Abate Marchena

Abate Marchena

Poeta, Traductor y Político Español cuyo nombre completo es José Marchena y Ruiz de Cueto

Utrera, 18 de noviembre de 1768 - Madrid, 31 de enero de 1821

25 Poesías de Abate Marchena

Poemas más populares de Abate Marchena


El sueño engañoso

Al tiempo que los hombres y animales
en hondo sueño yacen sepultados,
soñé ante mí los pueblos ver postrados
alzarme rey de todos los mortales.

Rendí el cetro a las plantas celestiales
de Alcinda, y mis suspiros inflamados
benignamente fueron escuchados;
me envidiaron los dioses inmortales.

Huyó lejos el sueño, mas no huyeron
las memorias con él de mi ventura,
la triste imagen de mi bien fingido.

El mando y el poder desparecieron.
¡Oh de un desventurado suerte dura!
Amor quedó, mas lo demás es ido.


Poema El sueño engañoso de Abate Marchena con fondo de libro

A una dama que cenó con el autor

Dase Dios por manjar a su escogido
pueblo en la pascua cena misteriosa;
Cristo es comida y mesa deliciosa
del hombre de amor tanto confundido.

Jesús asiste en gloria y prez ceñido
eternamente con su amada Esposa;
¡de amor omnipotente portentosa
hazaña! En tierra mora, al Cielo es ido.

Tú que por diosa adora el alma mía,
bellísima Amarilis, a ti es dado
hacer tan gran milagro nuevamente.

Cristo se ha dado a sí en la Eucaristía:
¡ay! tú date a mi pecho enamorado,
y vivirás en él eternamente.


Poema A una dama que cenó con el autor de Abate Marchena con fondo de libro

La Revolución Francesa

Suena tu blanda lira,
Aristo, de las Ninfas tan amada,
cuando a Filis suspira,
y en la grata armonía embelesada
la tropa de pastores
escucha los suavísimos amores.

Mientras mi bronco acento
dice del despotismo derrocado
de su sublime asiento,
y con fuertes cadenas aherrojado
el llanto doloroso
al pueblo de la Francia tan gustoso.

Cayeron quebrantados
de calabozos hórridos y escuros
cerrojos y candados;
yacen por tierra los tremendos muros
terror del ciudadano,
horrible baluarte del tirano.

La libertad del cielo
desciende, y la virtud dura y severa;
huye del francés suelo
el lujo seductor, la lisonjera
corrupción, el desorden;
reinan las leyes con la paz y el orden.

El fanatismo insano
agitando sus sierpes ponzoñosas
vencido clama en vano;
húndese en las regiones espantosas,
y con él es sumida
la intolerancia atroz aborrecida.

Dulce filosofía,
tú los monstruos infames alanzaste;
tu clara luz fue guía
del divino Rousseau, y tú amaestraste
el ingenio eminente
por quien es libre la francesa gente.

Excita al grande ejemplo
tu esfuerzo, Hesperia: rompe los pesados
grillos, y que en el templo
de Libertad de hoy más muestren colgados
del pueblo la vileza,
y de los Reyes la brutal fiereza.


Poema La Revolución Francesa de Abate Marchena con fondo de libro

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