Buscar Poemas con Rutilante


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra rutilante

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Pedro Bonifacio Palacios

A la Libertad

-- de Pedro Bonifacio Palacios --

Como del fondo mismo de los cielos
el sol eterno rutilante se alza,
como el seno turgente de una virgen
al fuego de la vida se dilata:
Así radiosa,
y así gallarda
se levantó del mar donde yacía
la exuberante tierra americana.
Como prende su túnica de raso
con su joya mejor, la soberana,
como entre todas las estrellas reina
el lucero magnífico del alba;
Así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surge mi patria!
Como buscan la luz y el aire libre
las macilentas hierbas subterráneas,
como ruedan tenaces y tranquilas
al anchuroso piélago, las aguas;
Así sedienta,
y así porfiada,
la triste humanidad se precipita
al pie de la bandera azul y blanca.
¡Allí van congregándose a la sombra,
para formar después una montaña!
¡Allí van adhiriéndose en el tiempo
partícula a partícula las razas!
Allí se funde,
y allí se amasa
el hombre, tal como surgió en la mente
del autor de los orbes y las almas.
Que así pulida,
y así gallarda
sobre todos los pueblos de su estirpe,
resplandor y joyel, ¡surgió mi patria!

Poema A la Libertad de Pedro Bonifacio Palacios con fondo de libro

Salvador Rueda

sonetos IV

-- de Salvador Rueda --

Ya acudes a tu cita misteriosa
con el inquieto mar, luna constante,
y asoma las playas de levante,
hostia de luz, tu cara milagrosa.

En la onda azul, cual nacarada rosa,
se abre tu seno con pasión de amante
y dibuja un reguero rutilante
tu pie sobre la espuma en que se posa.

El agua, como un tálamo amoroso,
te ofrece sus cristales movedizos
donde tiendes tu cuerpo luminoso.

Y al ostentar desnuda tus hechizos,
el mar, con un abrazo tembloroso,
te envuelve en haz de onduladores rizos...

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Poema sonetos IV de Salvador Rueda con fondo de libro

Ventura de la Vega

Villancicos que se cantaron en palacio la Nochebuena de 1844

-- de Ventura de la Vega --

CORO
Al himno que los ángeles
entonan en el cielo
unamos nuestros cánticos
desde el humilde suelo:
cantad, cantad, mortales,
al Niño Redentor.
Hossana al Unigénito
que del celeste trono
hoy baja a ser la víctima
del mundanal encono.
Hossana al que desciende
en nombre del Señor.

COPLA QUE CANTÓ LA REINA ISABEL
Cual de remotos climas
los reyes se acercaron
y humildes adoraron
la cuna de Belén,
permite que, depuestos
corona, cetro y manto,
en tu pesebre santo
te adore yo también.

COPLA QUE CANTÓ LA INFANTA LUISA, SU HERMANA
La estrella rutilante
que al pueblo señalaba
la senda que guiaba
al místico portal,
de la virtud cristiana
la senda me ilumine,
y salva me encamine
al reino celestial.

COPLA QUE CANTÓ LA REINA MADRE DOÑA MARÍA CRISTINA
A ti, que en esta noche,
bañada en llanto tierno,
de dulce amor materno
sentiste el vivo ardor,
te ruego, ¡oh virgen Madre!,
que el sacro manto extiendas
sobre las caras prendas
de mi materno amor.

Poema Villancicos que se cantaron en palacio la Nochebuena de 1844 de Ventura de la Vega con fondo de libro

Antonio Machado

El casco roído y verdosol

-- de Antonio Machado --

El casco roído y verdoso
del viejo falucho
reposa en la arena...
La vela tronchada parece
que aun sueña en el sol y en el mar.
El mar hierve y canta...
El mar es un sueño sonoro
bajo el sol de abril.
El mar hierve y ríe
con olas azules y espumas de leche y de plata,
el mar hierve y ríe
bajo el cielo azul.
El mar lactescente,
el mar rutilante,
que ríe en sus liras de plata sus risas azules...
¡Hierve y ríe el mar!...
El aire parece que duerme encantado
en la fúlgida niebla de sol blanquecino.
La gaviota palpita en el aire dormido, y al lento
volar soñoliento, se aleja y se pierde en la bruma del sol.



Evaristo Ribera Chevremont

lengua castellana

-- de Evaristo Ribera Chevremont --

La lengua que arropara de vocablos mi cuna
es la lengua brotada del solar de castilla.
Del romancero a lope, sin dejadez ninguna,
ofrécese en romance, soneto y redondilla.

Ni un átomo en mi forma corporal es reacio
al toque rutilante, musical y perfecto
de la lengua que en libro, cuartilla o cartapacio
le da, por su pureza, vigores al concepto.

Levántase la lengua de clásicos sabores
en los pergeñadores ciertos de la belleza.
Los doctores del canto, los puristas mayores,
me la sirven en cláusulas de altitud y justeza.

La lengua -voz de siglos-. A mi verbo se enlaza.
No habrán de destruirla, porque es la mejor parte
-lo substancial, lo eterno- del todo de mi raza.
Y mi raza es, en todo, fe, dolor, amor, arte.



Clemente Althaus

La virgen María

-- de Clemente Althaus --

¿Qué digna lengua la alabanza entona
de la que, siendo madre, fue doncella?
La adora el ángel, y se mira en ella
cada divina liberal Persona.

Es diamante sin par de su corona
cada más pura rutilante estrella;
luna y sol su triunfante planta huella,
y es el arco Iris su listada zona.

Alégrate y espera, estirpe humana
que Ésta, del cielo reina poderosa,
de los nobles querubes soberana;

Esta, madre de Dios, de Dios esposa,
no ángel, nació mujer y nuestra hermana,
y en rogar por nosotros no reposa.



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