Poeta, hermano mío, que como yo sufriste, el frío del vacío y la grandeza triste de saberte una nube en prisión de rocío;
tu buen hermano en lira, en rosa, azul y luna que inspira la mentira de la verde laguna, sabe envidiar tu suerte porque tu suerte admira.
Lloro tu vida breve por lo que dado hubieras, pero la leve nieve de tus quimeras en nube se transforma y desde lo alto llueve.
Poeta, hermano mío, ya no estarás más triste, ni el frío del vacío sentirás que sentiste... Ya no eres una nube encerrada en rocío; después de que partiste tu lluvia se hizo un río que da savia a tu rosa y a tu bulbul alpiste... ¡Feliz tú, hermano mío!