Buscar Poemas con Revés


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 24 poemas con la palabra revés

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

Carolina Coronado

en el álbum de la ciega de manzanares donde habían empezadp a escribir por el revés

-- de Carolina Coronado --

Bien se conoce que es
ciega del álbum la dueña.
Cuando el que escribe se empeña
en ponérselo al revés.
Y aunque un álbum contrahecho
no es fácil de corregir,
yo quiero en él escribir
por ponérselo al derecho.
Porque en verdad no es razón
que lleve nada torcido
la que por dicha ha nacido
con tan recto corazón.

Poema en el álbum de la ciega de manzanares donde habían empezadp a escribir por el revés de Carolina Coronado con fondo de libro

Carolina Coronado

poniendo al revés un álbum que principiaba con unos malos versos

-- de Carolina Coronado --

Empezar por la página primera,
capricho inútil de los hombres es,
pues ha de ser del álbum la postrera.
Si se toman los libros al revés.
El primero que el álbum haya abierto
puede en verdad decir que lo empezó;
pero nadie dirá, con dicho cierto,
que pone fin en donde empiezo yo.

Poema poniendo al revés un álbum que principiaba con unos malos versos de Carolina Coronado con fondo de libro

Luis Cañizal de la Fuente

más poemas en prosa:

-- de Luis Cañizal de la Fuente --

Me hiciste perder el sentido moral de todo en todo. Lo que desde siempre era malo moralmente, con el andar de los años descubrió su interior blanco y rosado como la oreja de un gato. ¡Todo el mundo predicando que lo moralmente bueno es el exterior de la oreja del gato: almendrada, peludilla, acariciable pero nunca a redropelo! mas he aquí que ya de adolescente hiciste tus escarceos de volverle del revés las dos orejas al gato, y, como eso era perverso, ya el mismo animalito te lo indicaba con un agitar de cabeza que se las dejaba en su ser. Y al cabo de muchas duras y maduras, cualquiera estima bellísimo el tinte de la oreja gatuna por dentro. Anda y fíate de la opinión ajena y sus bandazos.

Poema más poemas en prosa: de Luis Cañizal de la Fuente con fondo de libro

Manuel del Palacio

Semblanzas: XVIII

-- de Manuel del Palacio --

Aunque no lo parece fué civil,
Dejó de serlo por favor real,
Y educado en la escuela liberal,
Como estudió al revés se hizo servil.

Maneja al par la pluma y el fusil,
Habla á menudo y con frecuencia mal,
Y brilla en el Congreso nacional
Como brilla en un sótano un candil.

Dice una desvergüenza al mismo Sol,
Tiene el orgullo necio de Luzbel,
Y en arrastrarse imita al caracol:

Sus mismos partidarios huyen de él,
Y aunque por lo elegante es un farol,
Siempre me huele á rancho y á cuartel.



César Vallejo

Trilce: XL

-- de César Vallejo --

Quién nos hubiera dicho que en domingo
así, sobre arácnidas cuestas
se encabritaría la sombra de puro frontal.
(Un molusco ataca yermos ojos encallados,
a razón de dos o más posibilidades tantálicas
contra medio estertor de sangre remordida).

Entonces, ni el propio revés de la pantalla
deshabitado enjugaría las arterias
trasdoseadas de dobles todavías.
Como si nos hubiesen dejado salir! Como
si no estuviésemos embrazados siempre
a los dos flancos diarios de la fatalidad!
Y cuánto nos habríamos ofendido.
Y aún lo que nos habríamos enojado y peleado
y amistado otra vez
y otra vez.

Quién hubiera pensado en tal domingo,
cuando, a rastras, seis codos lamen
de esta manera, hueras yemas lunesentes.

Habríamos sacado contra él, de bajo
de las dos alas del Amor,
lustrales plumas terceras, puñales,
nuevos pasajes de papel de oriente.
Para hoy que probamos si aún vivimos,
casi un frente no más.



César Vallejo

quién nos hubiera dicho que en domingo

-- de César Vallejo --

xl
quién nos hubiera dicho que en domingo
así, sobre arácnidas cuestas
se encabritaría la sombra de puro frontal.
(Un molusco ataca yermos ojos encallados,
a razón de dos o más posibilidades tantálicas
contra medio estertor de sangre remordida).
Entonces, ni el propio revés de la pantalla
deshabitado enjugaría las arterias
trasdoseadas de dobles todavías.
Como si nos hubiesen dejado salir! como
si no estuviésemos embrazados siempre
a los dos flancos diarios de la fatalidad!
y cuánto nos habríamos ofendido.
Y aún lo que nos habríamos enojado y peleado
y amistado otra vez
y otra vez.
Quién hubiera pensado en tal domingo,
cuando, a rastras, seis codos lamen
de esta manera, hueras yemas lunesentes.
Habríamos sacado contra él, de bajo
de las dos alas del amor,
lustrales plumas terceras, puñales,
nuevos pasajes de papel de oriente.
Para hoy que probamos si aún vivimos,
casi un frente no más.



César Vallejo

una mujer...

-- de César Vallejo --

Una mujer de senos apacibles, ante los que la lengua de la vacaresucita una glándula violenta. Un hombre de templanza,mandibular de genio, apto para marchar de dos a dos con los goznes delos cofres. Un niño está al lado del hombre, llevando porel revés, el derecho animal de la pareja.
¡Oh la palabra del hombre, libre de adjetivos y de adverbios quela mujer decline en su único caso de mujer, aun entre las milvoces de la capilla sixtina! ¡oh la falda de ella, en el puntomaternal donde pone el pequeño las manos y juega a los pliegues,haciendo a veces agrandar las pupilas de la madre, como en lassanciones de los confesionarios!
yo tengo mucho gusto de ver así al padre, al hijo y alespiritusanto, con todos los emblemas e insignias de sus cargos.



Octavio Paz

la palabra dicha

-- de Octavio Paz --

La palabra se levanta
de la página escrita.
La palabra,
labrada estalactita,
grabada columna,
una a una letra a letra.
El eco se congela
en la página pétrea.
Ánima,
blanca como la página,
se levanta la palabra.
Anda
sobre un hilo tendido
del silencio al grito,
sobre el filo
del decir estricto.
El oído: nido
o laberinto del sonido.
Lo que dice no dice
lo que dice: ¿cómo se dice
lo que no dice?
di
tal vez es bestial la vestal.
Un grito
en un cráter extinto:
en otra galaxia
¿cómo se dice ataraxia?
lo que se dice se dice
al derecho y al revés.
Lamenta la mente
de menta demente:
cementerio es sementero,
simiente no miente.
Laberinto del oído,
lo que dices se desdice
del silencio al grito
desoído.
Inocencia y no ciencia:
para hablar aprende a callar.



Olga Orozco

la realidad y el deseo

-- de Olga Orozco --

A luis cernuda
la realidad, sí, la realidad,
ese relámpago de lo invisible
que revela en nosotros la soledad de dios.
Es este cielo que huye.
Es este territorio engalanado por las burbujas de la muerte.
Es esta larga mesa a la deriva
donde los comensales persisten ataviados por el prestigio de no estar.
A cada cual su copa
para medir el vino que se acaba donde empieza la sed.
A cada cual su plato
para encerrar el hambre que se extingue sin saciarse jamás.
Y cada dos la división del pan:
el milagro al revés, la comunión tan sólo en loimposible.
Y en medio del amor,
entre uno y otro cuerpo la caída,
algo que se asemeja al latido sombrío de unas alas que vuelven desde la eternidad,
al pulso del adiós debajo de la tierra.
La realidad, sí, la realidad:
un sello de clausura sobre todas las puertas del deseo.



Juan Boscán

Ha tanto ya que mi desdicha dura

-- de Juan Boscán --

SONETO LIV

Ha tanto ya que mi desdicha dura,
que en esto solo tuve mi esperanza;
esperé de fortuna su mudanza,
que por mí no negara su natura.

