Bartolomé de Argensola

Bartolomé de Argensola

Poeta e Historiador Español cuyo nombre completo es Bartolomé Juan Leonardo de Argensola

Barbastro, Huesca, 26 de agosto de 1562 - Zaragoza, 4 de febrero de 1631

17 Poesías de Bartolomé de Argensola

Poemas más populares de Bartolomé de Argensola


A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.

Mas ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!


Poema A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa de Bartolomé de Argensola con fondo de libro

Dime, Padre común, pues eres justo

«Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia,
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?

»¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más la reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?

»Vemos que vibran vitoriosas palmas
manos inicas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo.»

Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
«¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?»


Poema Dime, Padre común, pues eres justo de Bartolomé de Argensola con fondo de libro

Si amada quieres ser, Lícoris, ama

Si amada quieres ser, Licoris, ama;
que quien desobligando lo pretende,
o las leyes de amor jamás comprende,
o la naturaleza misma infama.

Afectuoso el olmo a la vid llama,
con ansias de que el néctar le encomiende,
y ella lo abraza y sus racimos tiende
en la favorecida ajena rama.

¿Querrás tú que a los senos naturales
se retiren avaros los favores,
que (imitando a su autor) son liberales?

No en sí detengan su virtud las flores,
no a tu benignidad los manantiales,
ni su influjo las luces superiores.


Poema Si amada quieres ser, Lícoris, ama de Bartolomé de Argensola con fondo de libro

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