Carolina Coronado

Carolina Coronado

Escritora española, autodidacta cuyo nombre completo es Carolina Coronado Romero de Tejada

Almendralejo, 12 de diciembre de 1820-Lisboa, 15 de enero de 1911

222 Poesías de Carolina Coronado

Poemas más populares de Carolina Coronado


¡Oh, cuál te adoro!

¡Oh, cuál te adoro! con la luz del día
tu nombre invoco apasionada y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aun te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se concentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.

No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando tu amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento;

Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrasada en el aire que respiras.


Poema ¡Oh, cuál te adoro! de Carolina Coronado con fondo de libro

¡no hay nada más triste que el último adiós!

Si dos con el alma se amaron en vida
y al fin se separan en vida los dos.
¿Sabéis que es tan grande la pena sentida
que nada hay más triste que el último adiós!
en esa palabra que breve murmuran,
en ese gemido que exhalan los dos,
ni verse prometen, ni amarse se juran,
que en esa palabra se dicen ¡adiós!
no hay queja más honda, suspiro más largo
que aquella palabra que dicen los dos:
el alma se entrega a horrible letargo;
la vida se acaba diciéndose ¡adiós!
al fin ha llegado la muerte en la vida,
y al fin para entrambos morimos los dos;
al fin ha llegado la hora cumplida,
la hora más triste... El último ¡adiós!
ya nunca en la vida, gentil compañero,
ya nunca volvemos a vernos los dos;
por eso es tan triste mi acento postrero,


Poema ¡no hay nada más triste que el último adiós! de Carolina Coronado con fondo de libro

libertad

Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
Todo es la turba cantares,
los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.
Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.
Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;
mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
¡libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?
¡libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;
que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas
en todo siglo están prestos.
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡dios se lo pague!


Poema libertad de Carolina Coronado con fondo de libro

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