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Se han encontrado 11 poemas con la palabra victorias

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Leandro Fernández de Moratín

Sabia Polimnia

-- de Leandro Fernández de Moratín --

Sabia Polimnia en razonar sonoro
verdades dicta, disipando errores;
mide Urania los cercos superiores
de los planetas y el luciente coro.

Une en la historia el interés decoro
Clío y Euterpe canta los pastores;
mudanzas de la suerte y sus rigores
Melpómene feroz, bañada en lloro;

Calíope victorias; danzas guía
Terpsícore gentil; Erato en rosas
cubre las flechas del amor y el arco;

pinta vicios ridículos Talía
en fábulas que anima deleitosas;
y ésta le inspira al español Inarco.

Poema Sabia Polimnia de Leandro Fernández de Moratín con fondo de libro

Lope de Vega

Cuando del mundo universal las llaves

-- de Lope de Vega --

Cuando del mundo universal las llaves
tuviste, y sus cabezas humilladas,
rendido Mitridates, y alcanzadas
tantas victorias, y tres triunfos graves,

¿quién dijera, oh Pompeyo, que (las naves
en las peñas del Nilo quebrantadas)
quemaran tus reliquias, arrojadas
a los peces, y dellos a las aves?

Y a ti, César dichoso, que en Farsalia
por la toga trocaste el blanco acero,
todos los enemigos sosegados,

¿quién te dijera, gobernando a Italia,
tu amargo fin, a no saber primero
que no se pueden resistir los hados?

Poema Cuando del mundo universal las llaves de Lope de Vega con fondo de libro

Luis Muñoz Rivera

cuba rebelde

-- de Luis Muñoz Rivera --

Cuba, el país de las cañas,
de las selvas seculares,
de las profundas marismas
y de las vegas feraces,
supo arrojar en sus campos
ardientes lluvias de sangre,
para afirmar sus derechos
y salvar sus libertades.

Cuba, la sílfide indiana
envuelta en níveos celajes,
triste como el sol que muere,
bella como el sol que nace,
se yergue fiera y altiva
al sentir en el semblante,
más que la traza del golpe,
la ignominia del ultraje.

Cuba, la tierra bendita
de los poetas brillantes,
de las mujeres heroicas
y de los dulces cantares,

graba con buril de fuego
en páginas de diamante
las fechas de sus victorias
y los nombres de sus mártires.

Cuba, la esclava orgullosa,
alzándose formidable
con empuje soberano,
romperá un día su cárcel;
porque hay plomo en sus montañas;
porque hay acero en sus valles,
porque en sus campos hay pueblo,
porque en sus venas hay sangre.

Poema cuba rebelde de Luis Muñoz Rivera con fondo de libro

Jorge Manrique

coplas por la muerte de su padre 31

-- de Jorge Manrique --

Estas sus viejas historias
que con su brazo pintó
en juventud,
con otras nuevas victorias
ahora las renovó
en senectud.
Por su grande habilidad,
por méritos y ancianía
bien gastada,
alcanzó la dignidad
de la gran caballería
de la espada.



Emilio Bobadilla

El emperador: 2

-- de Emilio Bobadilla --

¿No fué Dios quien le dijo que dominase el mundo?
¿No fué Dios quien profuso le daba las victorias?
¿Por qué contra él de pronto se vuelve furibundo,
convirtiendo en derrotas humillantes sus glorias?

¿Qué pensará a sus solas de ese Dios tornadizo?
—gran río que la margen acrecienta o derrubia —.
Si lo que cae es granizo, ¡bendito sea el granizo!
Si es lluvia fecundante, ¡bendita sea la lluvia!

Megalómano y duro, horripiló al planeta
y revolvió los mares, y, a la postre vencido,
arroja acobardado la espada y la careta,

y en su fuga de liebre -imperial contrabando-
los huérfanos le siguen con lúgubre alarido
y las míseras madres que le insultan llorando!



Oliverio Girondo

pedestre

-- de Oliverio Girondo --

En el fondo de la calle, un edificio público aspira el mal olorde la ciudad.
Las sombras se quiebran el espinazo en los umbrales, se acuestan parafornicar en la vereda.
Con un brazo prendido a la pared, un farol apagado tiene lavisión convexa de la gente que pasa en automóvil.
Las miradas de los transeúntes ensucian las cosas que se exhibenen los escaparates, adelgazan las piernas que cuelgan bajo las capotasde las victorias.
Junto al cordón de la vereda un quiosco acaba de tragarse unamujer.
Pasa: una inglesa idéntica a un farol. Un tranvía que esun colegio sobre ruedas. Un perro fracasado, con ojos de prostituta quenos da vergüenza mirarlo y dejarlo pasar (1).
De repente: el vigilante de la esquina detiene de un golpe de batutatodos los estremecimientos de la ciudad, para que se oiga en un solosusurro, el susurro de todos los senos al rozarse.



Pablo Neruda

a callarse

-- de Pablo Neruda --

Ahora contaremos doce
y nos quedamos todos quietos.
Por una vez sobre la tierra
no hablemos en ningún idioma,
por un segundo detengámonos,
no movamos tanto los brazos.
Sería un minuto fragante,
sin prisa, sin locomotoras,
todos estaríamos juntos
en un inquietud instantánea.
Los pescadores del mar frío
no harían daño a las ballenas
y el trabajador de la sal
miraría sus manos rotas.
Los que preparan guerras verdes,
guerras de gas, guerras de fuego,
victorias sin sobrevivientes,
se pondrían un traje puro
y andarían con sus hermanos
por la sombra, sin hacer nada.
No se confunda lo que quiero
con la inacción definitiva:
la vida es sólo lo que se hace,
no quiero nada con la muerte.
Si no pudimos ser unánimes
moviendo tanto nuestras vidas,
tal vez no hacer nada una vez,
tal vez un gran silencio pueda
interrumpir esta tristeza,
este no entendernos jamás
y amenazarnos con la muerte,
tal vez la tierra nos enseñe
cuando todo parece muerto
y luego todo estaba vivo.
Ahora contaré hasta doce
y tú te callas y me voy.



Pablo Neruda

oda a la tristeza

-- de Pablo Neruda --

Tristeza, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
aquí no entras.
No pasas.
Ándate.
Vuelve
al sur con tu paraguas,
vuelve
al norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victorias.
No puedes,
aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu manto,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.



Blanca Andreu

nada escucha elphistone je suis de mon coeur le vampiro

-- de Blanca Andreu --

Nada escucha elphistone je suis de mon coeur le vampiro
cuando evalúa significados, precios de viejos libros, de
otros navíos,
vendavales o la repentina conciencia que elimina
una firme navegación. Húmeda luna que recuerdas
el frío norte de la sangre, quién está haciendo lacuenta,
quién dirige las reputaciones más podridas que las tablas
del barco, calafateadas
con muerte, quién bajo los ángeles rapaces yherméticos
ordena la inmortalidad, examina las pérdidas, rescata
los prejuicios y aseveraciones
que nunca, en ningún lugar, por más que o a pesar de.
Y los apremios y las victorias cinco presas y la elegancia
en la piratería, oscuro capitán elphistone, cuando la luna
mira tu dignidad
ardiendo sobre la avaricia del cielo.



Ramón López Velarde

Sus ventanas

-- de Ramón López Velarde --

Sus ventanas floridas
que miran al Oriente,
llevan buena amistad con las auroras
que, como primicias fúlgidas, esmaltan
el campo de victorias de su frente.

Aquella madrugada
apareció el Amor tras de su reja
y la dejó lavada
con el cristal cerúleo de su pozo...
¡Y todavía, adentro
de mi alma, hay un gozo
fluido, de mujer madrugadora
que riega su ventana y la decora!

Ventanas que rondé
en la alborada de mis mocedades;
rejas con caracoles
en que Ella gusta de escuchar el sordo
fragor de las marinas tempestades;
rejas depositarias
de aquellos soliloquios de noctívago
y de mi donjuanismo adolescente;
que yo os mire de nuevo
¡oh ventanas, abiertas al Oriente!



Ramón María del Valle Inclán

rosa panida

-- de Ramón María del Valle Inclán --

¡cómo me hablaste en las rosas
cuando rosas segó mi hoz,
voz de las cosas,
lejana voz!

¡cuántas victorias me contaste,
con cuántas divinas batallas
mi alma alumbraste,
voz que callas!

¡cómo encendiste mis deseos,
cómo me hablaste del placer
con tus trofeos
de mujer!

¡verso dorado y pitagórico
como el verso que dice el mar!
¡verso eufórico!
¡verso solar!

¡rosa! ¡divina flor del rito
de amar, cantar y adormecer!
¡amor en grito!
¡boca de mujer!

flor tu enigma reminiscente
pasa el recuerdo venusino
del beso ardiente
como el vino.

Rosa ungida, ¿por qué no exuda
la carne que amamos, tu olor,
cuando es desnuda
para el amor?



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