Buscar Poemas con Renacer


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Se han encontrado 10 poemas con la palabra renacer

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Marilina Rébora

renacer

-- de Marilina Rébora --

Renacer
estoy sola, señor, y hay mucha gente en torno,
estoy triste no obstante la riente algazara
y mi imagen es débil, perdida, sin contorno,
bien que la luz del sol le dé sobre la cara.
Temerosa, señor, del más humilde adorno
y de otras tantas cosas que el mundo nos depara,
pienso en la noche próxima del viaje sin retorno,
el instante postrero que a todos nos separa.
Mas te siento, señor, junto a mí por momentos,
tu divina presencia ilumina el ambiente
y percibo que vuelven a su ritmo mis días,
para que así se acaben entonces mis lamentos,
renaciendo a mi propia existencia sonriente
pues que tú me regalas con nuevas alegrías.

Poema renacer de Marilina Rébora con fondo de libro

Alfonsina Storni

El sueño 2

-- de Alfonsina Storni --

Máscara tibia de otra más helada
sobre tu cara cae y si te borra
naces para un paisaje de neblina
en que tus muertos crecen, la flor corre.

Allí el mito despliega sus arañas;
y enflora la sospecha; y se deshace
la cólera de ayer y el iris luce;
y alguien que ya no es más besa tu boca;

Que un no ser, que es un más ser, doblado,
prendido estás aquí y estás ausente
por praderas de magias y de olvido.

¿Qué alentador sagaz, tras el reposo,
creó este renacer de la mañana
que es juventud del día volvedora?

Poema El sueño 2 de Alfonsina Storni con fondo de libro

Alfonsina Storni

El sueño 2 (Storni)

-- de Alfonsina Storni --

Máscara tibia de otra más helada
sobre tu cara cae y si te borra
naces para un paisaje de neblina
en que tus muertos crecen, la flor corre.

Allí el mito despliega sus arañas;
y enflora la sospecha; y se deshace
la cólera de ayer y el iris luce;
y alguien que ya no es más besa tu boca;

Que un no ser, que es un más ser, doblado,
prendido estás aquí y estás ausente
por praderas de magias y de olvido.

¿Qué alentador sagaz, tras el reposo,
creó este renacer de la mañana
que es juventud del día volvedora?

Poema El sueño 2 (Storni) de Alfonsina Storni con fondo de libro

Amado Nervo

perlas negras - ves el sol, apagando su luz pura

-- de Amado Nervo --

¿ves el sol, apagando su luz pura
en las ondas del piélago ambarino?
así hundió sus fulgores mi ventura
para no renacer en mi camino.
Mira la luna: desgarrando el velo
de las tinieblas, a brillar empieza.
Así se levantó sobre mi cielo
el astro funeral de la tristeza.
¿Ves el faro en la peña carcomida
qu'el mar inquieto con su espuma alfombra?
así radia la fe sobre mi vida,
solitaria, purísima, escondida:
¡como el rostro de un ángel en la sombra!



Amado Nervo

esperanza

-- de Amado Nervo --

¿y por qué no ha de ser verdad el alma?
¿qué trabajo le cuesta al dios que hila
el tul fosfóreo de las nebulosas
y que traza las tenues pinceladas
de luz de los cometas incansables
dar al espíritu inmortalidad?
¿es más incomprensible por ventura
renacer que nacer? ¿es más absurdo
seguir viviendo que el haber vivido,
ser invisible y subsistir, tal como
en redor nuestro laten y subsisten
innumerables formas, que la ciencia
sorprende a cada instante
con sus ojos de lince?
esperanza, pan nuestro cotidiano;
esperanza nodriza de los tristes;
murmúrame esas íntimas palabras
que en el silencio de la noche fingen,
en lo más escondido de mi mente,
cuchicheo de blancos serafines...
¿Verdad que he de encontrarme con mi muerta?
si lo sabes, ¿por qué no me lo dices?



Jacinto de Salas y Quiroga

La indecisión

-- de Jacinto de Salas y Quiroga --

Cada vez que sin conmoverte
mi tierno llanto ves correr,
deplorando mi triste suerte
me ofrezco no volverte a ver.
Pero si acaso una sonrisa
llego en tu boca a descubrir,
lloro, suspiro, mi Luisa,
y aquí a tus pies juro morir.

Cuando el requiebro de otro amante
veo que escuchas con placer,
acusándote de inconstante,
me ofrezco no volverte a ver:
mas si hacia mí, dueño adorado,
llegas tu vista a dirigir,
si ves mi llanto con agrado,
aquí a tus pies juro morir.

Si pienso que mi ardiente anhelo
de ti no puede merecer
ni una palabra de consuelo,
me ofrezco no volverte a ver.
Mas si imagino que algún día
a mi amor te podrás rendir,
siento renacer la alegría,
y aquí a tus pies juro morir.



José Ángel Buesa

de muerte en flor

-- de José Ángel Buesa --

Morir de muerte en flor toda la vida,
en este sueño vertical, en este
fugaz contacto azul con lo celeste,
en esta vieja sed recién nacida...
Y volver luego con el alma erguida,
a la vez norte y sur, este y oeste,
de la propia emoción, ya en ansia agreste.
En inquietud sutil o en paz pulida.
Y resurgir de cada muerte diaria
más dueño de la vida, al ser más dueño
de esta muerte parcial y necesaria.
Y con esa cordial melancolía
de los pocos que saben cada día
morir y renacer dentro de un sueño.



Juan Ramón Jiménez

el adolescente

-- de Juan Ramón Jiménez --

El alba me sorprende
buscando entre los lirios
la huella de tu paso.
¡Imajen del naciente,
que yerras en los hilos
del renacer temprano!
¿en dónde el blanco tenue
que luzca en el sol fino,
por el frescor morado?



Francisco Sosa Escalante

Oscar

-- de Francisco Sosa Escalante --

Pajecillo gentil, tu caballero
Mal los caprichos del amor entiende,
Y de su erguido pedestal desciende
Al convertirte, Oscar, en mensajero.

Su dama, al verte, del amor primero
Mira la llama renacer, y tiende
La mirada hácia tí, porque comprende
Que te ama por galán y por parlero.

Si mano aleve, de su antiguo amante
Le priva, y triste por su muerte llora,
Pronto en olvido tan fatal instante

Pondrá al hechizo de tu voz sonora,
Y entónces mirarás que delirante
Viene á jurarte que sin fin te adora.



Francisco Villaespesa

a rogelio buendía manzano. poeta joven IV

-- de Francisco Villaespesa --

No volveré a gozar en tu mirada
la luz del paraíso, ni el fragante
reposo de tu seno palpitante
servirá a mis cansancios de almohada,
que un ángel silencioso, con su espada
de fuego, en los umbrales vigilante,
guarda la estrecha puerta de diamante
de mi perdido edén única entrada.
Jamás mi alma renacer espera
en la paz de tu eterna primavera.
Para siempre tus rosas he perdido...
¡Oh paraíso de mi amor postrero,
cuya entrada defiende con su acero
el ángel silencioso del olvido!



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