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-- de Leandro Fernández de Moratín --
Nací de honesta madre: diome el cielo
fácil ingenio en gracias afluente;
dirigir supo el ánimo inocente
a la virtud el paternal desvelo.
Con sabio estudio, infatigable anhelo,
pude adquirir coronas a mi frente;
la corva scena resonó en frecuente
aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.
Dócil, veraz, de muchos ofendido,
de ninguno ofensor, las musas bellas
mi pasión fueron, el honor mi guía.
Pero si así las leyes atropellas,
si para ti los méritos han sido
culpas, a dios, ingrata patria mía.
Poema "soneto. la despedida" de Leandro Fernández de Moratín
-- de Leandro Fernández de Moratín --
Nací de honesta madre: diome el Cielo
fácil ingenio en gracias, afluente:
dirigir supo el ánimo inocente
a la virtud, el paternal desvelo.
Con sabido estudio, infatigable anhelo,
pude adquirir coronas a mi frente:
la corva escena resonó en frecuente
aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.
Dócil, veraz: de muchos ofendido,
de ninguno ofensor, las Musas bellas
mi pasión fueron, el honor mi guía.
Pero si así las leyes atropellas,
si para ti los méritos han sido
culpas; adiós, ingrata patria mía.
Poema "La despedida" de Leandro Fernández de Moratín
-- de Pedro Bonifacio Palacios --
Llega a mis sienes, tímida, temblando,
tan perfumada como un rosal
la tibia brisa, su andar es blando.
¡Primer suspiro primaveral!
Llega tan suave, tan dilatada
cual de la linfa el correr fugaz,
o de la amante ruborizada
púdica y suave pasión veraz.
Cuando en mi pecho, tierna se posa,
bebo su tierna tribulación,
entonces, dicha un instante goza,
pobre, dolido, mi corazón.
Poema "Brisa" de Pedro Bonifacio Palacios
-- de José Zorrilla --
Cristo, legislador, no escribió nada;
ni papiro dejó ni un pergamino:
quedó tras él su espíritu divino,
su fe con su memoria inmaculada.
Cristo, rey, no empuñó cetro ni espada;
en el polvo sembró de su camino
de su fe la semilla; a su destino
dejándola y al tiempo encomendada.
Germen de amor, de paz, de fe y cariño,
culto del alma, religión interna,
de fausto exenta y de mundano aliño,
la propagó el amor, la amistad tierna,
la fe del pobre, la mujer y el niño:
y por eso es veraz, única, eterna.
Poema "cristo, legislador" de José Zorrilla
-- de Juan Nicasio Gallego --
Al clamor de la pública alegría
en que el pecho español su aliento apura,
de cuyos ecos a su cueva oscura
huye bramando la Discordia impía,
gozad ¡oh Rey! en tan dichoso día,
nuncio veraz de siglos de ventura,
la flor de gentileza y hermosura
que la bella Parténope os envía.
Nunca el vivo placer, Fernando augusto,
que en vuestra frente generosa brilla,
altere de fortuna el ceño adusto;
y a tan plácida unión deba Castilla
un príncipe feliz, clemente, justo,
a quien doblen dos mundos la rodilla.
Poema "Parabién al rey Fernando" de Juan Nicasio Gallego