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-- de Lope de Vega --
El ánimo solícito y turbado,
como se ve en el mar la inquieta boya
miraba Albano el campo en que fue Troya
de fuego un tiempo y de dolor cercado.
Adonde el Ilión se vio fundado,
que ya la fama en su grandeza apoya,
y estuvo la greciana, hurtada joya,
vio la ceniza convertida en prado.
Estuvo un rato así, mas dijo luego:
¡Oh campos, ya de fuego, en mis dolores
y en vuestro ejemplo mis consuelos fío!
Que si en lugar que cupo tanto fuego,
ahora veo verde hierba y flores,
también podrá tener templanza el mío.
Poema "El ánimo solícito y turbado" de Lope de Vega
-- de Alfonso Reyes --
La cifra propongo; y ya
casi tengo el artificio,
cuando se abre el precipicio
de la palabra vulgar.
Las sirtes del bien y el mal,
la torpe melancolía,
toda la guardarropía
de la vida personal,
aléjalas, si procuras
atrapar las formas puras.
¿La emoción? pídela al número
que mueve y gobierna al mundo.
Templa el sagrado instrumento
más allá del sentimiento.
Deja al sordo, deja al mudo,
al solícito y al rudo.
Nada temas, al contrario,
si en el rayo de una estrella
logras calcinar la huella
de tu sueño solitario.
Poema "consejo poético" de Alfonso Reyes
-- de José Tomás de Cuellar --
SILENCIO...! Soledad...! En torno mío
No susurran las auras bullidoras;
Prensa mi corazón infortunado
El invencible hastío.
Ya estoy aquí cansado,
Al pié del tronco de la añosa encina,
Trayendo á la memoria
De mis placeres la fugaz historia.
Ya estoy aquí solícito buscando,
Si no el placer, el que perdí sosiego:
Ya cansaron mi oído
Poema "Impresiones de invierno" de José Tomás de Cuellar
-- de Francisco de Quevedo --
Descortésmente y cauteloso el hado,
vuestro valor, ¡oh duque esclarecido!,
solícito envidioso y, atrevido,
logró apenas lo mal intencionado.
Por derribaros, de soberbia armado,
diligencia en que estrellas han perdido
la silla, el animal enfurecido
más alabanza os dio que os dio cuidado.
Poca le pareció su valentía
al toro, presunción de la ribera,
para desalentar vuestra osadía.
Vuestro caballo os duplicó la fiera;
mas en vos vencen arte y valentía,
juntas a la que os lleva y os espera.
Poema "parnaso español 7" de Francisco de Quevedo