Entendióme, yo pienso, la ventura,
y ha tornado al revés mi confianza;
que por tenerme siempre so la lanza,
firme se ha hecho, y de su ser no cura.

Para bien destruirme, se destruye;
deja de ser, por ser contra mí fuerte;
sus leyes naturales en mí vence.

Pensé do no hay razón, que hubiera suerte;
agora sé que el mundo ya me huye;
y es fuerza que otro mundo se comience.



Gutierre de Cetina

bastar debiera, ¡ay, dios!, bastar debiera

-- de Gutierre de Cetina --

Señora, el ser cruel, áspera y dura,
sin que por adornar la hermosura
que al mundo es hoy un sol, tal nombre os diera.
Bastar debiera, ¡ay, dios!, mostraros fiera
siempre a la obstinación de mi locura,
sin que por el color mi desventura
de nueva crueldad temor tuviera.
Si queréis que a entender me dé el vestido
cuál es la condición esquiva y dura,
volverlo del revés y será cierto:
lo encarnado cruel quede escondido,
mostrad lo blanco que es limpieza pura;
será el engaño así más encubierto.



Gutierre de Cetina

temía hasta aquí de entristecerme

-- de Gutierre de Cetina --

Cansada el alma ya de un luengo llanto;
érame hasta aquí visión de espanto
ver un pesar y no saber valerme.
Mas agora que vos holgáis de verme
triste, ningún placer procuro tanto;
hora me es enojoso el dulce canto
y alegre aquél que ya solía ofenderme.
Dama, pues de mi bien sois tan esquiva,
descanso me será cualquier tormento
que de tan alta causa se deriva.
Pero tengo temor que, de contento,
el rostro, cuando en más tristeza viva,
muestre al revés señal de lo que siento.



Gutierre de Cetina

al rebaño mayor de sus cuidados

-- de Gutierre de Cetina --

Que a la orilla del po paciendo se iba,
dijo vandalio con la mente esquiva,
los ojos de sus lágrimas bañados:
«paced, mis ovejuelas, pues los hados,
la invidia ajena y la aspereza altiva
de la ribera de pisuerga os priva
y de sus verdes y floridos prados.
»Si en las hierbas halláis amargo el gusto,
si el agua es menos clara que solía,
si os muestra el cielo invierno a primavera,
»no es fuera de razón, antes muy justo,
pues tan lejos estáis del alma mía,
que sea todo al revés lo que antes era».



Miguel Unamuno

lxi

-- de Miguel Unamuno --

Lxi
vuelve hacia atrás la vista, caminante,
verás lo que te queda de camino;
desde el oriente de tu cuna el sino
ilumina tu marcha hacia adelante.
Es del pasado el porvenir semblante;
como se irá la vida así se vino;
cabe volver las riendas del destino
como se vuelve del revés un guante.
Lleva tu espalda reflejado el frente;
sube la niebla por el río arriba
y se resuelve encima de la fuente;
la lanzadera en su vaivén se aviva;
desnacerás un día de repente;
nunca sabrás dónde el misterio estriba.



Miguel Unamuno

Y ¿qué es eso?

-- de Miguel Unamuno --

Y ¿qué es eso del Infierno?
me dirás.
Es el revés de lo eterno,
nada más.

Que yacer en el olvido
del Señor
es el infierno temido
del Amor.



José Cadalso

epigrama. a un aragonés

-- de José Cadalso --

En la cabeza le dio
un palo juan a ginés
¿y rompióselo? al revés.
El palo se le rompió.
Ginés era aragonés.



José Martí

para aragón, en españa

-- de José Martí --

vii
para aragón, en españa,
tengo yo en mi corazón
un lugar todo aragón,
franco, fiero, fiel, sin saña.
Si quiere un tonto saber
por qué lo tengo, le digo
que allí tuve un buen amigo,
que allí quise a una mujer.
Allá, en la vega florida,
la de la heroica defensa,
por mantener lo que piensa
juega la gente la vida.
Y si un alcalde lo aprieta
o lo enoja un rey cazurro,
calza la manta el baturro
y muere con su escopeta.
Quiero a la tierra amarilla
que baña el ebro lodoso:
quiero el pilar azuloso
de lanuza y de padilla.
Estimo a quien de un revés
echa por tierra a un tirano:
lo estimo, si es un cubano;
lo estimo, si aragonés.
Amo a los patios sombríos
con escaleras bordadas;
amo las naves calladas
y los conventos vacíos.
Amo la tierra florida,
musulmana o española,
donde rompió su corola
la poca flor de mi vida.



