz de la sombra,
Muestran nieblas de cándido tul.
¡Es de día! Los pájaros todos
Lo saludan con arpa sonora,
Y arboledas y cúspides dora
El intenso lejano arrebol.
El oriente se incendia en colores...
Los colores en vivida lumbre...
¡Y por cima del áspera cumbre
Sale el disco inflamado del sol!
Poema "Al Amanecer" de Pedro Antonio de Alarcón