Buscar Poemas con Santidad


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra santidad

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Amado Nervo

la santidad de la muerte

-- de Amado Nervo --

La santidad de la muerte
llenó de paz tu semblante,
y yo no puedo ya verte
de mi memoria delante,
sino en el sosiego inerte
y glacial de aquel instante.
En el ataúd exiguo,
de ceras a la luz fatua,
tenía tu rostro ambiguo
qiuetud augusta de estatua
en un sarcófago antiguo.
Quietud con yo no sé qué
de dulce y meditativo;
majestad de lo que fue;
reposo definitivo
de quién ya sabe el porqué.
Placidez, honda, sumisa
a la ley; y en la gentil
boca breve, una sonrisa
enigmática, sutil,
iluminando indecisa
la tez color de marfil.
A pesar de tanta pena
como desde entonces siento,
aquella visión me llena
de blando recogimiento
y unción..., Como cuando suena
la esquila de algún convento
en una tarde serena...

Poema la santidad de la muerte de Amado Nervo con fondo de libro

Luis Palés Matos

ensoñación

-- de Luis Palés Matos --

Por el cuadrado de una ventana de nuestra escuela
que de soslayo me ríe toda su claridad,
miro el paisaje chillón y viva, de un azul hondo
y una sencilla calma de infante diafanidad.

El cielo limpio, de vez en cuando, se mancha en una
de esas blancuras puras y llenas de santidad,
con que el celaje tiñendo el dombo del firmamento
risueña el éxtasis con su ternura de castidad.

Mientras discurre par la pizarra la geometría
le nacen alas de ibis al ave del alma mía,
y de la escuela me voy muy lejos, a una región

donde es más fresca la gran mejilla de la mañana,
y sollozando sobre las notas de la fontana,
me aguarda inquieta la dulce novia del corazón.

Poema ensoñación de Luis Palés Matos con fondo de libro

Francisco de Quevedo

camino de santidad

-- de Francisco de Quevedo --

Ésta es la información, éste el proceso
del hombre que ha de ser canonizado,
en quien, si es que vio el mundo algún pecado,
advirtió penitencia por exceso.
Doce años de su suegra estuvo preso,
a mujer y a su sueldo condenado;
vivió bajo el poder de su cuñado,
tuvo un hijo no más, tonto y travieso.
Nunca rico se vio con oro o cobre,
vivió siempre contento, aunque desnudo,
no hay incomodidad que no le sobre.
Moró entre un herrador y un tartamudo,
fue mártir, porque fue casado y pobre,
hizo un milagro, y fue no ser cornudo.

Poema camino de santidad de Francisco de Quevedo con fondo de libro

Blanca Andreu

he aquí la gesta de la noche

-- de Blanca Andreu --

He aquí la gesta de la noche,
su fortuna de estrellas y de lenguas de ahorcados,
su corazón de mercurio que tanto pesa y hace llorar,
sus intrigas y sus caballeros.
He aquí la noche como un nudo, amor mío, en un nudo.
Extraño, ya lo dije, cuando la tarde tiene un amor dual que
se desmaya y cae sobre los ojos de la lombriz,
o al cofre de la yerba y reposa.
Extraña el ara de la noche y la sábana que arde ydecapita.
Extraño el grito de los chacales mártires
y los pequeños búhos en santidad,
el amor y su óxido y el pato que se escapa del estanque,
la oca ebria con su aureola de alcohol,
lo que inexiste,
san tarsicio o el ánade príncipe que destroza su cetro yse
lobebe a sorbos sospechosos,
la acción del oro en licuación,
acto y obra y suma suicida del oro,
o el ánsar nival que aún solloza contemplando los poemas
patíbulos.



Ramón López Velarde

Si soltera agonizas

-- de Ramón López Velarde --

Amiga que te vas:
quizá no te vea más.

Ante la luz de tu alma y de tu tez
fui tan maravillosamente casto
cual si me embalsamara la vejez.

Y no tuve otro arte
que el de quererte para aconsejarte.

Si soltera agonizas,
irán a visitarte mis cenizas.

Porque ha de llegar un ventarrón
color de tinta, abriendo tu balcón.
Déjalo que trastorne tus papeles,
tus novenas, tus ropas, y que apague
la santidad de tus lámparas fieles...

No vayas, encogido el corazón,
a cerrar tus vidrieras
a la tinta que riega el ventarrón.

Es que voy en la racha
a filtrarme en tu paz buena muchacha.



Ramón María del Valle Inclán

Milagro de la mañana

-- de Ramón María del Valle Inclán --

AÑÍA una campana
En el azul cristal
De la santa mañana.

Oración campesina
Que temblaba en la azul
Santidad matutina.

Y en el viejo camino
Cantaba un ruiseñor,
Y era de luz su trino.

La campana de aldea
Le dice con su voz,
Al pájaro, que crea.

La campana aldeana
En la gloria del sol
Era alma cristiana.

Al tocar, esparcía
Aromas del rosal
De la Virgen María.

Esta santa conseja
La recuerda un cantar
En una fabla vieja:

Campana, campaniña
Do Pico Sagro,
Toca por que floreza
A rosa de milagro.

Ramón del Valle Inclán.



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