Baltasar del Alcázar

A un giboso de delante

-- de Baltasar del Alcázar --

Un socarrón mesonero
dijo a un giboso al revés:
- No me neguéis esta vez
que cargasteis delantero.
El gibado, a estas razones
replicó: - Es muy importante
llevar la carga delante
quien se halla entre ladrones.



Cristóbal de Castillejo

A una dama llamada Ángela

-- de Cristóbal de Castillejo --

Sobre la piedra sembré,
Vana fué mi confianza;
Sobre polvo edifiqué:
Revés recibio mi fe
Y desvio mi esperanza.
Vuestro nombre me engañó,
Mas el sobrenombre no;
Que con obras desengaña.
Tras el ángel iba yo;
Diablo se me tornó
Al entrar en la montaña.



Cristóbal de Castillejo

Al amor (Cristóbal de Castillejo)

-- de Cristóbal de Castillejo --

Dame, Amor, besos sin cuento,
asido de mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés.



Roberto Juarroz

callar puede ser una música

-- de Roberto Juarroz --

Callar puede ser una música,
una melodía diferente,
que se borda con hilos de ausencia
sobre el revés de un extraño tejido.
La imaginación es la verdadera historia del mundo.
La luz presiona hacia abajo.
La vida se derrama de pronto por un hilo suelto.
Callar puede ser una música
o también el vacío
ya que hablar es taparlo.
O callar puede ser tal vez
la música del vacío.



Roberto Juarroz

sí, hay un fondo

-- de Roberto Juarroz --

Sí, hay un fondo.
Pero hay también un más allá del fondo,
un lugar hecho con caras al revés.
Y allí hay pisadas,
pisadas o por lo menos su anticipo,
lectura de ciego que ya no necesita puntos
y lee en lo liso
o tal vez la lectura de sordo
en los labios de un muerto.
Sí, hay un fondo.
Pero es el lugar donde empieza el otro lado,
simétrico de éste,
tal vez éste repetido,
tal vez éste y su doble,
tal vez éste.



Roberto Juarroz

dividendos del silencio

-- de Roberto Juarroz --

Dividendos del silencio.
¿Qué puede escuchar un oído
cuando se apoya en otro oído?
la ausencia de la palabra
es un largo signo menos
que se desprende de su cifra.
El color es otro modo
de reunir el silencio.
La forma es un espacio distinto
que presiona al otro espacio
como si fuera una cáscara.
Un pájaro retrocede
ante un sol cuadrado y negro
y se para al revés sobre el alambre
donde calla un pensamiento.
Y el pensamiento retrocede a su vez ante el pájaro
como la goma de una honda
que arroja proyectiles de silencio.
Un pez enloquecido
desparrama el corazón del agua
en el centro del hombre
y allí abre el espacio
donde puede nadar
el silencio del pez,
su acrobacia de ausencia.



Roberto Juarroz

voy a alargar caminos de caricia

-- de Roberto Juarroz --

Voy a alargar caminos de caricia,
con algo de dulzura entre los dientes
y un garabato tibio en los cabellos,
para que el poco sueño que aún nos queda
no se nos caiga.
Voy a alumbrar tu rostro mientras duerme
y mirarlo al revés, donde no duerme.
Voy a juntar raíces por el aire,
catálogos de nieves que no caen
y sitios para párpados.
Voy a tomar al hombre por el centro
y tirarlo a rodar, a ver si llega.
Voy a tomarme a mí, ya me he tomado,
para enlazar de nuevo los cristales
con un redondo material sin tiempo.
Voy a cortar las puntas de la vida
como unas uñas demasiado largas.



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba