Buscar Poemas con Triunfa


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 16 poemas con la palabra triunfa

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

Amós de Escalante

Nuestro soldado

-- de Amós de Escalante --

Roto, descalzo, dócil a la suerte,
cuerpo cenceño y ágil, tez morena,
a la espalda el morral, camina y llena
el certero fusil su mano fuerte.

Sin pan, sin techo, en su mirar se advierte
vívida luz que el ánimo serena,
la limpia claridad de un alma buena
y el augusto reflejo de la muerte.

No hay su duro pie risco vedado;
sueño no ha menester, treguas no quiere;
donde le llevan va; jamás cansado

ni el bien le asombra ni el desdén le hiere:
sumiso, valeroso, resignado
obedece, pela, triunfa y muere.

Poema Nuestro soldado de Amós de Escalante con fondo de libro

Lope de Vega

El tierno niño, el nuevo Isac Cristiano

-- de Lope de Vega --

El tierno niño, el nuevo Isac cristiano,
en el arena de Tarifa mira
el mejor padre, con piadosa ira
la lealtad y el amor luchando en vano;

alta la daga en la temida mano,
glorioso vence, intrépido la tira,
ciega el sol, nace Roma, amor suspira,
triunfa España, enmudece el africano.

Bajó la frente Italia, y de la suya
quitó a Torcato el lauro en oro y bronces,
porque ninguno ser Guzmán presuma.

Y la fama principio de la tuya,
Guzmán el Bueno escribe, siendo entonces
la tinta sangre y el cuchillo pluma.

Poema El tierno niño, el nuevo Isac Cristiano de Lope de Vega con fondo de libro

Lope de Vega

¿Quién es aquel Atleta esclarecido

-- de Lope de Vega --

¿Quién es aquel Atleta esclarecido,
que sale de la bélica palestra
con tres coronas en la mano diestra,
y el manto negro en púrpura teñido?
Si vence y triunfa, ¿cómo viene herido?
Si viene herido, ¿cómo el triunfo muestra?
Que es nueva imagen a la vista nuestra
laurel sangriento y vencedor vencido.
¡Oh solo peregrino de Verona!,
¿negras y blancas armas, sangre y palma
no muestran que es de Pedro la persona?
Si sangre, si laurel te tuvo en calma,
así reparten lo que Dios corona:
las heridas al cuerpo, el triunfo al alma.

Poema ¿Quién es aquel Atleta esclarecido de Lope de Vega con fondo de libro

Lope de Vega

Sangrienta la quijada, que por ellas

-- de Lope de Vega --

Sangrienta la quijada, que por ellas
Adán comenzó a ser inobediente,
Caín deja mil bocas en la frente
del tierno Abel, para formar querellas.

Tiran del manto de Josef las bellas
manos de una mujer, y, de impaciente,
por adúltero prende al inocente
que cegó con la capa las estrellas.

Allí los padres muerto al mártir vieron;
allí al vendido, en carro de oro, el año
estéril, los hermanos piden trigo.

Muere Abel, Josef triunfa, porque fueron
Caín hermano y faraón extraño,
y no hay cuchillo como el propio amigo.



Góngora

Mientras por competir con tu cabello

-- de Góngora --

Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio, y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no solo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.



Góngora

Mientras por competir

-- de Góngora --

Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente
antes que, lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en polvo, en humo, en sombra, en nada.



Ignacio María de Acosta

Un sueño (Acosta)

-- de Ignacio María de Acosta --

Soñaba yo que por la senda hermosa
de la virtud la humanidad corría,
y el sol de la verdad resplandecía
llenando el orbe de su luz radiosa.

La torpe envidia, la calumnia odiosa
abaten su poder y bastardía;
y a la voz del progreso se veía
la sociedad aparecer dichosa.

Un pueblo sólo es el linaje humano,
triunfa la ilustración, y por su empeño
su templo cierra para siempre Jano...

A tan mágico cuadro y halagüeño,
al arpa de oro le tendí la mano
por cantar tanto bien... ¡Mas era un sueño!...



Jorge Guillén

infierno

-- de Jorge Guillén --

Ma tu perché ritorni a tanta noia?
dice virgilio a dante, inferno , i, 76.
Los destructores siempre van delante,
cada día con más poder y saña,
sin enemigo ya que los espante.
Triunfa el secuestro con olor de hazaña,
que pone en haz la hez del bicho humano.
Ni el más iluso al fin la historia engaña.
El infierno al alcance de la mano.



César Vallejo

Aldeana

-- de César Vallejo --

Lejana vibración de esquilas mustias
en el aire derrama
la fragancia rural de sus angustias.
En el patio silente
sangra su despedida el sol poniente
El ámbar otoñal del panorama
toma un frío matiz de gris doliente!

Al portón de la casa
que el tiempo con sus garras torna ojosa,
asoma silenciosa
y al establo cercano luego pasa,
la silueta calmosa
de un buey color de oro,
que añora con sus bíblicas pupilas,
oyendo la oración de las esquilas,
su edad viril de toro!

Al muro denla huerta
aleteando la pena de su canto,
salta un gallo gentil, y, en triste alerta,
cual dos gotas de llanto,
tiemblan sus ojos en la tarde muerta!

Lánguido se desgarra
en la vetusta aldea
el dulce yaraví de una guitarra,
en cuya eternidad de hondo quebranto
la triste voz de un indio dondonea,
como un viejo esquilón de camposanto.

De codos yo en el muro,
cuando triunfa en el alma el tinte oscuro
y el viento reza en los ramajes yertos
llantos de quenas, tímidos, inciertos,
suspiro una congoja,
al ver que la penumbra gualda y roja
llora un trágico azul de idilios muertos!



Emilio Bobadilla

Iluso

-- de Emilio Bobadilla --

Numerosos ejércitos sin piedad se desgarran
a Jesús invocando se persiguen con odio;
los cañones el aire de pólvora anubarran
y sigue a un episodio de sangre otro episodio.

En el hogar luctuoso gime a solas la viuda;
de Dios la pobre madre —de angustia medio loca-
implora noche y día, con lágrimas, la ayuda;
y es un volcán de súplicas inauditas su boca.

Los campos en estepas la metralla convierte;
la industria y el comercio se acaban en un día:
¡sólo mandan los odios, sólo triunfa la muerte!

Y Cristo paz no pone en la humana discordia
y asiste de los pueblos inerme a la agonía...
¡Iluso que creíste predicar la concordia!



Pedro Calderón de la Barca

A un altar de Santa Teresa

-- de Pedro Calderón de la Barca --

La que ves en piedad, en llama, en vuelo,
ara en el suelo, al sol pira, al viento ave,
Argos de estrellas, imitada nave,
nubes vence, aire rompe y toca al cielo.

Esta pues que la cumbre del Carmelo
mira fiel, mansa ocupa y surca grave,
con muda admiración muestra süave
casto amor, justa fe, piadoso celo.

¡Oh militante iglesia, más segura
pisa tierra, aire enciende, mar navega,
y a más pilotos tu gobierno fía!

Triunfa eterna, está firme, vive pura;
que ya en el golfo que te ves se anega
culpa infiel, torpe error, ciega herejía.



Hernando de Acuña

Con la razón en su verdad envuelta

-- de Hernando de Acuña --

Con la razón en su verdad envuelta
combate de atrevido mi querer,
armado de esperanza, y sin temer
que Amor le engañe o pueda dar la vuelta.

Acomete animoso a rienda suelta,
mi razón, débil contra tal poder,
resiste, mas en fin viene a perder,
y a parar en mi daño esta revuelta.

Que entonces sin sospecha, este cruel
de mí triunfa y sin temor se extiende,
viendo tan suya toda parte mía;

mas no me acaba, porque está con él
memoria de un gran bien, y me defiende
quien otras mil partes me ofendía.



Sor Juana Inés de la Cruz

Detente sombra

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.



Antonio Machado

Al borrarse la nieve, se alejaron

-- de Antonio Machado --

Al borrarse la nieve, se alejaron
los montes de la sierra.
La vega ha verdecido
al sol de abril, la vega
tiene la verde llama,
la vida, que no pesa;
y piensa el alma en una mariposa,
atlas del mundo, y sueña.
Con el ciruelo en flor y el campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas,
con las primeras zarzas que blanquean,
con este dulce soplo
que triunfa de la muerte y de la piedra,
esta amargura que me ahoga fluye
en esperanza de Ella...



Julio Flórez

a mi hijo, león julio

-- de Julio Flórez --

¿ves ese roble que abatir no pudo
ayer el huracán que asoló el monte
y que finge en el monte un alto y rudo
centinela que mira el horizonte?
el rayo apenas lo agrietó; sereno
sobre su vieja alfombra de hojarasca
se yergue aún como retando al trueno
que la furia azuzó de la borrasca.
Se tú como ese roble: que la herida
que abra en tu pecho el dardo de la suerte
sin causarte escozor sane enseguida.
Labora y triunfa como sano y fuerte
para que el lauro que te da la vida
flote sobre el remanso de la muerte.
Julio flórez



Rubén Darío

cantos de vida y esperanza iv

-- de Rubén Darío --

- yo soy gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: la vida es pura y bella.
Existe dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina estrella!
- yo soy melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!
- soy baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe dios. Él es grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la muerte.
- Gaspar, melchor y baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la vida!
lt;lt;lt;
gt;gt;gt;



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba